Vizcatán, reconocido como uno de los últimos bastiones
de Sendero Luminoso, empieza a ser mirado con atención por las entidades
públicas de la zona. Vizcatán está enclavado en el
distrito de Ayahuanco, en la provincia de Huanta, departamento de Ayacucho,
casi en el límite con Junín y Huancavelica. Es un paraje
de ceja de selva, inaccesible, escondido casi permanentemente por un cómplice
techo de nubes que torna imposibles las incursiones áreas. Allí
se recluyó hasta poco antes de ser capturado el cabecilla de Sendero
Luminoso Alberto Ramírez Durand, alias "Feliciano".
Sobre este espacio geográfico, las autoridades locales anuncian
ahora medidas con las que se proponen rescatar la zona para la población
de extrema pobreza que emigró o que está ávida de
apostarse en estas tierras aptas para la producción de café
y cacao.
Historia
Hacia 1984, luego de la ofensiva militar del Estado, las fuerzas de
Sendero Luminoso encontraron en Vizcatán un espacio idóneo
para su estrategia de retiro. Las poblaciones de la zona pertenecientes
a las comunidades de Sanabamba, Noa, Huarcatán, Pucacolpa, Parobamba,
entre otras, abandonaron el lugar, sin que hasta el momento hallan logrado
propiciar un retorno masivo.
Desde sus padres y abuelos, los pobladores de estas comarcas siempre
alternaron su vida entre la sierra y la ceja de selva. Esto les permitía
enfrentar en mejores condiciones la lucha contra la pobreza. Obtenían
recursos alimenticios e ingresos económicos, pero esa situación
se cortó drásticamente.
Proyecto piloto
Recogiendo las demandas de la población, los sectores Educación,
Salud y Agricultura, lo mismo que Foncodes, PAR, Pronaa, la Policía
Nacional y el Ejército Peruano, bajo la coordinación del
Comisionado Para la Paz y el Desarrollo, han formulado un Proyecto Piloto
de Bases de Desarrollo.
"El proyecto permitirá enfrentar los remanentes de violencia
con desarrollo y lucha efectiva contra la pobreza", señaló
Wilmer Aranzamendi Fernández, Comisionado para la paz de Ayacucho.