La red informó a Cuba sobre la salud de Mas
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
El gobierno cubano pudo empezar a tomar seriamente en cuenta las versiones
sobre el estado de salud del ex líder de la Fundación
Nacional Cubano
Americana (FNCA), Jorge Mas Canosa, después que un agente suyo
en Miami
recomendó prestar atención a posibles indiscreciones
de exiliados.
Según se desprende de un informe enviado en abril de 1997 a La
Habana por
Gerardo Hernández, a quien las autoridades identifican como
el jefe del supuesto
grupo de espionaje Red Avispa, por esa fecha el líder del Movimiento
Democracia, Ramón Saúl Sánchez, informó
en una reunión de la organización
que Mas Canosa tenía un cáncer terminal.
Mas Canosa murió en Miami en noviembre de ese año a causa
del Mal de
Piaget, una enfermedad cancerígena que provoca la degeneración
de los huesos.
La información le fue proporcionada a Hernández por René
González, quien a la
sazón se había infiltrado en el Movimiento Democracia
después de haberlo
hecho en Hermanos al Rescate. Ambos, y tres más, son juzgados
actualmente
en una corte de Miami.
``Saúl [Sánchez] dio algunas noticias que pidió
fueran mantenidas secretas. Es
sobre Mas Canosa, dice que tiene cáncer terminal, y de acuerdo
con Saúl no
cree que llegue hasta fin de año. Marcelino [García,
activista del grupo] me dijo
que en la Fundación ha habido algún tipo de desacuerdos
sobre quién va a tomar
el mando, en eso están envueltos [Roberto] Martín Pérez
y otros
vicepresidentes'', escribió González en un informe entregado
a su supuesto jefe.
Al enviarlo a La Habana, Hernández enfatizó el ``gran
interés del dato porque si
Saúl fue tan lejos en esa reunión, entonces la cosa debe
ser más que rumores''.
Ramón Saúl Sánchez dijo a El Nuevo Herald que es
poco probable que él haya
hecho el comentario en esa oportunidad, porque ``no tengo relaciones
íntimas
con la Fundación que me hubieran permitido tener acceso al dato'',
pero admitió
que cuando lo supo ``por fuentes públicas'', empezó a
incluir al nombre de Mas
Canosa ``en las oraciones que hacemos al empezar todas las reuniones
del
Movimiento''.
Hernández añadió en su informe que ``los tres compañeros
presentes en el
encuentro unimos nuestra `fe' en una breve `oración' mental
de que la noticia del
cáncer fuera verdadera y lo partiera en cuatro pedazos lo más
pronto posible...
amén''.
El supuesto espía cubano se reunió con González
y su esposa, Olga Salanueva,
el 4 de abril de ese año en el restaurante Picadilly, en la
calle West Flager y la
avenida 31 del suroeste.
Según el informe, Salanueva parece haber sido colaboradora de
su esposo con
el nombre de código ``Ida''; sin embargo, no ha sido encausada
por las
autoridades. El caso empezó a ser juzgado el mes pasado, y desde
entonces la
fiscalía federal no hace comentarios al respecto.
Hernández y González fueron arrestados la madrugada del
12 de septiembre de
1998, cuando la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) lanzó
una redada que
llevó al arresto de 10 presuntos espías cubanos al cabo
de cuatro años de
investigaciones. Cinco han sido ya condenados a penas entre siete y
tres años
de cárcel.