Otros que están con vida fueron dados por muertos
Antes y después de la toma de la residencia japonesa, el Servicio
de Inteligencia Nacional (SIN), por intermedio de la policía, filtró
información falsa sobre la identidad de tres emerretistas que presuntamente
habían
muerto en esa acción, pero hoy se sabe que están vivas. Este
Diario ha confirmado
que las tres personas radican en diferentes caseríos de Chanchamayo.
Se trata de Rosario Vega Navarro, Yovanna Vila Plasencia y Jorge Bravo
Rolín, cuyos
nombres fueron dados a conocer por la policía señalándolos
como tres de los catorce
miembros del MRTA que tomaron la sede. Sus nombres también aparecen
en un
documento oficial obtenido por este Diario.
Rosario Vega vive actualmente en Yurinaki. En 1998, es decir un año
después de los
sucesos, fue capturada por la policía antiterrorista de Chanchamayo
durante un
enfrentamiento en el caserío de Camunachari. Fue detenida, pero
meses después
salió en libertad.
Yovanna Vila Plasencia radica en el caserío Sanchirio Palomar, a
dos horas de La
Merced. En plena crisis de la residencia, un grupo de agentes del SIN ubicó
a la
familia de Vila y la trajo hasta Lima para que convenciera a su hija a
deponer su
acción. La madre de Vila fue llevada hasta cerca de una ventana
por donde asomó
una de las mujeres emerretistas para observarla, pero no le hizo caso.
El hecho fue
difundido por el programa "Contrapunto" de Canal 2.
La madre siempre creyó que Yovanna había muerto, pero en
1998 recibió la visita de
su hija. La mujer no lo podía creer. Vila le pidió a su madre
que le cuidara a su
segundo hijo que acababa de nacer y luego volvió al monte. Se presume
que continúa
en las filas del MRTA.
Un caso similar ocurrió con Jorge Bravo, quien en la Navidad de
1998 llegó a la casa
de su familia. Su madre hasta ahora no sale de su asombro, pues creía
que su hijo
había muerto. Bravo fue capturado meses después por la policía
acusado de ser
terrorista. Un año más tarde, fue absuelto judicialmente
y hoy se gana la vida
trabajando en una chacra.
Fuentes de la policía antiterrorista dijeron a este Diario que las
identidades falsas
filtradas por el SIN estaban orientadas a confundir y a echar sombras si
es que en el
futuro alguna autoridad se atrevía a investigar los luctuosos sucesos,
como ahora
ocurre.