Sería oprobioso que Panamá acceda ahora a extraditar a Posada Carriles a El Salvador
Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de
Cuba ha podido constatar que, a pesar de la campaña
internacional que se libra contra el terrorismo, continúan las
acciones de la mafia terrorista radicada en Miami y Panamá,
con el fin de abortar el proceso judicial contra los terroristas
Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo
Novo Sampoll y Pedro Remón Rodríguez, culpables de
innumerables crímenes contra nuestro pueblo, y actualmente
detenidos en Panamá por fraguar un atentado contra nuestro
Presidente en ocasión de la X Cumbre Iberoamericana,
realizada a finales del año 2000 en Panamá.
Se recuerda que dichos terroristas habían planeado colocar
explosivos plásticos de alto poder en el paraninfo de la
Universidad de Panamá, donde haría uso de la palabra el
compañero Fidel, hecho que habría provocado la muerte a
cientos de estudiantes y profesores de la citada Universidad,
y de otros participantes en el acto.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ha mantenido a
nuestro pueblo informado de los diversos acontecimientos
que se han producido en los 16 meses desde la detención de
los terroristas, e incluso del rechazo del Gobierno de la
República de Panamá de extraditarlos, a pesar de que
nuestro país realizó la solicitud de extradición de
los cuatro
terroristas en tiempo y de conformidad con las normas
establecidas para dichos casos tanto en la legislación
panameña, como en el Código de Bustamante, instrumento
jurídico que se aplica en nuestra región para tales casos.
Desde la detención, se ha podido comprobar que diversos
personeros de la mafia terrorista radicada en Miami y en
Panamá han desatado una campaña para tratar de desvirtuar
los hechos criminales de los cuatro terroristas, que ha
incluido artículos de prensa y radio, movimiento de recursos
financieros de consideración e incluso entrevistas con figuras
del Gobierno panameño a fin de tratar de influir en el
proceso que se sigue a los cuatro en dicho país istmeño.
En
este sentido, se ha constatado el envío de grandes sumas de
dinero desde los Estados Unidos para financiar la defensa de
los detenidos e intentar sobornar a los funcionarios judiciales
vinculados con el proceso.
Asimismo, se han reanudado los preparativos para una
posible fuga de Posada Carriles y sus compinches hacia un
país centroamericano. Sorpresivamente, los terroristas
detenidos en Panamá han desarrollado una serie de
"dolencias" que han provocado que tuvieran que ser
conducidos repetidamente a instalaciones hospitalarias, en
lo que, según Cuba ha denunciado más de una vez,
constituyen evidentes intentos de la mafia de Miami de crear
las condiciones para tratar de rescatarlos, como fuera el caso
en el pasado con el mismo Posada Carriles, quien fue
rescatado de una prisión de alta seguridad venezolana luego
de estar encarcelado por la voladura de un avión de la
compañía Cubana de Aviación frente a las costas de
Barbados en 1976, y trasladado a El Salvador para
suministrar armamentos a las bandas contrarrevolucionarias
de Nicaragua, fuga por la cual las autoridades venezolanas
han solicitado recientemente su extradición. De igual modo,
Gaspar Jiménez Escobedo, otro de los cuatro terroristas
presos en Panamá, se había fugado de una prisión mexicana
luego de asesinar al técnico pesquero cubano Artañán
Díaz
Díaz.
A pesar de que el Dr. Humberto Mas, Director del Instituto de
Medicina Legal de Panamá, esclareció públicamente
el estado
de salud de los terroristas, los abogados defensores
continúan tratando de demostrar el supuestamente
"deteriorado" estado de salud de los detenidos y han
presentado mociones a favor de que se modifique el régimen
de detención de los cuatro terroristas y que se les asigne a
prisión domiciliaria, lo que implicaría una reducción
de las
medidas de seguridad y facilitaría las condiciones para la
planificada fuga.
A todo lo anterior se añaden en las semanas más recientes
varios hechos preocupantes y sobre los cuales el Ministerio
de Relaciones Exteriores desea alertar con toda energía.
