Boicot acentúa el pluralismo dentro del exilio
¿Pluralismo de estrategias o confrontación de posiciones?
Al menos el boicot contra el gobierno de México lanzado hace una
semana por una coalición de organizaciones anticastristas ha puesto
sobre el tapete la realidad de un exilio cada vez menos
monolítico respecto a la manera de enfrentarse al régimen
de Fidel Castro para propiciar cambios democráticos en la isla.
El boicot convocado por unas 60 agrupaciones nucleadas en torno a Unidad
Cubana y el Foro Patriótico Cubano está
marcando otro escalón de desencuentro entre las respuestas tradicionales
de los exiliados y una corriente de moderación que
busca ensayar nuevas alternativas políticas frente al castrismo.
''Definitivamente el exilio está engendrando una nueva actitud y
la vieja actitud se está quedando atrás'',
consideró Ramón Saúl Sánchez, líder
del Movimiento Democracia.
Junto a Hermanos al Rescate, Directorio Revolucionario Democrático
Cubano, Unión Liberal Cubana, Municipios de
Cuba en el Exilio y Fundación Compromiso Cristiano, el Movimiento
Democracia figura entre los grupos firmantes
de una declaración que asegura que ``el enemigo no es México,
no son los mexicanos ni su gobierno''.
En una tácita oposición al boicot, el llamamiento agradece
al presidente Vicente Fox su gesto de reunirse con los
disidentes cubanos durante su reciente visita a la isla.
''El exilio no debe dejarse arrastrar en un operativo de distracción
orquestado desde La Habana'', manifestó José
Basulto, presidente de Hermanos. ``Lo importante es estimular la política
de acercamiento del gobierno mexicano
hacia la sociedad civil de la isla''.
Partidarios del boicot por 90 días contra los productos y el turismo
a México consideran que la estrategia es
efectiva para presionar al gobierno de Fox.
''Mucha gente nos ha llamado apoyando la iniciativa'', dijo Juan Pérez
Franco, presidente de la Brigada 2506.
``Estamos luchando por la democracia y tenemos que respetar los puntos
de vista divergentes en el exilio... a la
larga se verá quién tenía la razón''.
Andrés Nazario Sargén, presidente de Alpha 66, es más
radical en su propuesta de boicotear a México. ''Propongo
que salgamos en tres caravanas a la calle todos los sábados para
garantizar una posición firme ante el boicot'',
sugirió.
Mientras, Basulto, Sánchez y otros activistas y líderes empresariales
de la comunidad cubana propiciaban un
encuentro en Miami con el embajador de México, Juan José
Bremer, quien luego recibió en Washington a
directivos de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).
''El exilio tiene que actuar con mayor astucia e inteligencia'', expresó
Carlos Saladrigas, miembro del Cuba Study
Group (CSG), una entidad creada el pasado año por prominentes empresarios
y líderes comunitarios.
El CSG divulgó recientemente una encuesta que indicaba una pérdida
de popularidad de Fidel Castro en la
sociedad mexicana. El 63 por ciento de los encuestados dijo tener una imagen
negativa del gobernante cubano,
entre ellos un 65 por ciento de sectores pobres y marginales.
Basado en investigaciones recientes, el CSG apuesta por el apoyo a la disidencia
interna y respalda la política de
perdón y reconciliación entre cubanos, promovida por la Iglesia
Católica.
Precisamente, una propuesta lanzada por la oposición interna, el
Proyecto Varela (PV), es también objeto de
discrepancia entre los grupos y fuerzas a ambos lados del estrecho de la
Florida.
El Proyecto, que ya ha logrado registrar más de 10,000 firmas en
Cuba para una petición de plesbicito nacional,
tiene en Miami el respaldo del Grupo de Trabajo de Líderes Espirituales
del Exilio, una entidad ecuménica de
reconocidas figuras religiosas de la comunidad.
''La oposición cubana es un abanico y debemos estar orgullosos de
las diferencias'', argumentó desde La Habana
Martha Beatriz Roque, presidenta del Instituto Cubano de Economistas Independientes
(ICEI) y opuesta al PV.
``Estamos construyendo una oposición con raíces democráticas,
no un segundo Partido Comunista de Cuba''.
Roque discrepa del ''lenguaje marxista'' del PV y se opone a sus lineamientos
en lo económico y social, a la vez
que respalda el boicot porque ``la actitud de México ha dejado mucho
que desear''.
En Miami, la situación resulta simétrica a la de Cuba. La
FNCA, que no se sumó al boicot, es ferviente defensora
del PV. ''Nuestra posición es clara: apoyamos decididamente las
cosas que están ocurriendo en Cuba a favor de
los cambios'', dijo Joe García, director ejecutivo de la organización.
García consideró que el tratamiento hacia México debe
reconocer que ``este país ya no es el aliado más fiel de
Fidel Castro en Latinoamérica''.
En las antípodas están los miembros del Consejo por la Libertad
de Cuba (CLC), creado por disidentes de la
FNCA.
''México merece una respuesta de condena y este [el boicot] es nuestro
recurso directo'', opinó Ninoska Pérez,
directora del CLC. ``Lo que no entiendo es que haya grupos del exilio convertidos
en voceros del gobierno de
México, que lo único que ha hecho a raíz del incidente
[de la embajada] es renegociar la deuda con Cuba y hablar
bien de Fidel Castro''.
El CLC está en desacuerdo con el PV porque, según Pérez,
``excluir al exilio y reconocer al sistema castrista no
es la posición que más ayuda''.