Mel Martínez encara piedras en su camino
JEANNETTE RIVERA-LYLES
El Nuevo Herald
Con la bendición implícita de la Casa Blanca, el
ex secretario de Vivienda Mel Martínez no debería tener mayores
dificultades para imponerse en las
primarias senatoriales del Partido Republicano de la Florida
con la ayuda del importante bloque de votantes cubanoamericanos.
Sin embargo, podría hallar piedras en su camino electoral.
Martínez, cuya historia personal puede servir de campaña
publicitaria sobre Estados Unidos como la tierra de la oportunidad, no
es el candidato que
algunos de sus compatriotas escogerían para representarles
en Washington. Este republicano moderado, que colaboró hace años
económicamente con las
campañas de varios demócratas, no está
lo suficientemente comprometido con la línea dura anticastrista,
según la percepción de la extrema derecha del
sur de la Florida.
''No se cuestiona el carácter de Mel, sino el nivel de
su compromiso con las políticas hacia Cuba de esta administración'',
dijo una conocida figura del exilio
que prefirió que no se le identificara.
El hecho de que Martínez hubiese hablado públicamente
a favor del Proyecto Varela y de su forjador, Oswaldo Payá, durante
una cena en Miami, no cayó
bien entre los sectores más conservadores, agregó.
''Payá está a favor de que se levante el embargo,
está a favor de que se eliminen las restricciones a los viajes a
Cuba. Esas son dos políticas hacia Cuba
que esta administración ha prometido mantener. Entonces,
el hecho de que él, un miembro del gabinete, salga a respaldar a
Payá tan públicamente
parece contradictorio'', comentó la fuente.
Una activista republicana, que también pidió anonimato, fue más directa.
''¿Dónde estaba Martínez cuando Lincoln
[Díaz-Balart] e Ileana [Ros-Lehtinen] estaban fajándose con
esta administración por los cubanos que han
repatriado?'', increpó.
El candidato, a su vez, que hace un año dijo admirar ''grandemente''
a Payá, parece haber modificado su postura en aparente respuesta
a estas críticas.
Recientemente dijo a El Nuevo Herald que prefiere la posición
del doctor Oscar Elías Biscet, quien ha adoptado una posición
de enfrentamiento radical al
régimen de Fidel Castro.
''Francamente, no he apoyado el Proyecto Varela ni a Payá
como tal. Yo apoyo a cualquiera en Cuba que eleve su voz contra el gobierno
y, francamente,
creo que Oscar Elías Biscet es probablemente el tipo
de persona que apoyaría si tuviera que apoyar a un disidente por
encima de otro'', indicó Martínez, a
la vez que señaló que le parecía divisiva
este tipo de comparación.
No obstante, en declaraciones hechas en enero del año
pasado, Martínez describió el Proyecto como ``el paso más
dramático que ha dado la oposición
interna de Cuba''.
Por otra parte, otros señalan que la entrada tardía
al ruedo del ex miembro del gabinete presidencial pone a muchos líderes
hispanos locales en la
incómoda posición de hacer campaña para
un candidato anglo, porque ya se habían comprometido con él.
Esto podría interpretarse como una movida
contra Martínez, el único hispano en la contienda.
''Nos pone en un dilema muy difícil a todos'', comentó
Ana Navarro, recaudadora de fondos para el Partido Republicano. ``Por un
lado, él es cubano y es un
amigo; por otro lado, ya tenemos compromisos que tenemos que
honrar como personas de palabra''.
Navarro, al igual que los congresistas republicanos Lincoln y
Mario Díaz-Balart, han prometido su apoyo al ex representante federal
Bill McCollum. Por su
parte, los representantes estatales cubanoamericanos se han
solidarizado con el presidente de la Cámara, Johnnie Byrd. Sus homólogos
en el Senado,
incluyendo al presidente pro tempore de ese cuerpo, Alex Díaz
de la Portilla, están haciendo campaña por Dan Webster, un
senador republicano de
Orlando.
Hasta el momento, Ros-Lehtinen es la única funcionaria
electa cubana que respalda a Martínez, a quien describió
ayer como un acérrimo defensor de la
libertad de Cuba y un digno representante del exilio.
''El es la encarnación del sueño americano'', dijo
la congresista. ''Es por eso que me enorgullezco de estar aquí con
él en el corazón del exilio'', agregó
Ros-Lehtinen, durante una visita del candidato ayer a la sede
de los Municipios de Cuba en el exilio.
Durante su visita, aseguró que será un acérrimo
enemigo de levantar las sanciones económicas a Cuba, incluido el
derecho de los norteamericanos a viajar
a la isla, hasta que no haya un completo cambio democrático
en La Habana que implique la deraogación de la constitución
de 1976, la implantación de los
derechos fundamentales y el libre mercado.
''No puede existir ningún tipo de coexistencia con la tiranía'', aseguró.
Para el director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano
Americana, Joe García, el sentir de algunos exiliados ultraconservadores
no afectaría la
candidatura de Martínez.
''Mel está al centro, como la mayoría de los cubanoamericanos.
Sí, él apoyó el Proyecto Varela... igual que lo hace
la mayoría de los cubanoamericanos'',
dijo García, y añadió que criticar al ex
secretario de HUD por eso no sólo es absurdo, ``sino que también
requiere tratamiento psiquiátrico''.
Al Cárdenas, ex presidente del Partido Republicano de
la Florida, consideró que Martínez tiene más elementos
a favor que en contra, citando el respaldo de
la Casa Blanca como uno de sus puntos fuertes.
''Sus oportunidades de ganar son tan buenas como las de cualquiera
de los otros candidatos'', comentó Cárdenas, quien recordó
que en esta contienda no
hay segunda vuelta. Con cuatro candidatos viables, teóricamente
se podría ganar con el 26 por ciento de los votos. Si a esto se
le añade que Martínez
podría ser percibido como el más cercano a la
Casa Blanca, continuó Cárdenas, la popularidad del cubanoamericano
podría subir como la espuma.
La politóloga Susan MacManus, de la Universidad del Sur
de la Florida en Tampa (FSU), predijo que la Casa Blanca hará todo
lo posible tras bastidores por
Martínez porque su nominación le viene ''como
anillo al dedo'' al presidente George W. Bush.
''Martínez reúne dos cosas importantes: es hispano,
y es del corredor de la [autopista] I-4'', dijo MacManus. El llamado corredor
de la I-4, que se extiende
de Orlando a Tampa, es donde reside el mayor número de
votantes independientes del estado.
''Por un lado, asegura el voto hispano no cubano con una figura
moderada. Por el otro, le es más fácil ganar votos de indecisos,
que en un estado como
éste son los que deciden los resultados'', concluyó
la profesora.
Mañana, lea sobre la candidatura de Alex Penelas al Senado
federal y sobre los restantes candidatos demócratas.