Moscoso asegura que Posada Carriles no será extraditado
Agence France Presse
PANAMA
El líder anticastrista Luis Posada Carriles, acusado de preparar
un plan para
asesinar al gobernante cubano Fidel Castro durante la X Cumbre Iberoamericana
en noviembre pasado, no será extraditado tal como solicitó
La Habana, anunció
ayer la presidenta de Panamá, Mireya Moscoso.
``No podemos extraditarlo [a Posada Carriles] porque Cuba es un país
donde
hay pena de muerte y en Panamá no (...) Cualquier delito que
haya cometido en
Panamá será juzgado en Panamá'', indicó
Moscoso en una conferencia de
prensa con la prensa extranjera al responder una pregunta específica
sobre el
tema.
La ley panameña --que no tiene pena de muerte ni cadena perpetua-
establece
que una persona no se puede extraditar si en el país donde será
juzgada
recibiría una pena, por el mismo delito, mayor a la que darían
los tribunales
panameños. En el caso del terrorismo, la legislación
panameña establece la
pena máxima, que son 20 años de prisión. Con su
respuesta, la presidenta
Moscoso se adelantó a la cancillería panameña,
la entidad encargada de otorgar
o no la extradición solicitada.
Mireya Moscoso, quien no quiso ahondar sobre el tema, explicó
a los
periodistas extranjeros acreditados en Panamá que ``si [Posada
Carriles]
cometió un delito en Panamá, y eso lo están investigando
las autoridades,
tendrá que ser juzgado en Panamá'' y reiteró que
``Cuba es el único país que
pidió la extradición, pero no lo vamos a extraditar''.
Panamá había anunciado que respondería en enero
pasado a la solicitud de
extradición presentada por Cuba, pero hasta ayer la cancillería
no se había
pronunciado sobre el tema.
Posada Carriles fue detenido el pasado 17 de noviembre en Panamá
junto a
Guillermo Novo, Manuel Díaz, Pedro Crispín Remón
y José Hurtado, luego de
que Castro revelara un plan para matarlo. Al grupo se le decomisó
una carga de
explosivos, equipos de vigilancia y detonadores, pero no planes para
asesinar a
Castro.
El ex procurador panameño Rogelio Cruz, abogado de Posada Carriles
y los
demás presuntos terroristas, acusó a Castro de tenderle
una trampa a su
cliente, en una operación organizada por los servicios secretos
cubanos.