SONETO
Aunque en soberbias olas se revuelva
El mar, y conmovidos sus cimientos
Gima la tierra, y los contrarios vientos
Talen la cumbre en la robusta selva;
Aunque la ciega confusión envuelva
En discordia mortal los elementos,
Y con nuevas señales y portentos
La máquina estrellada se disuelva;
No cederá, ni se verá oprimido
Del buen Cubano el corazón constante
Que su mal como ageno considera;
Y en la mayor adversidad sufrido
La airada suerte con igual semblante
Mira seguro y alentado espera.
T. M. Rosis
Savannah Junio 1 1850