Fundaciones dan millones para levantar embargo
PABLO ALFONSO
Redactor de El Nuevo Herald
Fundaciones privadas norteamericanas han respaldado con millones
de dólares una intensa campaña desplegada
en los últimos tiempos para que Estados Unidos normalice
sus relaciones con Cuba y suspenda el embargo
comercial contra la isla, reveló una investigación
realizada por El Nuevo Herald.
Entre las instituciones que más dinero han aportado a esa
campaña se encuentran la Fundación Arca, con sede
en Washington; la Fundación Ford, con sede en New York,
y la Fundación de Servicios Generales, con sede en
Aspen, Colorado, las cuales en los últimos tres años
han subvencionado con casi $4 millones organizaciones que
favorecen la normalización de las relaciones con Cuba.
En términos generales esos fondos han servido, entre otras cosas, para:
Respaldar el proyecto de ley Torres-Dodd, que busca
permitir la venta de alimentos y medicinas a Cuba. El
proyecto, que ya ha sido redactado, toma su nombre de sus propulsores
en el Congreso, el representante
Esteban Torres, demócrata por California, y el senador
Christopher Dodd, demócrata por Connecticut, quienes
se espera que lo presenten en las próximas semanas.
Organizar en medios académicos, periodísticos
y empresariales, seminarios que intentan demostrar el impacto
negativo del embargo norteamericano sobre la población
cubana.
Desarrollar campañas públicas a favor
de la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, así
como cabildear en el Congreso norteamericano en pro de las mismas.
Publicar estudios sobre las consecuencias negativas
que el embargo norteamericano provoca en la isla y en la
comunidad empresarial estadounidense.
Promocionar giras por Estados Unidos de grupos musicales,
teatrales y artísticos procedentes de la isla como
un medio de ampliar los reducidos espacios políticos que
existen ahora entre ambos países.
Frank Calzón, director ejecutivo de Cuba Libre, dijo que
organizaciones como las que él dirige no reciben ayuda
de esas fundaciones e instituciones ``que se autotitulan progresistas,
pero que mientras denuncian la impunidad
con que se violan los derechos humanos en Centroamérica
y otras partes del mundo, permanecen en absoluto
silencio en cuanto a lo que sucede en Cuba''.
Cuba Libre, una organización no lucrativa, aboga por la
democratización de la isla desde su sede en la capital
estadounidense.
``Ninguna de esas fundaciones ofrece ayuda financiera para apoyar
las sanciones contra una dictadura como la
de Fidel Castro o denunciar la violación de los derechos
humanos en la isla'', dijo Calzón.
Calzón dijo que solicitó una subvención de
Arca pero que le fue denegada, y no intentó presentar otras
solicitudes porque está convencido de que es una pérdida
de tiempo.
La mayor parte del dinero procedente de las fundaciones Arca,
Ford y de Servicios Generales, respectivamente,
ha sido donado a instituciones públicas y organizaciones
no lucrativas, entre ellas el Comité Cubano por la
Democracia (CCD) en Miami, el Instituto de Política Mundial
en Nueva York, Oxfam-America en Boston, así
como el Centro de Política Internacional que dirige el
ex diplomático estadounidense Wayne Smith, la
Asociación Americana para la Salud Mundial y Diálogo
Interamericano, estas tres últimas con sede en
Washington, D.C.
De 1995 a 1997, el CCD recibió $130,000 de la Fundación
Ford y $88,500 de la Fundación Arca, un total de
$218,500 con los cuales ha ayudado a financiar los costos de
sus oficinas en Miami y Washington, del programa
Transición, que se trasmite por la emisora miamense Unión
Radio, y de sus gestiones y campañas a favor de la
normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
En 1995, la Fundación Ford entregó al CCD más
dinero destinado a promover su agenda hacia Cuba que al
Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional
de la Florida (FIU), un centro académico.
El comité recibió $74,000 ese año y FIU
$50,000.
El CCD es una de las principales organizaciones cubanoamericanas
que respaldan el proyecto de ley
Torres-Dodd. En marzo, el CCD organizó un vuelo fletado
a Washington en el que participaron unos 200
residentes de Miami para respaldar el proyecto de los congresistas.
En la actualidad, el CCD está presidido por Eliseo Pérez-Stable,
y entre sus dirigentes figuran Silvia Wilhelm,
Alfredo Durán, Marcelino Miyares, Alejandro Portes y Carmen
Díaz-Machado.
Tanto en su posición frente al embargo en el Congreso de
Estados Unidos como en su estrategia para la
democratización de la isla, el CCD se ha convertido en
la más seria alternativa a la Fundación Nacional Cubano
Americana, cuya voz resonaba hasta ahora casi con exclusividad
en Washington. La Fundación lleva décadas
abogando ante el Congreso a favor del embargo, y sus planes respecto
a la democratización de Cuba, a
diferencia del CCD, excluyen a Fidel y Raúl Castro de
cualquier proceso inicial de negociación y diálogo.
``Eso es absolutamente así; somos la contrapartida de lo
que hacía y hace la Fundación en Washington, donde
cada día tenemos más voz y presencia'', dijo Pérez-Stable.
