Tardará semanas precisar el daño que hizo la presunta espía de Cuba
Su arresto se precipitó tras los atentados terroristas del 11 de septiembre
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
La evaluación de los daños provocados a la seguridad nacional por la analista del Pentágono acusada la semana pasada de espiar para Cuba pudiera tardar aún algunas semanas, indicó ayer el senador Bob Graham.
La acusada, Ana Belén Montes, de 44 años, era analista principal de asuntos cubanos de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA). De ser hallada culpable, sería el espía de más alto rango al servicio del gobierno de la isla capturado en Estados Unidos.
"Una evaluación de los daños depende mucho del grado
de colaboración que ella esté dispuesta a prestar. Todavía
no se sabe de qué le van acusar exactamente.
Encara la pena capital, pero como suele suceder en estos casos,
puede haber una negociación'', dijo Graham, presidente de la Comisión
de Inteligencia del Senado, en una reunión con editores y periodistas
del Herald.
El senador recordó el caso de Robert Hanssen, un agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) capturado en mayo pasado y que fue acusado de espiar, primero para la difunta Unión Soviética y posteriormente para Rusia. Hanssen logró evitar la pena capital después que llegó a un acuerdo con la fiscalía a cambio de confesar todos los detalles de sus actividades de espionaje.
"Habrá por lo tanto un compás de espera hasta que empiece a hablar'', añadió Graham.
Montes fue arrestada la semana pasada en su oficina de la DIA,
en una base aérea de Washington. En su casa las autoridades encontraron
documentación que,
aseguran, la incrimina en sus presuntas actividades de espiar
para la isla.
Su detención estremeció la comunidad de inteligencia
estadounidense, donde era ampliamente conocida y, según supo El
Nuevo Herald, ha desatado una seria
investigación dentro de ella en busca de supuestos cómplices.
Desde mayo pasado el FBI seguía los pasos de Montes, y
hubiera preferido arrestarla en instantes que entablara contacto con supuestos
agentes cubanos que
controlaran sus actividades.
Sin embargo, los acontecimientos se precipitaron con los atentados terroristas del 11 de septiembre, por temor a que Montes pudiera pasarle a Cuba información secreta sobre la respuesta de Estados Unidos a dichos ataques.
Según medios diplomáticos y federales, Estados Unidos tiene indicios serios de que el gobierno de Fidel Castro suele intercambiar información con varios países árabes.
Montes tenía acceso a Intelink, una red de información
electrónica sobre temas de inteligencia donde se archiva toda la
documentación confidencial recopilada por
diversas agencias.
Las fuentes no identificaron con qué países del Medio Oriente pudiera la isla compartir información, pero en mayo de este año, Castro visitó Irán y Qatar en el marco de un gira que lo llevó también a Singapur e Indonesia. En años anteriores también ha visitado Libia y Siria, adversarios tradicionales de Estados Unidos.
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