Los nicas salieron a votar por su futuro
JULIA RIOS / AFP
MANAGUA
Preparados con termos de café, sombrillas y hasta sillas
para soportar largas horas de espera, miles de nicaragüenses acudieron
masivamente ayer a las urnas,
muchas de las cuales abrieron con retrasos, para votar en estas
reñidas elecciones presidenciales y legislativas.
Ancianos, enfermos y lisiados ocupaban los primeros lugares de
las filas de varias cuadras que comenzaron a formarse desde la madrugada
del domingo y, pese a la
demora en la apertura de algunas urnas, se percibía un
ambiente de calma y ansias de la población porque su voto sea respetado
``gane quien gane''.
La elección presidencial enfrentaba en una cerrada disputa,
según preanunciaban las encuestas, al ex presidente Daniel Ortega
(55 años), candidato del opositor Frente
Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda), y
al empresario Enrique Bolaños (73), del gobernante Partido Liberal
Constitucionalista (PLC, derecha).
Algunas personas se inquietaban ante los retrasos en algunos centros electorales y pedían explicaciones a los funcionarios.
Ortega y el presidente Arnoldo Alemán debieron hacer fila por más de una hora, en espera de que abriera el centro donde les correspondía votar.
La concurrencia a las urnas era igual tanto en barrios populares
como en los residenciales de clase media y alta y, aunque pocos revelaban
su voto, hacían comentarios
sobre la jornada electoral, los candidatos o la situación
del país.
``Estamos esperando el gran triunfo, aunque sabemos que ellos
[los liberales] van a hacer todo lo posible e imposible para evitarlo,
pero ahora no va a ser igual que la
vez pasada [1996] cuando anduvieron las boletas [electorales]
en las calles'', declaró una mujer, que, recelosa, sólo quiso
identificarse como Mariana.
``Ojalá que los observadores esta vez observen de verdad'',
añadió, por su parte, Reina Rodríguez, estudiante
de ingeniería agrícola, quien aseguró, sin querer
precisar a
qué partido se refería, que ``vamos a ganar limpio
o a perder limpio''.
Girsa Soza, quien hacía fila en las afueras del colegio
Sagrado Corazón de María, al este de Managua, consideró
que lo importante es que ``si gana uno u otro candidato
que haga algo'' por Nicaragua. ``Es horrible, tenemos años
de intranquilidad y miseria'', añadió la mujer de 21 años.
``Dicen que si votamos por un partido, vamos a perder el trabajo
en la zona franca [maquiladoras], pero no creemos eso. Tenemos que escoger
al mejor presidente, al
más conveniente'', dijo, por su lado, Reina Aguirre, vecina
del barrio Villa Venezuela, al sureste de Managua.
Pese a los pronósticos de lluvia, el ambiente era fresco, aunque un poco nublado, y en las calles la circulación de vehículos era escasa.
La presencia de militares y policías era discreta pese
a que el gobierno había anunciado un amplio despliegue militar,
ante temores de actos de violencia.
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