A dos años de toma de rehenes, languidece MRTA
MARIA JOSE GONZALEZ
Reuters
Lima -- Dos años después de asaltar la residencia
del embajador de
Japón en Lima, en una toma de rehenes que sacudió
al mundo, el grupo
terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, de tendencia
guevarista, lucha por sobrevivir en el interior de Perú.
``Ciertamente, la presencia política y militar del MRTA
se ha reducido a
cero'', dice el sociólogo Raúl González.
``Pero no es saludable hacer
afirmaciones categóricas hasta que no hayan caído
los últimos miembros
o hasta que la dirección del grupo no decida públicamente
disolver la
organización''.
El 17 de diciembre de 1996, a las 8:30 de la noche, los disparos
y
explosiones rompieron la tranquilidad de la exclusiva zona residencial
de
San Isidro en Lima.
Un grupo de 14 guerrilleros tomó entonces en rehenes a
más de 600
invitados a una fiesta en la residencia diplomática.
En la reunión se encontraban presentes funcionarios de
las distintas
embajadas presentes en Lima, así como miembros del gobierno,
congresistas y altos representantes de la industria, el comercio
y las
finanzas.
Incluso la madre y uno de los hermanos del presidente Fujimori
permanecían en la residencia del embajador japonés
--lo que
aparentemente no fue advertido por los terroristas-- pero lograron
salir
en el primer grupo de rehenes liberados esa misma noche.
Entonces se hablaba también del desmantelamiento del MRTA,
grupo
guerrillero de ideología guevarista que nació a
comienzos de la década
de los años 80 y considerado la segunda organización
terrorista, después
del maoísta Sendero Luminoso.
Pero el golpe sacudió al gobierno de Alberto Fujimori,
quien
consideraba a ambos grupos terroristas prácticamente disminuidos
tras
capturar a sus principales cabecillas y fundadores: Víctor
Polay, del
MRTA, y Abimael Guzmán, de Sendero, a comienzos de esta
década.
Tras 126 días de zozobra, Fujimori ordenó el 22
de abril de 1997 el
rescate de los 72 rehenes que seguían en la residencia,
acabando con la
toma rebelde más prolongada de América latina.
En el operativo murieron los 14 rebeldes, entre ellos su líder,
Néstor
Cerpa Cartolini, dos comandos y uno de los rehenes.
Según una grabación difundida el jueves por el diario
El Comercio, que a
su vez la tomó de medios de prensa japoneses, Cerpa estaba
dispuesto a
matar a los rehenes.
Las grabaciones fueron captadas por pequeños micrófonos
introducidos
subrepticiamente en la residencia y que a la postre ayudaron
a diseñar el
rescate, según fuentes militares.
``Si una enseñanza deja la toma de la residencia es la
de no realizar
afirmaciones categóricas de la vida de un movimiento político'',
afirma
González.
``Se tiene conocimiento de que aún existe armamento y células
que si
bien no son muy activas, constituyen elementos suficientes para
no hacer
afirmaciones categóricas [de que el MRTA está destruido]'',
agregó el
sociólogo, experto en temas de seguridad.
En septiembre de este año, las fuerzas militares capturaron
en la sierra
central a nueve miembros del MRTA y les decomisaron abundante
arsenal, desde fusiles y ametralladoras hasta granadas y lanzacohetes.
El armamento, dijeron las autoridades, serviría para boicotear
las
elecciones municipales de octubre.
Posteriormente, en noviembre, Fujimori anunció la captura
del jefe militar
de MRTA, Remigio Huamán, ``camarada Joel''.
En un comunicado difundido el jueves en la página del MRTA
en la
Internet, portavoces del grupo en el extranjero hicieron un llamamiento
para fortalecer las bases de la organización, actualmente
liderada por
Hugo Avellaneda.
``Hoy nuestro pueblo está en pie de lucha, pero aún
falta fortalecer
nuestras organizaciones autónomas de base, forjar un proyecto
de
socialismo autóctono'', señala el comunicado.
Según estimaciones de expertos en guerrilla, el MRTA contaría
con unos
200 hombres en la selva y algunas zonas de la sierra central.
Las fuerzas militares están tras la pista de Avellaneda,
quien según
versiones de prensa no confirmadas, se desplaza entre Perú
y Bolivia.