Detectan espionaje cubano en el Pentágono
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
Una analista de inteligencia militar arrestada ayer en Washington D.C. informó al gobierno cubano la identidad de por lo menos un agente encubierto de Estados Unidos en la isla, y comunicó detalles de reuniones confidenciales sobre defensa nacional y maniobras militares, informaron las autoridades.
El arresto de Ana Belén Montes, de 44 años, analista principal de asuntos cubanos de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa (DIA), se produjo al cabo de más de un año de investigación, durante el cual agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) filmaron sus pasos, grabaron sus comunicaciones y registraron sus pertenencias.
Las autoridades la han acusado de ``comunicar, entregar y trasmitir
al gobierno de Cuba y sus representantes, funcionarios y agentes, información
relacionada con la
defensa nacional de Estados Unidos, con la intención y
creencia de que sería usada para perjudicar a Estados Unidos en
beneficio de Cuba''. Si es hallada culpable,
Montes sería el agente cubano de más alto nivel
capturado en este país.
Según una declaración jurada que el FBI entregó
en un tribunal federal de Washington, D.C., la presunta espía cubana
sostenía comunicación con funcionarios de la
Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas.
Las comunicaciones eran hechas a través de localizadores usando un sistema de códigos numéricos y del pase de discos de computadora con información codificada.
En uno de los registros clandestinos a su casa en la capital,
el FBI encontró el texto parcial de un mensaje aparentemente enviado
por onda corta desde la isla, en el
cual el Centro Principal del régimen de Fidel Castro le
recuerda la utilidad de la información que Montes presuntamente
envió a la isla sobre una reunión con un agente de inteligencia
de Estados Unidos en su capacidad de analista principal de la DIA.
``Lo que [omitido] dijo durante el encuentro fue interesante. Seguro que te acuerdas bien de sus planes y expectativas cuando estaba viniendo para acá. Si bien recuerdo, en esa ocasión, te dije lo tremendamente útil que fue la información que nos diste sobre los encuentro con él, y cómo estabamos aquí esperándolo con los brazos abiertos'', dijo el presunto mensaje enviado desde La Habana, según la declaración jurada.
Para el FBI, este mensaje constituiría una prueba de que Montes reveló la identidad de un agente de Estados Unidos. ``En esta declaración, he omitido una palabra que comienza con mayúscula, que no fue traducida, y que es en realidad el verdadero apellido de un oficial de inteligencia de Estados Unidos que estaba en una posición encubierta en Cuba, en un período que comenzó antes de octubre de 1996'', escribió en la declaración jurada el agente especial Stepen A. McCoy.
Y concluyó: "La cita referida del mensaje indica que Montes reveló la agencia para quien trabajaba el oficial de inteligencia en cuestión, y anunció su presencia en Cuba a los servicios de inteligencia cubanos, una información que está clasificada de `Secreta' ''.
Montes es ciudadana estadounidense de origen portoriqueño y nació en febrero de 1957, en una instalación militar en Alemania. En 1979 se graduó de la Universidad de Virginia, y en 1988 obtuvo una maestría en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins. A partir de septiembre de 1985 comenzó a trabajar para la DIA como analista de información, y desde 1992 se especializó en asuntos cubanos.
El FBI no quiso informar cómo ni cuándo se enteró de las actividadesde la sospechosa, pero en la declaración jurada sostiene que la ha seguido desde mayo de este año. Al parecer, su último contacto con la inteligencia cubana se procesó el 16 de septiembre pasado, cuando envió un mensaje codificado a un localizador que, según las autoridades norteamericanas, pertenece a la misión cubana en Nueva York.
El pasado 25 de mayo, agentes del FBI entraron a su residencia en el NW de la capital de la nación, y aparentemente descubrieron en una computadora portátil varios documentos relacionados con el Departamento de Defensa, incluyendo informes sobre unos ejercicios militares realizados en 1996.
Uno de esos documentos es tan confidencial que el FBI no pudo presentarlo ante el tribunal, según la declaración jurada firmada por McCoy, quien además asevera que por esa época Montes asistió a unos ejercicios de guerra en Norfolk, Virginia, como parte de su trabajo para la DIA.
McCoy añadió que el presunto estilo de trabajo y comunicación de Montes con la inteligencia cubana corresponde al mismo patrón de comportamiento detectado en los 10 agentes de inteligencia cubana descubiertos en el sur de la Florida en septiembre de 1998, integrantes de la llamada ``Red Avispa''.
El arresto se procesó sin incidentes en las instalaciones
de la DIA en la Base Aérea de Bolling, en Washington, D.C. Montes
fue llevada a una instalación carcelaria
federal, mientras el FBI registraba su casa, su automóvil
y una caja de seguridad en un banco local.
Según miembros de la oficina de congresista federales,
la detención es el inicio de una mayor operación contra supuestos
espías cubanos, que fue anunciada en
discretas reuniones del FBI con congresistas y su personal.
Las fuentes, que pidieron no ser identificadas, dijeron ayer a
El Nuevo Herald que en una de esas reuniones, el FBI informó que
los servicios de inteligencia cubanos
pudieran tener hasta cuatro redes de espionaje similares a la
``Red Avispa''.
Por otro lado, un matrimonio arrestado el mes pasado en Orlando, se declaró ayer culpable de haber actuado como espías para el gobierno cubano, anunció el viernes el abogado de uno de ellos.
Según la fiscalía federal para el sur de la Florida, George y Marisol Gari, de 42 y 44 años respectivamente, eran miembros de la ``Red Avispa'', y admitieron que trataron de infiltrar el Comando Sur del ejército de Estados Unidos, con sede en el condado Miami-Dade, y espiar a grupos del exilio cubano.
El jueves, en una audiencia a puertas cerradas ante la jueza federal
Ursula Ungaro-Benage, Marisol Gari se había declarado culpable de
un cargo de conspirar para
actuar como agente no registrado de Cuba a cambio de que se retirase
una segunda acusación de espionaje, dijo su abogado, Luous Casuso.
Tras la declaración, puede ser condenada a cinco años de cárcel y pudiera ser deportada a la isla tras concluir su pena, ya que es apenas residente permamente.
George Gari se declaró culpable en audiencia abierta de un cargo de actuar como un agente no registrado a favor de Cuba a cambio de que se le retire un segundo cargo, añadió Casuso. Encara 10 años de cárcel.
Las autoridades no han aclarado si los Gari ayudarán al FBI en sus investigaciones sobre el presunto espionaje cubano en Estados Unidos. ``Lean entre líneas'', dijo el letrado escuetamente.
© 2001 El Nuevo Herald