Posada Carriles operó aquí
* Proyectó volar aviones de línea Aerosegovia
El terrorista anticastrista de origen cubano Luis Clemente Posada
Carriles, alias «Bambi», entre los años 1998 y 2000
trató de utilizar
territorio nicaragüense para atentar contra Cuba y hasta se asegura
que
también planificó realizar un atentado contra la aerolínea
Aerosegovia.
Esto se desprende de declaraciones de una fuente fidedigna que
obviamente prefirió el anonimato y quien señaló que
el punto de
operaciones fue en Estelí.
Para penetrar en territorio nicaragüense, Posada Carriles utilizó
uno de
sus tres pasaportes. El salvadoreño número 143258 a nombre
de
Franco Rodríguez Mena, el mismo que lo identificaba cuando fue
detenido en Panamá el pasado 19 de noviembre.
Sin embargo, se conoce que para el escándalo Irán-Contras
Posada
utilizó otro pasaporte salvadoreño bajo el nombre de Ramón
Medina
Rodríguez, el nombre de guerra que en ese momento adoptó.
En ese período de casi tres años, entró a nuestro
país por lo menos en
tres ocasiones, siempre utilizando documentación falsa o por puntos
ciegos de la frontera.
Aunque el objetivo aparente en Nicaragua era visitar al hijo de su
amante Waleska Jaramillo, estudiante universitaria en San Marcos, la
realidad fue que ella era un contacto para reunirse con tres viejos
colaboradores de origen cubano vinculados al tabaco en Estelí, también
fieles contribuyentes de la Fundación Nacional Cubano-Americana
(FNCA), fundada por el hoy fallecido Jorge Mas Canosa y señalada
como pantalla para financiar y realizar operaciones encubiertas contra
el régimen de Fidel Castro.
SUS INCURSIONES EN NICARAGUA OTRO ATENTADO CONTRA
FIDEL
Es así que el 26 de marzo de 1998, su avión procedente de
El Salvador
aterrizó en el aeropuerto internacional Augusto César Sandino.
Dos días
fueron suficientes para visitar a su hijastro y reunirse con sus antiguos
compañeros de armas y con ex miembros de la Resistencia
Nicaragüense para encargarles la compra de explosivos plásticos
C-4 y
dos lanzacohetes portátiles, pagados con 10 mil dólares recién
recibidos de manos de Arnaldo Monzón Plascencia (hoy fallecido),
todo
a nombre de la FNCA.
Estos supuestamente serían utilizados contra Fidel Castro durante
su
visita a República Dominicana donde se celebró un encuentro
de jefes
de Estado del Caribe en agosto del 98.
Dos días después Posada Carriles regresó a su hogar
en El Salvador.
Sin embargo, aproximadamente dos meses después, el 7 de mayo del
mismo año, volvió a Nicaragua. En esta ocasión por
el paso fronterizo
terrestre de Las Manos.
Su objetivo era investigar las razones por las cuales no se había
realizado la compra de las armas y agilizar la adquisición. Tres
días
después viajó a Honduras.
El 19 de septiembre del 2000, a dos meses que resultara frustrado un
plan contra Castro durante su asistencia a la Cumbre Iberoamericana
en Panamá, Posada Carriles, conducido por una paranoica
desconfianza entra a Nicaragua ilegalmente en una zona cercana a
Jalapa, Nueva Segovia, con las mismas intensiones de continuar su
lucha contra Castro desde Estelí.
ESTUDIO VULNERABILIDAD DE AEROPUERTO NICARAGÜENSE
Entre los días 20 y 21 del mismo mes en compañía de
un hondureño
aún sin identificar, visitó continuamente el aeropuerto Augusto
César
Sandino, para estudiar las características y vulnerabilidades del
local,
algo que venía investigando desde 1999, para atentar contra una
aeronave de la línea aérea Aerosegovia, la cual cubre el
recorrido La
Habana-Managua.
Nuevamente se fraguaba un sabotaje similar como el realizado contra
un avión cubano en 1976 donde murieron 73 personas, pero ahora en
territorio nicaragüense.
Con propósitos similares Posada Carriles estudió en otras
pistas
aéreas del área. Sin embargo el plan terrorista no se efectuó
y Posada
Carriles abandonó Nicaragua el 22 de septiembre.
A poco más de un mes, Posada Carriles fue detenido por autoridades
panameñas por el intento de asesinato contra el mandatario cubano.
No obstante, a pesar de haber pruebas de la gravedad de sus acciones,
el gobierno de Panamá, quien tiene en sus cárceles a Posada
Carriles,
recientemente declaró que no lo extraditaría.
Según fuentes consultadas en el Poder Judicial panameño,
esa
institución está recibiendo fuertes presiones políticas
y económicas por
parte de cubanos de la FNCA, así como de congresistas
cubanoamericanos de Estados Unidos, para lograr la libertad de
Posada Carriles y el resto de los fraguantes del complot.
ANTECEDENTES DE POSADA Y MAS CANOSA
Según el diario The New York Times, en sus ediciones del 12 y 13
de
julio de 1998, publicó tres artículos sobre las acciones,
aventuras y
relaciones de este personaje que fue entrenado por la Agencia Central
de Inteligencia (CIA) en demolición y guerra de guerrillas en el
decenio
de 1960.
En el artículo se expresa que Posada participó en la colocación
de
bombas en hoteles en La Habana en 1997 y otras operaciones que
fueron apoyadas discreta y financieramente por líderes de la FNCA
de
Jorge Mas Canosa. Posada declaró que el propio Mas Canosa
supervisaba todo.
La amistad entre Luis Posada Carriles y Jorge Mas Canosa venía desde
la fallida invasión a Cuba en Bahía de Cochinos a inicios
de los años
sesenta, y mientras Mas Canosa se abría paso en los negocios,
Posada Carriles establecía estrechos lazos con la CIA, que utilizaba
a
Miami como centro de operaciones contra Castro.
Cubanos exilados, como Posada, fueron reclutados por la CIA para los
atentados contra la vida de Fidel Castro. Posada fue encarcelado por la
colocación de una bomba en un avión civil de Cubana que despegaba
de la isla de Barbados en 1976.
Sin embargo Posada Carriles, con la ayuda de 50 mil dólares
proporcionados por Mas Canosa, escapó de una cárcel venezolana
el
18 de agosto de 1985, cuando durante el cambio de guardia cruzó
el
patio de la prisión vestido como sacerdote.
Después de 15 días en Caracas, Venezuela, en un barco camaronero
lo llevaron a Aruba de donde salió en avión privado a Costa
Rica y
posteriormente a El Salvador.
Tiempo después se integró al eje de la cruzada anticomunista
de la
Casa Blanca en el hemisferio occidental iniciada por el entonces
presidente norteamericano Ronald Reagan.
Entre sus actividades clandestinas está el suministro de armas por
el
teniente coronel Oliver North para apoyar a los contrarrevolucionarios
o
resistencia nicaragüense. Operación en que Posada Carriles
era el
responsable de los almacenes y prácticamente de la distribución
de las
armas.