La infiltración de un espía cubano empezó a planearse en los años 80
Según una carta, el acusado estaba en Cuba en marzo de 1988
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
En un maletín de viaje que tenía escrito en un costado
el slogan ``Cuba Te
Espera'', las autoridades encontraron indicios de que la infiltración
de un
supuesto espía cubano empezó a ser planeada a fines de
los 80.
Uno de esos indicios es una carta enviada el 7 de marzo de 1988 al registro
civil
de Chicago, Illinois, donde la abuela del acusado René González
pidió una
partida de nacimiento de su nieto, ya que él --por encontrarse
en Cuba-- no podía
hacerlo personalmente.
Nacido en Estados Unidos, González fue llevado a la isla por
sus padres a
finales de los 50. Allí creció, se casó, tuvo
dos hijos y se hizo piloto. ``Es un
veterano de Angola'', dijo su abogado, Philip Horowitz, refiriéndose
a la
participación cubana en el conflicto militar que asoló
ese país africano en las
décadas de los 70 y los 80.
Las autoridades también encontraron el recibo de una solicitud
de licencia de
conducción hecha por González el 2 de enero de 1991.
La licencia fue emitida
17 días más tarde, y renovada en 1994.
Tanto la carta de la abuela como la licencia decían que el supuesto
espía residía
en Sarasota, Florida, pero fuentes consultadas por El Nuevo Herald
aseguran
que jamás vivió en esa ciudad del centro del estado,
sino que a su llegada a
Estados Unidos fue recogido por una anciana tía que aún
vive en el suroeste de
Miami-Dade.
González llegó a Cayo Hueso el 8 de diciembre de 1990
en una avioneta de
fumigación diciendo que había escapado de la isla porque
el gobierno no lo
dejaba salir, y enseñó al Servicio de Inmigración
y Naturalización una fotocopia
de su certificado de nacimiento.
La documentación fue mostrada ayer por la fiscalía durante
el tercer día de
sesiones del juicio a González, Gerardo Hernández, Fernando
González, Ramón
Lavadiño y Antonio Guerrero, acusados de pertenecer a una red
de espionaje
cubano desbaratada por el FBI en el sur de la Florida en septiembre
de 1998.
Según la acusación, González logró infiltrarse
en las organizaciones exiliadas,
pero su abogado dijo que en realidad era un informante del FBI.
Cuando era piloto de Hermanos al Rescate, ``gente del [desaparecido
Partido
Unidad Nacional Democrática] PUND le pidió que transportara
drogas desde
Honduras. Preocupado, mi cliente sabía que [el también
supuesto espía, ahora
prófugo] Juan Pablo Roque tenía un primo en el FBI y
le pidió ayuda'', dijo el
lunes el abogado Horowitz.
Esto condujo al arresto y condena de Héctor Viamonte, dirigente
del PUND, lo
que terminó en la virtual desaparición del grupo.
González fue expulsado de Hermanos al Rescate a mediados de los
años 90,
cuando miembros de la organización descubrieron que ``andaba
con gente que
estaba en algo de drogas'', dijeron fuentes a El Nuevo Herald. Incluso,
se vio
envuelto en un incidente con la Agencia Contra las Drogas (DEA). Al
regreso de
un vuelo, miembros de esta agencia lo esperaron en el aeropuerto de
Cayo
Maratón, donde lo tiraron al piso y lo encañonaron, junto
al resto de la
tripulación, revelaron las fuentes.
Ayer la DEA no devolvió llamadas de El Nuevo Herald.