Algunos emerretistas dijeron que Berenson les daba comida
Siete terroristas capturados en el interior de la residencia de La
Alameda de El Corregidor, alquilada por Lori Berenson y Pacífico
Castrillón, confirmaron que el tercer piso de ese inmueble fue convertido
en una
especie de cuartel general y centro de entrenamiento para los miembros
del MRTA
que tenían la misión de tomar el local del Congreso.
Tal fue lo que se dijo ayer durante la lectura de piezas en el proceso
por terrorismo
que se le sigue a la estadounidense en el penal de Lurigancho. Empero,
los
documentos contienen una serie de contradicciones de los subversivos, al
parecer en
su intento por evitar que la justicia determine las reales actividades
de Lori Berenson.
Según las declaraciones testimoniales de José Mego Arrieta,
Lucy García López,
Nancy Lidia Cuyubamba Puente, Rufino Romero Yumpire, Odón Leoncio
Torres
Bautista, Andrés Zapata y Jaime Ramírez Pedraza, la estadounidense
Berenson no
tuvo contacto con ellos ni con otros nueve emerretistas que estaban en
el tercer piso
de la residencia.
Pero otros subversivos señalaron -según las piezas- que Berenson
era una de las
personas que subía al tercer piso para entregarles alimentos. Lo
hacía encapuchada,
con guantes y sin pronunciar palabra alguna para no ser identificada.
En otra parte de dichos documentos se indica que Miguel Rincón Rincón
y Luncinda
López eran los únicos que no usaban capucha. Son sindicados,
además, como los
que adiestraban a los militantes del MRTA y orientaban las acciones que
debían
acometer. Todo ello hasta que llegó la policía.