Declaran inocente a Sánchez de entrada ilegal a aguas cubanas
WILFREDO CANCIO / El Nuevo Herald
CAYO HUESO
En un virtual cuestionamiento al decreto gubernamental que regula
la entrada en aguas de Cuba, un jurado declaró ayer inocente al
activista Ramón Saúl
Sánchez de violar la llamada zona de seguridad de la
Florida el pasado año.
Tras dos jornadas de deliberaciones, los 12 miembros del jurado
federal-- de los que sólo uno era de origen cubano-- dieron su veredicto
ante el juez
federal Norman C. Roettger, eximiendo a Sánchez de sendos
cargos de conspiración y entrada ilegal en aguas limítrofes
cubanas.
''Agradezco a este tribunal y a este país por haberme
dado la oportunidad de probar mi inocencia'', afirmó Sánchez
ante Roettger tras conocerse la noticia.
``Porque aun si hubiera sido hallado culpable, seguiría
pensando que éste es un lugar de justicia''.
La decisión constituye la primera derrota en cortes del
decreto presidencial 6867, establecido por Bill Clinton en 1996 y ratificado
por George W. Bush a
comienzos del pasado año.
La fiscalía decidió encausarlo por su presunta
intención de desafiar la proclamación presidencial cuando
realizaba una flotilla de homenaje a las víctimas del
remolcador 13 de Marzo.
Sánchez, de 47 años, administrador de edificios
y líder del Movimiento Democracia, se libró así de
lo que hubiera sido su segunda condena en cárceles
federales estadounidenses. Entre 1984 y 1986 cumplió
prisión por negarse a declarar contra un activista anticastrista
ante un gran jurado en Nueva York.
Antes de abandonar la sala del tribunal acompañado por
una veintena de seguidores, Sánchez abrazó a los fiscales
encargados del caso, Eileen O'Connor y
Ben Greenberg.
Al salir del edificio federal, el activista hizo un ruedo junto
a los abogados de la defensa y un grupo de exiliados, quienes se tomaron
las manos para
realizar una plegaria religiosa. Tras la oración, se
entonaron las notas del himno nacional cubano y se lanzaron gritos de ``¡Viva
Cuba libre!''.
''Para nosotros hoy se ha reivindicado un principio de justicia
muy importante'', manifestó Sánchez. ``El pueblo norteamericano
ha reconocido en este
veredicto que el sueño de reunificar a las familias cubanas,
divididas por la dictadura de Fidel Castro, no constituye un delito''.
El abogado Kendall Coffey señaló que la victoria de su cliente envía un fuerte mensaje al pueblo de Cuba.
''Es un símbolo de justicia'', enfatizó Coffey.
``El sistema judicial de este país imparte justicia aunque el gobierno
esté en desacuerdo, algo que no ha
sucedido en Cuba en los últimos 40 años, pero
que esperamos ver allí en un futuro cercano''.
Coffey declinó pronosticar si esta decisión provocará
cambios en el decreto presidencial, pero insistió en que lo más
importante radica en ``el
reconocimiento de los derechos democráticos del pueblo
cubano''.
La fiscalía no hizo ningún comentario sobre el
caso o la posibilidad de apelar la decisión. Sin embargo, el Servicio
Guardacostas dijo que continuará
aplicando la regulación para impedir penetraciones no
autorizadas en aguas cubanas.
Sánchez anunció que aprovechará la visita
del presidente Bush a Miami el próximo lunes para pedirle ``que
se una a nosotros en el propósito de
derrumbar las barreras que nos dividen como pueblo, y podamos
construir el puente de unidad que reclaman los cubanos de la isla y el
exilio''.
Anteriormente, el juez Roettger había retirado los cargos
de Alberto Pérez y Pablo Rodríguez, miembros del Movimiento
Democracia y encausados en el
mismo proceso con Sánchez, por considerar que no existían
evidencias suficientes para inculparlos.