Adiós final al célebre músico Oréfiche
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
Las cenizas del célebre pianista y compositor cubano Armando
Oréfiche fueron
vertidas en el mar frente a la avenida que acostumbró a recorrer
los últimos años
de su vida.
``Había dejado escrito que sus cenizas fueran echados al mar
justo en el lugar
que regularmente visitábamos'', relató ayer José
Luis Galindo, quien vivió junto al
artista en Las Palmas de Gran Canaria, España, por más
de dos décadas.
Oréfiche, figura descollante de la música popular cubana
del siglo XX, falleció en
Las Palmas el pasado 24 de noviembre, víctima de una anemia
agresiva que lo
mantuvo hospitalizado por varias semanas.
Nacido en La Habana el 5 de junio de 1911, estudió para maestro,
pero optó
desde muy joven por su vocación musical. En 1931 fundó
en su ciudad natal la
Orquesta Encanto que luego se convertiría en los Lecuona Cuban
Boys, por sus
vínculos con el genial compositor Ernesto Lecuona.
Los Lecuona Cuban Boys triunfan rotundamente en Europa durante los años
30,
bajo la dirección de Oréfiche.
``La concepción de la orquesta-espectáculo que hoy gobierna
en los escenarios
de la música popular, fue ideada por Oréfiche con los
Lecuona Cuban Boys'',
expresó el musicólogo Cristóbal Díaz Ayala.
``Fue un artífice de la
espectacularidad; todo el movimiento coreográfico, la ambientación,
el vestuario
de las actuales orquestas salseras y merengueras, le deben mucho a
sus
iniciativas''.
Oréfiche viajó extensamente con los Lecuona Cuban Boys
por Europa,
Latinoamérica y Estados Unidos, y grabó decenas de discos
hasta 1939. En
1942 creó una nueva orquesta, Havana Cuban Boys, que se mantuvo
activa
hasta comienzos de los años 60.
Por esos años, los Havana Cuban Boys inauguraron el Moulin Rouge
de Ginebra
y los Tres Molinos de Barcelona, hicieron temporadas en Japón
y se convirtieron
en visitantes indispensables del carnaval de Montevideo, Uruguay, país
que
Oréfiche visitó por última vez en 1997.
Una selección de esa etapa apareció recogida el pasado
año en el disco
compacto Armando Oréfiche y sus Havana Cuban Boys, editado en
España.
En su vasta obra como compositor figuran títulos memorables como
Mesié
Julián (inmortalizada por Ignacio Villa ``Bola de Nieve''),
Habana de mi amor,
Chino li Wong y Una noche en La Habana, así como las llamadas
tres rumbas
(Blanca, Azul y Colorá).
``La música cubana ha perdido una de sus glorias mayores; yo
he perdido a mi
mejor amigo de los últimos 40 años'', expresó
emocionada la cantante Olga
Guillot, quien lamentó que Oréfiche muriera sin regresar
a Cuba.
Galindo, su único heredero, dijo que conservará todas
las pertenencias y
documentos de Oréfiche con la ilusión de que un día
puedan formar parte de ``un
museo en una Cuba libre''. El músico visitó la isla por
última vez en 1959.