La ''niña del violín'' se gradúa en FIU
CASTO OCANDO
Especial para El Nuevo Herald
Nueve años después de llegar a Estados Unidos desde Cuba sobre una frágil balsa, acompañada por su familia y otras diez personas, Lizbet Martínez coronó ayer su sueño de ser Maestra de Música --su segundo título universitario en menos de seis meses--, el cual recibió ayer junto a cientos de graduandos en la Universidad Internacional de la Florida (FIU).
''Aún recuerdo con claridad el día en que fuimos rescatados del mar. Siempre tuve confianza en que alcanzaríamos nuestra meta'', dijo Martínez a El Nuevo Herald, luego de recibir ayer, en el gimnasio de las Panteras de la Florida, el título de Licenciada en Educación Musical. Le acompañaban sus padres, Danne Lorenzo y Jorge Martínez.
La familia fue rescatada en el Estrecho de la Florida por un escampavía del Servicio Guardacostas en agosto de 1994. Siete días antes habían salido de La Habana en busca de libertad en Miami. Durante cinco meses permanecieron en la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo, Cuba, hasta que el presidente Bill Clinton autorizó que la familia viniera a Miami.
Lizbet se hizo famosa en esa ocasión porque una vez que subió al escampavía interpretó en su violín el Himno Nacional de Estados Unidos, todo cuando apenas tenía 12 años de edad.
''El capitán de la embarcación se emocionó tanto que trasmitió por radio lo que Lizbet estaba tocando a todos los escampavías que estaban en la zona'', dijo Martínez, el padre de la violinista.
''¿Cuántos de ustedes recuerdan la imagen de esa pequeña niña tocando el violín. Fue como un rayo de esperanza'', dijo ayer Modesto Maidique, el presidente de la FIU, momentos antes de que Lizbet interpretara al violín, una vez más, el himno nacional que dio inicio a la ceremonia de graduación.
''Gracias a Dios y a este país, que me dio una educación gratuita, pude hacer realidad mi sueño'', dijo Lizbet.
'El día que tomamos la decisión de salir de Cuba en una balsa, recuerdo que le dije: `Hija, pensamos salir del país'. Y ella me respondió: 'Papá, aunque sea arriba de una tabla nos vamos' ''. Siempre recuerdo que ella fue a su habitación, recogió su Biblia y su violín, y me dijo con fuerte convicción: 'Papá, si Dios quiere vamos a llegar' '', relató ayer Martínez.
La violinista cubana agradeció ayer el apoyo de la FIU y de su familia, ``porque casi no tuve que trabajar para dedicarme a los estudios. Por eso pude sacar dos carreras en cuatro años y medio''.
Su otro título es de Concertista de Violín.
Sin embargo, dedicó algún tiempo a un trío de cuerdas --Fascination Strings-- que interpretaba obras clásicas en bodas.
Por lo pronto, añadió la violinista, piensa dedicarse a la educación musical. ''Me gustaría trabajar en una escuela del Condado de Miami-Dade, para dedicarme a enseñarle música a los niños, pero todavía no tengo una oferta'', acotó.
''Al fin ella tuvo la oportunidad de escoger su futuro en un país
de libertad'', dijo su madre, Danne Lorenzo, de 50 años.