En primer lugar, los tribunales panameños han rechazado las
cuatro querellas presentadas contra los terroristas por
organizaciones estudiantiles, sindicales e indígenas, que se
basaban en el enorme número de víctimas que se hubieran
producido de haberse llevado a vías de hecho el atentado
que proyectaban los cuatro terroristas, y que
afortunadamente fuera abortado por la acción conjunta de
los órganos de seguridad cubanos y panameños. Hoy, dichas
organizaciones apelan ante la Corte Suprema de Justicia de
Panamá, en la esperanza de que no se siga haciendo oído
sordo a sus justos reclamos.
En segundo término, en el informe que la Fiscalía General
de
la República de Panamá le ha elaborado sobre los hechos al
Tribunal Superior panameño para contribuir a la
determinación sobre en qué instancia serán juzgados
los
terroristas en Panamá, se ha eliminado la acusación de
"asesinato en grado de tentativa", cargo que representaba,
con exactitud, el principal delito que los cuatro terroristas
cometieron en el país istmeño.
Pero, más grave aún es la manipulación que sobre tal
hecho
ha realizado el abogado de la defensa de Luis Posada
Carriles, vinculado a los más espurios intereses de la mafia
de Miami, aduciendo que, precisamente, esa omisión de la
Fiscalía constituye un reconocimiento de la "inocencia" de su
defendido. Esta manipulación ha sido recogida por la prensa
panameña e incluso por agencias de prensa internacionales.
Pero, lo que es aún más grave, es que el Gobierno de El
Salvador ha anunciado que está solicitando la extradición
del
terrorista Luis Posada Carriles por supuestos delitos
cometidos en ese país centroamericano, en una evidente
maniobra para tratar de rescatar a un personaje que
estableció en San Salvador, durante años, su cuartel general
para fraguar sus más tenebrosos complots y que cuenta con
la complicidad de los más altos funcionarios de dicho país,
según Cuba ha denunciado más de una vez y sobre lo cual le
ha entregado informaciones detalladas y fidedignas al
gobierno salvadoreño.
Esta repentina solicitud, luego de 16 meses de la prisión de
Posada Carriles, y la coyuntura en que se realiza, rodeada de
una feroz propaganda sobre su supuesta "inocencia", todo
ello sumado a la calaña de los solicitantes y a sus vínculos
de larga data con ese notorio terrorista internacional y con
personeros de la mafia de Miami, cuyos viajes a y desde
Panamá seguramente habrán permitido financiar y orquestar
estas maniobras, no pueden dejar de ser denunciadas ante
nuestro pueblo y ante la opinión pública internacional.
Ante esta situación, el Ministerio de Relaciones Exteriores
alerta que en los círculos contrarrevolucionarios de Miami se
comenta con entusiasmo la próxima liberación de los
terroristas o que, en última instancia, cumplirán una pequeña
condena.
Los elementos contrarrevolucionarios radicados en Panamá,
encabezados por Raymond Molina y la ex Alcaldesa de
Ciudad de Panamá, Mayín Correa, continúan presionando
públicamente, a través de todas las vías a su alcance,
para
lograr la liberación de los cuatro detenidos. Esta última,
aprovechando una reciente visita a Panamá de una
delegación de terroristas radicados en Miami, que viajó
expresamente a hacer gestiones a favor de Posada Carriles y
sus cómplices, invitó a su programa en la estación
KW
Continente a los terroristas radicados en Estados Unidos
René Cruz Cruz, Eusebio Peñalver Mazorra y Jorge Borrego,
los dos primeros con un amplio historial en la planificación
de acciones terroristas contra nuestro país y vinculados
estrechamente con Posada Carriles.
Asimismo, los terroristas Santiago Álvarez
Fernández-Magriña y Nelsy Ignacio Castro Matos también
han
visitado repetidamente Panamá con idénticos propósitos.
Es
oportuno recordar que en el listado entregado a las
autoridades panameñas el día 10 de noviembre del 2000, en
vísperas de la X Cumbre Iberoamericana celebrada en aquel
país, y que incluía a los terroristas más connotados
que
tenían antecedentes recientes de planes de atentado contra
el Presidente Fidel Castro, se encontraban, precisamente,
René Cruz Cruz, Eusebio Peñalver Mazorra, Santiago Álvarez
Fernández-Magriña y Nelsy Ignacio Castro Matos.
