Sendero en ruta de regreso
REYNALDO MUÑOZ / Agence France Presse
LIMA
El grupo terrorista Sendero Luminoso (SL, maoísta), que
volvió a la actualidad con el reciente secuestro de 71 empleados
de la empresa argentina Techint, se está
reorganizando en tres sectores de la región amazónica
y el sudeste de Perú, pero sin mostrar la fuerte presencia que tenía
en la década de los años 80.
Estimaciones de la policía antiterrorista y de analistas consideran que la agrupación cuenta hoy con entre 300 a 500 hombres armados, a diferencia de los casi 5,000 que logró aglutinar entre 1985 y comienzos de la década pasada, cuando tenía presencia en la costa, los Andes y la selva.
''[Hoy SL] es una mezcla de cosas: es un grupo político y es un grupo criminal que desarrolla un accionar terrorista con más claridad que nunca. Es un grupo que vincula a delincuentes comunes y narcotraficantes'', sostuvo el congresista socialista Javier Diez Canseco.
Un alto oficial de la división antisubversiva dijo que los senderistas pertenecen a la facción denominada Proseguir, partidaria de continuar con la guerra popular, pero que ahora se mantienen "más como protectores del narcotráfico''.
El gobierno ha negado que haya un ''rebrote del terrorismo''
y el ministro de Defensa, Aurelio Loret de Mola, dijo que un pequeño
grupo logró notoriedad mundial por
secuestrar a empleados de un consorcio internacional.
La reciente toma de rehenes en Techint, que terminó con
la liberación de los cautivos sanos y salvos, se produjo en el departamento
surandino de Ayacucho, un
departamento pobre con amplias regiones andina y selvática,
considerado bastión histórico del senderismo.
El primer golpe que dio SL se produjo en la comunidad de Chuschi,
parte andina de Ayacucho, la noche del 17 de mayo de 1980, que marcó
el inicio de la ''guerra
popular'' de corte maoísta que al cabo de dos décadas
dejó más de 35,000 muertos y $40,000 millones en pérdidas,
según las últimas estimaciones oficiales.
Rápidamente SL se expandió al país y logró
establecer enclaves en la región amazónica central, en la
provincia de Satipo, y en la selva nororiental, en el valle del Alto
Huallaga, una zona plagada por bandas de narcotraficantes. Las
tres zonas son tradicionalmente conocidas como reductos senderistas por
ser para ellos zonas de
''repliegue estratégico'' que permitieron a sus columnas
sobrevivir a la derrota sufrida en 1992 cuando fue capturado en Lima su
líder y fundador, Abimael Guzmán,
conocido como ``Presidente Gonzalo''.
Informes de inteligencia subrayan que las columnas senderistas
se mueven a través de un corredor en la ceja de selva que une esas
tres zonas y que les permite tener
constante movilidad y contacto estrecho, zonas que conocen palmo
a palmo y de difícil acceso por ser regiones boscosas y de profundas
quebradas.
La captura de Guzmán y de sus principales lugartenientes,
todos cumpliendo hoy prisión perpetua, llevaron a las desbandadas
huestes senderistas a retroceder y
refugiarse en esos tres bolsones.
Sin la orientación ideológica de Guzmán --considerado como un mito y la ''cuarta espada de la revolución mundial'' por su militancia--, rápidamente los grupos senderistas derivaron en bandas que se dedicaron a actos de delincuencia común.
Actualmente, la inteligencia policial conoce sólo por seudónimos a los líderes que están reactivando lo que se llama ''rezagos'' o ''remanentes'' de SL.
''Camarada Alipio'' tendría el control de Ayacucho y habría
diseñado el secuestro de los trabajadores de Techint; el ''camarada
Artemio'' sería el líder en el valle
nororiental del Alto Huallaga, y el ''camarada Dalton'' dirigiría
la columna de la selva central.
Los tres habrían formado logrado establecer un nivel de coordinación para cometer acciones armadas, según la inteligencia policial.