S. d. Cristobal Madan,
Presidente de la Junta
"Consejo Cubano", establecida en esta ciudad:
Muy estimado amigo mío: impulsado por las exhortaciones de la Habana, por las noticias recientes de la Isla y por mi juicio y mi propio corazón, me he decidido, antes de dejar esta parte del país con el objeto de expeditar mi salida para Cuba á venir en persona á N. York para hacer mi mayor y último esfuerzo á fin de unir nuestra acción y nuestros divididos consejos.
Si contra mis esperanzas, los que hoy se encuentran separados de mi no se unen en un espíritu que corresponda al mío, estoy resuelto a marchar al sur dentro de breves días pa. libertar á Cuba sin una cooperación cuya carencia no cesaré de lamentar, sean cuales fueron los agravios que me hayan hecho ó puedan hacerme.
He aquí las últimas noticias de la Isla. 1a. Dos de mis agentes en la Vueltabajo tienen más de 2,000 hombres organizados, armados é impacientes por comenzar la lucha; y no dudo que el tercero haya llenado también su parte. 2a. En la Habana existe una verdadera organización y aun ejercicios secretos de armas. Se de uno que tiene listos más de 200 hombres escogidos y de otros que hacen preparativos semejantes. 3a. Cincuenta de mis proclamas se distribuyeron á los soldados de Matanzas y se recibieron con tal espíritu, que no solo no hubo quien descubriera al que las habia repartido, sino que los oficiales no pudieron encontrar una sola después de minuciosas pesquisas. Dos sargentos fueron á pedir medios con que venir á N. Y. para reunirse á "su antiguo general", y después he sabido que se han desertado. También se me dice que la proclama á la tropa ha surtido muy buen efecto en la Habana y que se habían distribuido centenares de egemplares tanto impresos como manuscritos. 4a. Mis cartas autógrafas han sido enviadas á los 17 sargentos que ya me son conocidos. Las medidas que he tomado con respecto á la guarnición de Santiago de Cuba, escitándola á que se apodere del Morro, pueden de un momento á otro hacer surgir una crisis. 5a. El senador [Sam] Houston de Tejas acaba de ver á una persona que no nombró recien llegada de Cuba, la cual le dijo que el pueblo estaba sumamente impaciente por empezar la revolución, y cierto de que el desembarco de un gefe popular con 400 ó 500 hombres sería bastante para hacerla. Sabemos también directamente por un miembro de la familia del Presidente que este ha recibido hace muy poco informes parecidos al anterior por lo que respecta al espíritu público en la Isla.
En vista de todo lo cual, se ha apoderado de mi ánimo el fuerte presentimiento de que de un momento á otro puede llegar la noticia de la conflagración de estos elementos. Bastaria que un sargento mas osado que los demás, al verse comprometido y en peligro, diese el grito con algunas compañías o compañeros, y he aquí ya empezada la revolución del modo mas desastroso para la causa. Rara vez en el curso de mi vida me he equivocado cuando me han asaltado tales presentimientos que se fundan en la existencia de causas conocidas. Bajo el peso de estas circunstancias se ha fijado en mí la idea de que cada hora que se pierde voluntariamente en la inacción es añadir una nueva cadena á las muchas que ya tenemos que romper, y que el detenerme por cualquier motivo innecesario es hacer traición a Cuba. Aunque por causas que le son á Ud. conocidas y que prefiero no mencionar aquí, me han fallado otros recursos, poseo todavía medios positivos y suficientes, si bien limitados, que me habilitan para obrar con energía y actividad. También tengo á mi disposición un vapor y 500 fusiles. Además, una persona muy distinguida del Sur me ha instado fuertemente que sin pérdida de tiempo baje á esa parte de los E. U., donde, á su juicio, no encontraré dificultad en levantar entre sus amigos y en 10 días un empréstito de 300 ó 400.000$, además de hallarse allí en abundancia armas y municiones, ofreciendo dedicarse á favorecernos con el mayor ardor.
Voy pues, al Sur con la mira de obrar en la escala mayor que me sea posible, y de todos modos, determinado á obrar con la prontitud que tan urgentemente proclama la crisis de nuestro país.
Yo no sé hasta donde estén Uds. influidos por el deseo indicado por el Club de la Habana en dilatar la espedición hasta después de la zafra, y hasta donde puedan Uds. considerar que la urgencia de las cosas pide que Uds. desatiendan ese deseo. Pero ansiando sinceramente remover cualquiera otro motivo de desavenencia entre Uds., yo y los amigos que piensan conmigo, y habiendo reflexionado detenidamente sobre todas las razones que puedan haber influido en los procedimientos de Uds., tanto cuanto estos me son conocidos he resuelto dirigirme a Ud., invitando de paso á todos aquellos que se precian del noble título de patriotas cubanos, para que destierren todo recuerdo, todo pensamiento de desunión que en esta crisis nos haría aparecer como indignos de la libertad á que aspiramos, y para que nos reunamos en el mismo terreno de la constitución cuyas bases fundamentales ahora someto á la consideración de Uds., a fin de llevar adelante la espedición con toda la celeridad y fuerza posible.
Ahora bien, si existe una verdadera disiposición á aceptar mi invitación para efectuar la reunión invocada por los patriotas habaneros sobre las bases mutuamente honrosas y satisfactorias, entonces, como un medio adecuado de llevarla á cabo, propongo que para terminar desavenencias y llenar todos los deseos, las dos juntas se disuelvan voluntariamente, con el fin de una reorganización unida y así mas propia y conveniente; que en reunión general se nombren dos comisiones compuestas de individuos de las dos partes, una de ellas se encargará de la redacción d. la Constitución antes dicha, y la otra de la tesorería, siendo el deber de esta levantar y proporcionar los fondos suficientes para la organización de la espedición según se vaya necesitando, entendiéndose que como general en Gefe nombraré y colocaré en igual rango á los dos coroneles con quienes se ha tratado, sometidos á un general americano de conocida capacidad y distinción, y que pondré la dirección y avio de los transportes en manos americanas competentes y satisfactorias. Con respecto á la cuestión de tiempo la espedicion en grande saldrá tan pronto como sea dable; pero si llegan noticias de la Isla que me persuadan de la necesidad de una acción más pronta, marcharé inmediatamente con cuaquier fuerza que en el momento hubiere á mano, como lo haría aún solo si preciso fuere.
He aquí, amigo
mío, las bases de un plan de reunión que por su espíritu
conciliador, por el respeto á las indicaciones de nuestros amigos
habaneros, y por mis consideraciones de amistad hacia todos lo cubanos
de N. York, me he decidido á proponer antes de dar el paso definitivo
de mi salida para el Sur, y del Sur para Cuba. Al adelantarme asi haciendo
esta proposición, sea cual fuere el resultado, creo cumplir con
el deber que pueda imponerme el mas acendrado y desinteresado patriotismo;
y dejando á los demás en la misma libertad que reclamo para
mi de trazarse á si mismos la línea de conducta que deban
seguir conforme á sus miras y opiniones, solo me queda que suplicar
á Ud. el favor de una contestación antes que espire esta
semana.
Narciso López.