La Habana estampa honores en el Mig-29 que derribó las avionetas
Dos estrellas rojas pintadas en el fuselaje marcan la 'victoria' en el desigual combate
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
El gobierno cubano consideró una victoria en combate el derribo
de las avionetas
de Hermanos al Rescate en 1996, a juzgar por las dos estrellas rojas
que
ostenta en su fuselaje el MiG 29 utilizado para derribarlas.
En el juicio que se sigue en un tribunal federal de Miami contra cinco
hombres
acusados de espiar para la isla, el equipo de la defensa mostró
ayer varias fotos
tomadas el pasado 17 de febrero en la base aérea de San Antonio
de los Baños
a los aparatos involucrados en la operación militar --el MiG
29 y un MiG 23-- por
el coronel retirado George Bukner.
Bukner, un ex piloto de combate con amplia experiencia militar y de
inteligencia
en Vietnam, y que estuvo por años asignado al NORAD, principal
centro de
defensa estratégica de Estados Unidos, viajó a la isla
en su calidad de experto
de la defensa del cubano Gerardo Hernández, quien enfrenta cadena
perpetua
por supuesta participación en una conspiración para derribar
las avionetas.
En el tribunal, el ex piloto describió algunos de los vuelos
de Hermanos al
Rescate, tanto dentro como fuera del espacio aéreo cubano, como
``movimientos militares'' en aviones que tenían ``indicios militares'',
lo cual ``pudo
asustar a los cubanos'', dijo.
``¿Cómo llegó a esa conclusión?'', preguntó
el abogado de la defensa, Paul
McKenna. Bukner dijo que lo hizo después de estudiar las conversaciones
de
los aparatos con la torre de control, y declaraciones públicas
de los activistas de
Hermanos.
``No es normal que un piloto civil llame `misión' a un vuelo
civil, o hable de `área
de operaciones' para referirse a la zona de vuelo'', añadió
el ex piloto.
Según explicó ayer Bukner, en Cuba tuvo oportunidad de
visitar las diferentes
torres de control involucradas en el derribo de las avionetas, conversó
con el
personal que estuvo de servicio ese 24 de febrero de 1996, y le permitieron
acceder a la base de San Antonio de los Baños, unos 40 kilómetros
al sur de La
Habana, donde conversó con oficiales y pilotos e inspeccionó
de cerca a los
cazas de combate.
Además, las autoridades le proporcionaron un Cessna 337 Skymaster,
similar a
los usados por los pilotos de Hermanos, con el cual reconstruyó
el vuelo de
Basulto el 13 de abril de 1995 sobre la capital cubana y algunas incidencias
del
24 de febrero del año siguiente, cuyos detalles serán
presentados entre hoy y
mañana al jurado.
``El día estuvo muy bueno; las condiciones atmosféricas
eran similares a las
existentes [el día del derribo]. Se hizo un vídeo, pero
no con la idea de hacer una
reconstrucción exacta, sino establecer algunos detalles [del
vuelo del 24 de
febrero]; mostrar cómo y a qué altitud [el 13 de abril]
volaron sobre La Habana'',
dijo McKenna.
Pero como ese vídeo fue hecho sin la participación de
la fiscalía, el fiscal federal
asistente, John Kastrenakes, objetó su presentación.
``Señoría, no hay forma de
determinar si las condiciones eran las mismas, si las conversaciones
en el
aparato fueron las mismas'', dijo Kastrenakes.
De todos modos, la jueza Joan A. Lenard decidió aceptar el vídeo,
aunque
prohibió que el jurado viera hoy la cinta acompañada
del sonido.