El Nuevo Herald
16 de diciembre de 2000

Presunto espía guardaba objetos incriminatorios

La lista incluye compartimientos secretos y anotaciones en clave

RUI FERREIRA
El Nuevo Herald

Los testimonios de espías cubanos ya condenados permitieron a las autoridades
descubrir una serie de objetos de espionaje en la residencia del sospechoso
Gerardo Hernández --el supuesto jefe de la Red Avispa-- que incluyen desde
compartimentos ocultos hasta anotaciones de enigmáticas palabras.

Ayer, durante el sexto día de sesiones del juicio a cinco acusados de espiar
para el gobierno de La Habana, la fiscalía mostró al jurado una bandeja con un
compartimento secreto donde había papeles comprometedores escondidos.

Además, el fiscal asistente John Kasternakies, reveló que agentes del FBI
descubrieron en un casete de música una serie de anotaciones cuyo contenido
será revelado en los próximos días, pero que están conectadas con una posible
labor de espionaje.

Según el agente José F. Orihuela, quien participó en el registro de la casa de
Hernández en North Miami Bech --el 12 de septiembre de 1998--, en un costado
del mueble de la computadora también se encontró un papel amarillo donde
había escritas lo que podrían ser claves de comunicaciones.

Palabras como ``sit'', ``beta'', ``iota'', ``alpha'', ``kapra'', ``omega'', ``lambda'', y
expresiones como ``T9 betty (mia)'', fueron enseñadas al jurado a través de un
circuito cerrado de televisión.

Kasternakies no profundizó en su significado, siguiendo el patrón que la fiscalía
ha desarrollado esta primera semana de audiencias. Pero, según especialistas,
se trata de letras del alfabeto griego.

En el caso de Hernández, el FBI hizo un segundo registro en noviembre de 1998,
después que otros agentes cubanos acordaron con las autoridades intercambiar
información por una pena reducida.

Lo anterior permitió descubrir la bandeja con el compartimento secreto,
documentación oculta y otros detalles que pasaron inadvertidos en el primer
registro. En uno de esos registros, también fue hallada una carta enviada a la
Sección de Intereses de Cuba en Washington por un cubano residente en North
Miami llamado Pedro Valdés Morell. En la misiva, pide a las autoridades de la
isla que, por motivos humanitarios, le permitan regresar a la isla.

``¿Encontraron algo en ese documento que indique que ha sido enviado al Sr.
Viramontes?'', preguntó Kasternakies, refiriéndose al nombre ficticio que
Hernández usó por años. ``No'', respondió Orihuela. La presencia de la misiva da
a entender, que quizás hubo algún nexo entre la misión diplomática y el
acusado.

Fuentes familiarizadas con el caso dijeron a El Nuevo Herald que la ofensiva de
la fiscalía de enseñar al jurado todo tipo de evidencias --desde radios de onda
corta hasta boletos de avión, pasando por fotografías personales hasta enormes
gráficos-- pudiera tener como objetivo sugerir que las pruebas son tan
abrumadoras que los acusados son culpables.

En la audiencia de ayer, la defensa dio a entender que pasaríá a la ofensiva
pronto, y parece disponer también de sus pruebas, porque uno de los abogados
pidió a la fiscalía que defina el día en que piensa terminar sus alegatos para que
puedan empezar a traer a la corte su propio material.