en El Nuevo Herald
1 de mayo de 2001

Testigo narra el asesinato de Gerardi

RICARDO MIRANDA / AP
CIUDAD DE GUATEMALA

La escena del crimen del obispo Juan José Gerardi, que los investigadores
encontraron el 26 de abril de 1998, fue alterada por dos militares para desviar la
investigación, según relató ayer un testigo que durante dos años fue pagado por
el Ejército para vigilar al prelado.

Rubén Chanax Sontay, de 28 años, quien se hacía pasar como indigente para
pernoctar todas las noches en la entrada de la casa parroquial de Gerardi,
declaró en la causa que se sigue en contra de tres militares, un sacerdote y una
cocinera.

Chanax, cuya declaración resultó la más contundente en contra de los militares
acusados, irónicamente fue llamado a declarar a petición de éstos.

Custodiado por cinco guardas armados y protegido por un chaleco antibalas,
Chanax declaró durante cuatro horas ante el tribunal. Allí dijo que fue contratado
por Lima Estrada para vigilar a Gerardi.

Además, hizo un escalofriante relato de cómo fue preparada la escena del
crimen para engañar a los investigadores.

``El 26 de abril en la mañana se me acercaron Byron Lima y Obdulio Villanueva
para advertirme que esa noche ocurriría algo en la casa parroquial y que era
mejor que no estuviera allí'', dijo el testigo al tribunal.

A pesar de la advertencia y conforme su labor de espía, el supuesto indigente
llegó al lugar esa noche. A las diez de la noche, según relató, vio salir a Byron
Lima sin camisa de la casa Parroquial. Seguidamente, un vehículo llevó a
Villanueva, quien llevaba una cámara de video.

``Me ordenaron que entrara al parqueo de la casa parroquial. Allí estaba
monseñor Gerardi tirado en el suelo. Me ordenaron que arrastrara el cadáver y lo
cambiara de posición. Luego Villanueva me dijo que llevara papel periódico para
limpiar el piso'', agregó.

Seguidamente, el propio Villanueva llevó un pedazo de concreto --que durante
tres años se creyó era el arma homicida-- y el cuerpo fue trasladado al interior
de la casa.