Ex agente cubano relata su ruptura con la revolución
MADRID -- El ex agente cubano Jorge Masetti, un hombre que se define como
"un muchacho malcriado" y también "estafado y manipulado" por la
revolución
castrista, relata en "El furor y el delirio", editado ahora en España,
su dolorosa
ruptura con un régimen que, asegura, le hizo asustarse de sí
mismo.
Argentino criado en Cuba e hijo de Ricardo Masetti (amigo de Che Guevara
y
fundador de Prensa Latina), a los 17 años se involucró con
entusiasmo en los
movimientos revolucionarios contra la dictadura argentina, para después
pasar a
trabajar con la revolución cubana, en una etapa que, en una entrevista
con EFE,
califica de "cinismo".
Durante este tiempo, colaboró en las actividades internacionales
de Cuba en
países como Nicaragua o Angola hasta que decidió romper definitivamente
con su
pasado y volver a exiliarse en Europa, si la primera vez lo hacía
huyendo de la
dictadura argentina, en esta ocasión, que comenzó en 1990,
del régimen castrista.
La "gota que colmó el vaso de agua" fue el proceso iniciado en 1989
y que acabó
con los fusilamientos del general Arnaldo Ochoa y de su suegro, el oficial
del
ejército cubano Tony de la Guardia, acusados de narcotráfico
en un célebre
proceso, en el que considera que Cuba cometió "asesinatos políticos".
Pocos meses después de que su mujer, Ileana de la Guardia, denunciara
en
Francia que Fidel Castro sufragaba con el narcotráfico los gastos
del ejercito
cubano en Angola, Jorge Masetti, de 44 años, presenta en España
"El furor y el
delirio", un libro de memorias que ha escrito como "terapia sin control"
y que ha
hecho para "romper con mis propias miserias" y prestar "el testimonio de
una
época".
"Sentí que no era suficiente con decir que he sido estafado y manipulado
por la
revolución", señala.
El libro fue editado en 1993 en Francia, donde vive, pero cuando todavía
era
demasiado pronto para "romper con el personaje que yo había hecho
de mí
mismo y sacar conclusiones". Por eso para su publicación española
ha tenido que
revisarlo y darse cuenta de su "parte oscura", de "cómo trataba
de justificarme y
tapar mi propio egoísmo".
Asustado de la "frialdad" con la que ha vivido y trabajado para un régimen
con el
que no estaba de acuerdo ("si dijera que no me daba cuenta miento"), Masetti
considera este libro, editado por Tusquets, "de ruptura y nacimiento".
Cree que el futuro de la isla caribeña puede cambiar antes de la
muerte de Fidel
Castro, en una rebelión en la que las fuerzas armadas no dispararían
porque
"aunque sea en su mitología, se definen como populares".
Y no teme que la isla pueda, tras una hipotética caída de
Castro, ser absorbida
por Miami. "Europa ha diabolizado al exilio de Miami, yo creo que hay pocos
pueblos que idealicen el capitalismo como el cubano, no se qué de
malo le podría
pasar pero sí se lo mucho de bueno, las libertades democráticas".
Cree que es una buena noticia la detención y el proceso al general
chileno
Augusto Pinochet, porque, en su opinión, inaugura la "caza del dictador",
y dice
que desconfía de los movimientos revolucionarios que quedan en América
Latina.
El movimiento colombiano es, sostiene, una lucha "mafiosa" y el de Chiapas
"una
mala película" que "en Europa queda muy bien porque es una imagen
romántica" y
de la que le duele que "para que se conozca la lucha indígena haga
falta un
subcomandante virtual".
Dedicado ahora al periodismo, prepara un libro con los testimonios de cinco
destacados ex presos cubanos, como Eusebio Peñalver y Mario Chanes.
El primero de ellos "llegó a La Habana con el Che Guevara, y el
segundo
"acompañó a Fidel en el asalto al cuartel de Moncada de Santiago
de Cuba", para
después pasar entre 28 y treinta años de cárcel por
pedir "un programa
democrático" o disentir de "fusilamientos".
"Nos fueron presentados como "batistas", torturadores y de todo, ahora
me
pregunto por qué no conocí antes su existencia, por qué
no quise saber de ella",
se pregunta Masetti.