Tegucigalpa --(Reuters)-- Centenares de indígenas hondureños
liberaron
el viernes los accesos a un parque arqueológico y las
ruinas mayas de
Copán, tras comprometerse el gobierno del presidente Carlos
Flores a
suministrarles tierras, dijeron funcionarios.
Unos 1,000 indígenas chortís, descendientes de los
mayas, mantenían
bloqueados desde hace 13 días los accesos a las ruinas,
situadas a 270
kilómetros al oeste de Tegucigalpa, reclamando tierras,
escuelas,
hospitales y carreteras. Las etnias accedieron a abandonar los
accesos a
las ruinas, visitadas por turistas estadounidenses, europeos
y asiáticos,
tras la firma el jueves en la noche de un acuerdo con el ministro
de la
Presidencia, Gustavo Alfaro, después de varios días
de negociaciones.
``Hemos decidido firmar un documento sobre aspectos que realmente
son creíbles, aspectos que realmente se van a cumplir'',
dijo Alfaro a la
prensa.
El gobierno en el documento se compromete a entregar a los indígenas
chortís a más tardar en 15 días 1,757 hectáreas
de tierra en los
departamentos de Copán y Ocotepeque y titular tierras
de otras etnias
en otras regiones del país.
Las etnias y el gobierno acordaron crear una comisión de
análisis y
seguimiento que se encargará de discutir y resolver sobre
otros reclamos
indígenas sobre tierras, escuelas, hospitales, maestros,
médicos y
seguridad en las comunidades indígenas.
También crearán un fondo especial de desarrollo
para atender las
reclamaciones de las etnias cuando no se disponga de recursos
en los
presupuestos regulares de los ministerios.
El fondo se creará con aportaciones de organismos y naciones
interesadas en respaldar programas de atención a las etnias,
dijo Alfaro.
El dirigente de la etnia lenca, Salvador Zúniga, dijo que
``éste es un
compromiso parcial del cual estaremos atentos a su cumplimiento
en
nuestras comunidades''.
Los indígenas hondureños suman unos 350,000 y en
su mayoría viven en
condiciones de pobreza y despojo de sus tierras y culturas ancestrales.
La iglesia Católica, que respaldó el movimiento,
dijo el martes que en
Honduras ``los indígenas son tratados como forasteros
en la tierra que
les perteneció por milenios y se les considera como ciudadanos
de
segunda clase en la nación que forjaron sus antepasados''.
``Actualmente es la población que más sufre de desnutrición
y
enfermedades, la mortalidad es elevada, sus condiciones de vivienda
son
precarias y entre ellos se encuentran los más altos grados
de
analfabetismo'', indicó la declaración de la Iglesia
Católica.
Copyright © 1998 El Nuevo Herald