El Nuevo Herald
10 de abril de 2001

Scotland Yard investigó a Castro por asesinato

GERARDO REYES
El Nuevo Herald

Fidel Castro fue considerado uno de los sospechosos de la muerte del caudillo
liberal colombiano Jorge Eliécer Gaitán por detectives de Scotland Yard que
investigaron el caso en julio de 1948, según documentos obtenidos por el
investigador estadounidense Paul Wolf

Wolf entabló ayer en Washington D.C. una demanda federal contra la CIA y el
FBI para exigir mayor información sobre el suceso que cambió radicalmente la
historia de Colombia hace justamente 53 años.

Uno de los detectives británicos advirtió en su reporte que la hipótesis de que
Castro participó en el asesinato de Gaitán era ``posible pero altamente
improbable''

La sospecha más comprometedora contra Castro, quien se encontraba en
Bogotá como miembro de una delegación de estudiantes cubanos que asistía al
Congreso de Estudiantes Latinoamericanos, apunta a que el joven se habría
reunido en una cafetería con el asesino de Gaitán, Juan Roa Sierra, horas antes
de que éste disparara contra el político en una calle céntrica de Bogotá.

Wolf dijo que el reporte de unas 20 páginas, preparado por Scotland Yard a
petición del gobierno colombiano, lo recibió de María Gaitán, la hija del caudillo
quien, a su vez, lo obtuvo de los archivos históricos de la legendaria institución
en Londres.

Norman Smith el investigador británico que aparece firmando el reporte de 19
páginas, afirma que se basó principlamente en los informes de un detective
colombiano no identificado que mantuvo bajo estricta vigilancia al líder estudiantil
cubano de 22 años después de haberlo arrestado en el balcón del Teatro Colón.

El arresto ocurrió a las 10:30 de la noche del 3 abril en el momento en el que
Castro en compañía de Rafael del Pino, otro de los integrantes de la delegación
estudiantil, lanzaba varios panfletos comunistas durante una obra teatral que
presenciaba el entonces presidente de Colombia, Mariano Ospina.

Los sospechosos fueron interrogados y luego liberados con la condición de que
debían presentarse dos días después para examinar sus pasaportes. Al no
comparecer el día señalado, la policía colombiana allanó la habitación donde se
hospedaban los cubanos en el Hotel Claridge, confiscaron los pasaporters y
otros documentos, excepto unas cartas de amor.

En su seguimiento, el detective colombiano descubrió que Castro y del Pino
mantuvieron el 9 de abril, a las 11 de la mañana, una conversación en el Café
Colombia con un hombre con rasgos físicos muy similares a la fotografía de Roa
que apareció al día siguiente en los periódicos, quien había sido linchado por las
turbas enardecidas.

Esa misma noche, según declaraciones del gerente del Hotel Claridge, los
cubanos regresaron con armas y botín del saqueo que sufrió la ciudad, y durante
toda la noche estuvieron hablando en inglés por teléfono desde su habitación.

El detetive de Scotland Yard planteó en su informe al gobierno colombiano que
no podía descartarse la posibilidad de que el investigador colombiano, se haya
dejado influenciar del ambiente que se vivía en esos días bajo la presión de las
sospechas que recayeron sobre los cubanos y que se ventilaron en la prensa.