El abogado de los presuntos espías interroga a Basulto sobre vuelos
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
Convocado por la defensa y catalogado de testigo hostil por ésta,
el líder de
Hermanos al Rescate, José Basulto, aseguró ayer --al
tribunal federal donde se
juzga a cinco supuestos espías de Cuba-- que no recordaba si
el día que
sobrevoló La Habana las autoridades estadounidenses le advirtieron
de que podía
ser derribado.
En medio de un duro contrapunto verbal con el abogado defensor, Paul
A.
McKenna, Basulto concedió que el 13 de julio de 1995 un funcionario
de la
Agencia Federal de Aviación (FAA) pudo haberle advertido sobre
los riesgos del
vuelo, pero ``no lo puedo recordar ahora''.
``No recuerdo la conversación, pero él pudo haber hablado
conmigo. Lo que sí
me acuerdo es que no me dijeron que me podían derribar sobre
aguas
internacionales'', afirmó Basulto, frente al jurado que juzga
a los presuntos
espías. Uno de éstos es enjuiciado por supuestamente
haber participado en la
tragedia del 24 de febrero de 1996, cuando MiGs cubanos derribaron
dos
avionetas de Hermanos causando la muerte de cuatro de sus voluntarios.
El viernes, el funcionario de la FAA, Charles Smith, declaró
que en julio de 1995
había advertido a Basulto que incursionar en el espacio aéreo
cubano podría
acarrearle problemas, pero que el piloto le contestó: ``Chuck,
tú sabes que
siempre cumplo las reglas, pero también sabes que tengo una
misión que
cumplir en la vida''.
Basulto negó que hubiera engañado deliberadamente a las
autoridades cuando,
ese día, Hermanos indicó en el plan de vuelo que iba
a hacer una misión de
rescate. ``No hice el plan de vuelo. Al cabo de miles de misiones de
rescate ya
se tiene el hábito de reportarla así, pero ellos [las
autoridades] sabían que se
trataba de una manifestación'', dijo refiriéndose a la
flotilla organizada con el
Movimiento Democracia para recordar el hundimiento del remolcador 13
de
marzo, ocurrido el año anterior.
Ese día, Basulto sobrevoló el centro de la capital cubana,
una zona prohibida
para el tráfico aéreo, dejando caer volantes y medallitas
religiosas. Sobre esto,
el activista dijo que tomó la decisión de volar sobre
La Habana para desviar la
atención, pues se enteró que una embarcación del
Movimiento Democracia
estaba siendo atacada por guardafronteras cubanos.
El líder de Hermanos confirmó que en ese vuelo se encontró
con aviones MiG al
penetrar el espacio aéreo cubano, pero que no recibió
``ninguna advertencia de
ellos de que debía irme. Ni siquiera por radio''.
McKenna quiso saber si el piloto no estaba al tanto de leyes internacionales
que
le prohíben penetrar el espacio aéreo de un país
sin el permiso del mismo.
Pero, según Basulto, ``también hay otras leyes internacionales
que nos obligan
a prestar asistencia y rescate donde quiera que sea, incluyendo esas
aguas''.
La defensa trajo al veterano piloto a declarar porque está tratando
de probar que
después de la firma de los acuerdos migratorios entre Cuba y
Estados Unidos,
Basulto aparentemente cambió la orientación de la organización
al disminuir el
número de balseros. A consecuencia de esto, Hermanos habría
quedado sin un
objetivo.
Basulto admitió esto parcialmente, al decir que ``la misión
puede haber
cambiado''.
Pero ``las necesidades que la crearon aún siguen allí'',
dijo, en respuesta a una
pregunta de McKenna sobre si era cierto que la reducción de
balseros en alta
mar condujo también a una reducción en la recaudación
de fondos.
``[La recaudación] se redujo porque disminuyeron las operaciones,
y no era
necesario pedir más dinero a la comunidad'', contestó
el piloto.
Basulto prestó testimonio durante casi hora y media, tiempo durante
el cual
jamás estableció contacto visual con los cinco acusados.
Cuando entró a la
sala, éstos lo miraron con curiosidad, pero cuando el piloto
se viró hacia ellos,
los cinco rehuyeron su mirada y se pusieron a conversar entre ellos.