La Fundación Arca ha entregado también fondos a
la Liga de Defensa Cubano Americana, radicada en Miami,
que en 1996 recibió $15,000 para ``denunciar los abusos
que se cometen en el sur de la Florida contra los
derechos constitucionales'', según su presidente, Eddie
B. Levy.
``Nuestro objetivo concreto es defender esos derechos, no en Cuba
ni en Haití, sino aquí en el sur de la Florida,
donde algunos medios de prensa son los responsables de esos abusos
y violaciones'', afirmó Levy.
La Liga está dirigida, además, por la esposa de
Levy, Xiomara Almaguer, como directora ejecutiva; la abogada
Magda Montiel-Davis, vicepresidenta; y John H. Cabañas,
director de la junta de asesores. Cabañas es uno de
los propietarios de C&T Charters, agencia que opera vuelos
fletados a Cuba.
Cambio Cubano, que dirige en Miami Eloy Gutiérrez Menoyo,
es otra de las organizaciones que han recibido
apoyo financiero de la Fundación Arca. En 1996 recibió
$35,000 ``para desarrollar esfuerzos educativos en el
sur de la Florida que fortalezcan las voz de los cubanoamericanos
que favorecen una solución pacífica del
conflicto entre Cuba y Estados Unidos'', según el informe
anual de Arca.
Las mayores sumas de dinero, sin embargo, las han recibido los
centros de documentación, información y análisis
que ejercen su influencia entre los partidos políticos,
medios de prensa, instituciones académicas y organismos
empresariales.
Conocidos en inglés como think-tanks, estos centros forman
opinión pública para buscar respaldo a sus
objetivos, en este caso el levantamiento del embargo de Estados
Unidos a Cuba y la normalización de relaciones
entre ambos países.
Entre estos centros se destacan:
El Instituto de Política Mundial, perteneciente
a The New School for Social Research en Nueva York, que
recibió en los dos últimos años $330,000
de la Fundación Arca para ``educar a la comunidad empresarial
norteamericana'' sobre las consecuencias negativas de incrementar
las sanciones económicas contra Cuba.
El Centro de Política Internacional (CIP)
de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, que dirige Wayne
Smith, recibió $304,000 en los últimos tres años.
De esa cifra $20,000 fueron asignados a la publicación del
boletín noticioso mensual CubaINFO. El resto de esa suma
se asignó a enviar delegaciones a Cuba, así como a
organizar seminarios y campañas dirigidos a convencer
a los congresistas de que levanten las sanciones contra la
isla.
El pasado año, con donaciones de la Fundación Arca,
el CIP envió a Europa a un especialista en asuntos legales
para entrevistarse con políticos y periodistas, y explicarles
las consecuencias negativas que tendría para la Unión
Europea impedir que sus nacionales continúen invirtiendo
en Cuba.
La Asociación Americana para la Salud Mundial
(AAWH), con sede en Washington, presidida por Peter G.
Bourne, autor de una elogiosa biografía sobre el gobernante
Fidel Castro publicada en 1986 por Dodd M.
Mead, de Nueva York.
Entre 1996 y 1997 la Asociación recibió $124,500
de Arca y en 1996 obtuvo $10,000 de Servicios Generales
para elaborar un informe sobre el impacto del embargo norteamericano
en la salud de la población cubana.
Después de varios meses de investigación la AAWH
publicó un estudio de 300 páginas titulado Negación
de
alimentos y medicinas a Cuba, según el cual el embargo
norteamericano ``ha puesto en peligro dramáticamente la
salud y la nutrición'' de los cubanos y ha provocado ``un
significativo aumento de sufrimientos y muertes en
Cuba''.
Aunque el embargo norteamericano ha creado serias dificultades
financieras y de salud a Cuba desde 1960,
según el informe, esta situación empeoró
a partir de 1992 con la aprobación de la Ley para la Democracia
Cubana, conocida como Ley Torricelli.
``Unicamente la decisión del gobierno cubano de apoyar
prioritariamente el sistema de salud pública con sus
escasos recursos ha evitado una catástrofe humana en la
isla'', sugirió el informe en una de sus conclusiones.
El informe de la AAWH ha servido de referencia a los congresistas
que respaldan el proyecto de ley
Torres-Dodd, el cual propone un levantamiento parcial del embargo
para vender alimentos y medicinas a Cuba.
Oxfam-America, Inc., radicada en Boston, recibió
$75,000 en 1997 de la Fundación Ford para ``investigar
los problemas del hambre en Cuba'', y en 1996 Arca le entregó
$35,000 para ayudar ``a aumentar la producción
en la cooperativa agropecuaria Gilberto León, perteneciente
a la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños
(ANAP)''.
``Todavía no hemos empezado ese estudio; estamos en las
primeras etapas que nos permitan conocer el hambre
provocada en Cuba por el embargo'', dijo Peggy Connolly, directora
de comunicaciones de Oxfam-America.
LAS CONTRIBUCIONES
Entre 1995 y 1997 tres fundaciones privadas norteamericanas entregaron
casi $4 millones a grupos e
instituciones que, en su mayoría, favorecen el levantamiento
del embargo a Cuba y la normalización de relaciones
entre ambos países:
Fundación 1995 1996 1997 Total
Arca $680,000 $667,000 $593,500 $1,940,500
Ford $524,042 $600,000 $497,000 $1,621,042
Serv. Gen. $105,000 $87,500 * $192,500
Total $1,309,042 $1,354,500 $1,090,500 $3,754,042
* La Fundación de Servicios Generales no envió el
informe de las subvenciones otorgadas en 1997.
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