El 17 de noviembre del 2000, después de que nuestro
Presidente denunciara públicamente en Panamá el plan que
se fraguaba para atentar contra su vida, se entregó
información de los complotados a las autoridades
panameñas, documento en que también aparecía Santiago
Álvarez Fernández-Magriña como uno de los participantes
del
plan.
Cruz Cruz y Peñalver Mazorra formaron parte, en los primeros
años luego del triunfo de la Revolución, de las bandas
contrarrevolucionarias organizadas, armadas y financiadas
por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos,
hecho por el que fueron sancionados severamente. Ambos, a
partir de entonces, se unieron activamente a organizaciones
terroristas que actúan contra nuestro país desde el territorio
de los Estados Unidos, en algunas de las cuales ocuparon
cargos de responsabilidad, e incluso estuvieron involucrados
en la preparación de un plan de atentado contra el
Presidente Hugo Chávez, de Venezuela.
Por su parte, Álvarez Fernández-Magriña, también
vinculado
directamente con la FNCA y otras organizaciones terroristas
radicadas en los Estados Unidos, era uno de los que
acompañaría a Luis Posada Carriles y los otros tres
terroristas detenidos en Panamá en la ejecución del atentado
contra el Presidente durante la celebración de la X Cumbre
Iberoamericana en Panamá. Aunque finalmente no participó,
estuvo estrechamente vinculado con la preparación de esa
frustrada acción.
Nelsy Ignacio Castro Matos es miembro activo de varias
organizaciones terroristas, y ejecutó numerosas acciones de
ese carácter contra objetivos civiles y comerciales cubanos y
de otros países latinoamericanos.
Es amigo de Luis Posada Carriles desde que ambos
trabajaron juntos en la Dirección de los Servicios de
Inteligencia y Prevención (DISIP) de Venezuela en la década
de 1970. Después de que Posada Carriles y Orlando Bosch
fueron encarcelados como consecuencia de la participación de
ambos en la voladura de un avión de Cubana de Aviación
frente a Barbados en 1976, siguió siendo un cercano
colaborador de estos terroristas y les sirvió de enlace con los
grupos terroristas de Miami, valiéndose de su condición de
funcionario de la República de Venezuela.
Desde la década de 1980 comenzó a involucrarse en planes
de atentados contra el Presidente Fidel Castro, y estuvo
involucrado, junto a los cuatro terroristas detenidos en
Panamá, en la preparación del plan para atentar contra la
vida del Presidente durante la realización de la X Cumbre
Iberoamericana, en noviembre del año 2000.
Este terrorista quien, como se ha dicho, viaja
frecuentemente a Panamá a visitar a los cuatro detenidos,
financia, junto a otros terroristas cubanos radicados en
Estados Unidos los gastos que se derivan del proceso judicial
y participa en la creación de condiciones para una eventual
fuga de Posada Carriles y sus cómplices.
Ahora, han entrado en liza los cómplices salvadoreños de
Posada Carriles. Sería oprobioso que las autoridades
panameñas, que injustificadamente rechazaron la extradición
de los cuatro terroristas a Cuba, a pesar del rigor y la
limpieza con que nuestro Gobierno cumplió todos los pasos
necesarios, y que hasta ahora no han respondido a la
solicitud de las autoridades venezolanas de que se extradite
a su territorio al prófugo Posada Carriles, accedan ahora a
una solicitud salvadoreña cuyos objetivos son evidentes.
El Ministerio de Relaciones Exteriores desea que nuestro
pueblo conozca las maniobras que se realizan para frustrar el
castigo de los cuatro terroristas detenidos en Panamá que
tantos sufrimientos han causado a nuestro pueblo, y la
catadura moral de aquellos que, cumpliendo órdenes de la
FNCA y otras organizaciones terroristas de Miami, conspiran
en tal sentido.
La Habana, 12 de marzo del 2002