Llueven amenazas anónimas contra federales y otras autoridades
Maribel Hernández Pérez PRIMERA HORA
¿Histeria o desahogo?
Al menos una docena de llamadas anónimas anunciando la colocación de artefactos explosivos en instalaciones federales y estatales y contra funcionarios, que se han recibido en su mayoría a través de la línea de emergencias 911, han sido investigadas por la Policía desde el sábado, tras la muerte de Filiberto Ojeda Ríos durante un operativo del Negociado Federal de Investigaciones (FBI).
El blanco más reciente fue el Tribunal de Caguas, donde se recibieron dos llamadas de alerta, una que anunciaba a las 11:15 de la mañana de ayer la colocación de un artefacto explosivo en un baño de la Sala de Investigaciones y otra recibida 55 minutos después sobre otro artefacto en un pasillo. Ambos incidentes resultaron ser falsas alarmas.
En el hotel Hyatt de Dorado también se recibió otra falsa amenaza de la misma índole a las 2:08 de la tarde. También en la escuela intermedia Carlos Rivera Ufret, de Humacao, se recibió una llamada amenazante, pero tras una inspección minuciosa no se halló artefacto explosivo alguno.
Según las novedades circuladas por la Policía, el martes a las 6:40 de la tarde se recibió una querella en la que se denunciaba que desconocidos incendiaron la soga que sostenía la bandera de Estados Unidos en el correo que ubica en las inmediaciones de la Base Aérea Muñiz, en Carolina.
En el informe no se explica cómo ocurrió el acto vandálico en un lugar donde abunda la vigilancia.
El martes a las 8:08 de la noche se recibió una llamada telefónica, a través de la línea de emergencias 911, de una persona que indicaba que se encontraba preparando explosivos para colocarlos a lo largo de la calle Chardón, donde ubica el Tribunal Federal, para hacerlos estallar cuando pasaran los agentes federales.
Ese día, a las 2:10 de la tarde, en la American Military Academy, en la carretera 177, de Guaynabo, alguien con voz de hombre que se identificó como miembro del Ejército Revolucionario Puertorriqueño indicaba que: "tienen que dejar la práctica de lavarle el cerebro a los jóvenes puertorriqueños y, antes de las 3:00 de la tarde, tengan una lista de los hijos de agentes federales".
El lunes, a las siete de la mañana, se recibió otra amenaza de bomba dirigida al agente que "mató a Filiberto" y cerca de las 11:00 de la noche, el cuartel de Puerto Nuevo fue objeto de otra llamada amenazante.
La madrugada del domingo, un desconocido se comunicó al 911 y en inglés indicó que había una bomba en el edificio federal. Este día, después de las tres de la tarde, en el Centro de Mando del Cuartel General se recibió otra llamada, generada desde un teléfono público en Canóvanas, de una persona identificándose como machetero y anunciando que colocaría bombas en el Tren Urbano y que mataría al director del FBI y al Gobernador.
El sábado, una voz que dijo que era miembro del grupo "Rebelión de Puerto Rico" alertó sobre la colocación de un artefacto explosivo en la estación del Tren Urbano en Bayamón, la cual resultó ser infundada. Alrededor de la medianoche se recibió otra llamada que indicaba que en un zafacón, al lado del comité del Partido Nuevo Progresista en la avenida Roosevelt, se había colocado una bomba.
Todos estos casos resultaron ser falsas alarmas y luego de una inspección minuciosa de los lugares aludidos por las personas que llamaron no se encontró artefacto alguno.