Científicos de Yale descifran códigos mayas
MONICA MEDEL / EFE
CIUDAD DE MEXICO
Después de siete años de trabajo, expertos de la
Universidad de Yale presentaron a las autoridades mexicanas un estudio
que documentó los murales
mayas de Bonampak, considerados como una obra clave para entender
a esta misteriosa civilización.
'No creo que exista algún artefacto del llamado `antiguo
Nuevo Mundo' que ofrezca un panorama tan complejo de la sociedad prehispánica
como las
pinturas de Bonampak'', afirmó la doctora en arte Mary
Miller, de la Universidad de Yale.
Explicó que ninguna otra obra pictórica de los
mayas los muestra participando en la vida cortesana y representados con
tanto detalle, ``lo que hace que
sean una fuente sin igual para entender a la sociedad antigua''.
Los murales de Bonampak están ubicados en las profundidades
de la selva de Chiapas, en el sureste de México, y son considerados
como los más
completos e importantes de esta civilización, que logró
grandes avances astronómicos y desapareció misteriosamente
antes de la llegada de los españoles.
Fueron pintados alrededor del año 800 de esta era y revelan
al antiguo pueblo maya al final de su esplendor, participando en rituales
cotidianos y
sacrificios humanos, vistiendo elegantes trajes y despojando
de sus ropas a los caídos cautivos, así como recibiendo tributos
y homenajeando a nobles
extranjeros.
La documentación de esta obra pictórica se inició
en 1995, con el patrocinio del Comité Geográfico Nacional
sobre Exploración e Investigación y la Fundación
Getty Grant.
Tras cuatro años de registrar los detalles de las pinturas,
dispersas en tres salones estrechos del centro ceremonial de Bonampak,
en 1999 se contrató a
un artista que las reprodujo en una obra de gran formato, de
la mitad del tamaño del original.
El trabajo fue presentado por la jefa del proyecto, la doctora
Miller, y el presidente de la Universidad de Yale, Richard Levin, al director
general del Instituto
Nacional de Antropología e Historia de México
(INAH), Sergio Arroyo.
''Estas pinturas ofrecen una ventana única a un mundo
olvidado'', afirmó Levin el miércoles. ''Me siento muy complacido
de que Yale haya podido apoyar una
investigación tan importante en cada paso del camino'',
añadió.
La cultura maya se desarrolló durante alrededor de mil años en el sureste de México y se extendió hasta Belice, Guatemala, El Salvador y Honduras.
Junto con los Incas, de Perú, la civilización maya está considerada como una de las más importantes de la América prehispánica.
Los mayas comenzaron a construir grandes ciudades y pirámides en América Central hacia el siglo dos d.C.
Tikal, Copán, Palenque, Bonampak y Río Bec fueron
algunas de sus principales ciudades, que durante su época de mayor
apogeo (hacia el año 250 d.C.)
llegaron a sumar 40, con cerca de dos millones de pobladores
cuya subsistencia se basaba en el cultivo del maíz.
Los mayas también hicieron murales, trabajaron el oro
y el cobre y desarrollaron una escritura jeroglífica que, en su
mayor parte, no ha podido ser
descifrada, aunque lo que se conoce de ella ha permitido averiguar
que adoraban a los dioses del Sol, la Luna, la lluvia y el maíz.
Por razones aún desconocidas comenzaron a abandonar sus grandes ciudades hacia el año 900 d.C., momento que marca el declive de la civilización.
Sin embargo, los centros de Chichén Itzá y Mayapán,
en la península del Yucatán, continuaron floreciendo durante
siglos hasta la llegada de los
conquistadores europeos.
La mayoría de las grandes ciudades mayas fueron sepultadas
por la espesa selva tropical, que las mantuvo ocultas a los ojos del mundo
durante varios
siglos.