Madre de "David" se enteró de su muerte cuatro años después
Un testigo que estuvo a punto de participar en la toma de la residencia
del embajador
de Japón, en diciembre de 1996, identificó a tres de sus
compañeros que participaron
en esa acción y que luego fueron enterrados como desconocidos. El
Comercio viajó
hasta la selva de Chanchamayo y allí confirmó las identidades
de los emerretistas
fallecidos con sus mismos familiares, dos de los cuales desconocían
sus muertes.
Hasta el momento, de los 14 miembros del Movimiento Revolucionario Túpac
Amaru
(MRTA) que ingresaron a la sede diplomática y que luego fueron muertos
por las fuerzas
del orden, sólo tres (Néstor Cerpa Cartolini, Rolly Rojas
Fernández "El Árabe" y Eduardo
Cruz Sánchez "Tito") habían sido identificados. De los once
restantes no se sabía nada, lo
que dificulta la investigación que están realizando los médicos
forenses, luego de la exhumación
de los 14 cadáveres.
"Encontrar a los familiares de los emerretistas es vital, pues la información
que
brinden permitirá a los peritos saber a qué persona corresponde
cada esqueleto y las
causas verdaderas que originaron su muerte", dijo un galeno que participa
en la
investigación.
La identificación fue hecha con la ayuda de fotos que se publicaron,
sobre todo las
captadas el 31 de diciembre cuando el grupo terrorista permitió
el ingreso de
periodistas al interior de la residencia japonesa. "David" y "Melissa"
Uno de los identificados es Alejandro Arias Contreras, un joven de 16 años
cuyo
apelativo era "David". Arias es uno de los dos emerretistas que días
después de la
toma de la residencia subió hasta el techo de esa sede para colocar
una bandera con
las siglas del MRTA. El otro subversivo fue identificado sólo con
el apelativo de
"Lucas", pero se sabe que vivió en un caserío cercano a Yurinaki.
Arias Contreras vivía en el recóndito caserío de Morlan,
ubicado a cuatro horas en
camioneta de La Merced, tras lo cual hay que caminar dos horas más
por trocha. Su
familia recién se enteró de su muerte el domingo 18 de marzo
pasado, cuando un
funcionario de la Cruz Roja Internacional llegó hasta ese lugar.
Su madre, la señora
Santosa, rompió en llanto al enterarse de la noticia. Desde 1996,
cuando su hijo fue
llevado por engaños por "Los Negros", como se les llamaba a los
emerretistas,
nunca más supo nada de él.
Su hermana Gavina también rompió a llorar el miércoles
de la semana pasada
cuando El Comercio llegó hasta ese lugar. Gavina contó que
el domingo, luego de la
visita del funcionario extranjero, su madre cogió varias fotos de
su hermano y se vino
a Lima, sin decir lo que le había ocurrido a Alejandro.
Otro de los identificados es Erma Luz Cueva "Melissa", una joven de 16
años que fue
secuestrada cuando -junto con su familia-trabajaba arriando ganado en una
chacra
del caserío de Mellizos, ubicado entre Villa Rica y Puerto Bermúdez.
Según el testigo, cuando Erma Luz ingresó a la residencia,
en diciembre de 1996,
tenía dos meses de embarazo. Lo que significa que cuando ocurrió
su muerte, en
abril de 1997, tenía seis meses de embarazada. Era la pareja de
Eduardo Cruz
Sánchez "Tito", uno de los lugartenientes del líder Cerpa
Cartolini.
El testigo refirió que la emerrestista tenía un puente dental
postizo en el maxilar
superior. Pobladores de la chacra -donde había trabajado- dijeron
que los padres de
Erma Luz se habían ido a trabajar a otro lugar, pero creían
que su hija estaba viva.
"La Gringa"
Otro emerretista cuya identidad ha quedado plenamente establecida es Luz
Dina
Villoslada Rodríguez, una joven de 17 años a quien sólo
se la conocía como "La
Gringa". Villoslada vivía en el caserío de Puerto Victoria,
ubicado a media hora de La
Merced.
Su madre, doña Eligia Rodríguez, dijo a este Diario que reconoció
a su hija días
después de que ocurrió la toma de la residencia. Fue a través
de la difusión de un
video filmado por los emerretistas antes del asalto a la sede nipona, el
mismo que
fue difundido por los medios de televisión.
"Yo la vi e inmediatamente me fui a Lima, pero nunca me dejaron hablar
con ella.
Cuando ocurrió el rescate y se informó que todos los emerretistas
habían muerto, fui
a reclamar su cadáver, pero nunca me lo entregaron. Mostré
fotos, documentos, para
demostrar que era mi hija, pero no me entregaron su cuerpo", relató
Eligia Rodríguez.
Rodríguez señaló que su hija fue secuestrada por "Los
Negros" a inicios de 1996
cuando se encontraba lavando su ropa en las orillas del río Perené.
Según las
grabaciones de audio que los agentes de la Dirección Nacional contra
el Terrorismo
(Dincote) registraban diariamente a través de los micrófonos
que lograron introducir
en el interior de la residencia japonesa, Luz Villoslada lloraba todas
las noches y le
decía a Cerpa Cartolini que quería ir a ver a su madre y
a sus hermanos. Un agente
antiterrorista, que formó parte del equipo del Comité de
Crisis que la policía constituyó
para enfrentar la delicada situación, dijo a El Comercio que "La
Gringa" le contó a un
ex rehén que quería traicionar a Cerpa Cartolini y escapar
junto con todos los 72
secuestrados.
El rehén la animó a salir juntos, a lo que la joven le dijo
nerviosa que "no puedo
hacerlo. Si hiciera algo así toda mi familia sería asesinada
por el MRTA". De niña, "La
Gringa" se fracturó el dedo medio de una de sus manos.
El testigo también reconoció a otros emerretistas por sus
apelativos. Entre ellos
figuran "Cheveto" (quien aparece fotografiado subiendo una escalera con
un instalaza.
Vivía en Alto Sancachari), "Yaguar" (aparece poniendo una de las
manos delante de
una cámara fotográfica. Llegó del Oriente), "Huáscar"
(posa junto con Cerpa. Vivía en
Santa Isabel), "Aderlin" (también posa junto con Cerpa. Vivía
en el caserío de San
Juan) y "Merlín" (es nativo y vivía en el Gran Pajonal).