Cuba usó alucinógenos al adiestrar a sus espías
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
Cuba experimentó con técnicas de hipnosis y alucinógenos
para "modificar la
conducta'' de numerosos agentes que fueron enviados al extranjero desde
finales
de los años 80, aseguró en Miami un ex oficial de la
inteligencia cubana que
desertó en Estados Unidos en 1995.
``Entre estos alucinógenos estaban la psilocibina y el LSD. Era
un proyecto
similar al MK-Ultra de la CIA, del cual se consiguió y tradujo
tanta información
como fue posible obtener'', escribió el desertor en un documento
obtenido
semanas atrás por El Nuevo Herald.
El polémico MK-Ultra iniciado por la CIA consistía en
el uso de drogas para
explorar la posibilidad de ``dominar las mentes a larga distancia''.
El ex oficial --identificado por los seudónimos de Alex y José--
habló bajo
condición de anonimato, pero proporcionó a El Nuevo Herald
un informe escrito
de nueve páginas que resume el testimonio ofrecido al FBI pocos
días después
de su deserción, así como documentación fotográfica.
A su llegada a territorio norteamericano, Alex tenía la misión
de contactar a
otros agentes, especialmente en el área de Miami, donde operaba
entonces la
llamada Red Avispa. A comienzos de este año decidió romper
su silencio,
motivado por el juicio que se sigue en Miami contra cinco presuntos
espías
cubanos.
``Puedo asegurar que la Red Avispa [desarticulada en septiembre de 1998]
es
apenas una porción del trabajo de espionaje que se había
concebido para infiltrar
Estados Unidos a largo plazo'', señaló Alex, que vive
ahora en el sur de la
Florida.
La oficina del FBI en Miami declinó hacer comentarios sobre el
caso, pero tres
ex oficiales de la inteligencia cubana que residen actualmente en Estados
Unidos, corroboraron --por separado-- la procedencia y la credibilidad
de Alex.
``Por los datos relacionados, puedo asegurar que se trata de información
de
primera mano", aseveró el ex capitan de la contrainteligencia
Carlos Cajaraville,
quien llego a Miami en 1995.
El informe de Alex se centra en el desempeño del teniente coronel
de la
Dirección General de Inteligencia, Eduardo Rodríguez,
alias Martín ``El Manco'',
fundador de los órganos de Seguridad del Estado en 1959.
Cercano colaborador del fallecido ex ministro del Interior (MININT)
José Abrantes,
Rodríguez era considerado un experto en los métodos de
trabajo de la CIA. En la
década del 80, el alto mando del Ministerio del Interior le
dio órdenes directas
para que trabajara en la preparación de los agentes de la inteligencia
cubana que
serían enviados al exterior.
"El Manco manejó directamente las investigaciones sobre hipnosis
y el uso de
drogas en la preparación de agentes'', señaló
el desertor. ``Fue el artífice de este
repentino auge de estudio de la parasicología y la hipnosis,
temas que hasta ese
momento eran tabú en la comunidad científica cubana,
y hasta se invitaron a
Cuba a científicos de la talla de [el especialista soviético]
Vladimir Raykov''.
De acuerdo con el testimonio, Rodríguez participó en la
creación de la Sociedad
Cubana de Hipnosis (SCH), en 1985, sufragada con fondos secretos de
la
Dirección General de Inteligencia. Bajo su mando se seleccionó
el personal
científico para esa entidad, muchos de los cuales ya laboraban
como agentes o
informantes de la Seguridad del Estado.
"Esta sociedad [la SCH] sólo fue una `cortina de humo' para justificar
ciertos
experimentos sobre modificación de conducta bajo hipnosis y
sobre el uso de
drogas para los propósitos de (...) inteligencia y contrainteligencia",
subraya el
informe.
Según Alex, para los experimentos con los potenciales agente,
se utilizaban
habitaciones en los hoteles Riviera y Presidente, en la zona de El
Vedado, y se
llegó a financiar viajes al extranjero de los especialistas
involucrados en el
proyecto.
Rodríguez, de 59 años, fue detenido e interrogado a raíz
de la llamada Causa
No. 1, de 1989. En la actualidad está retirado y reside en La
Habana, ya sin la
influencia que tuvo dentro del MININT.
El informe de Alex menciona al menos tres agentes que fueron reclutados
y
entrenados por Rodríguez en La Habana, a finales de los 80:
Antoine Avila, un ex funcionario de la Embajada de Francia
en Cuba. Fue
detectado como contrabandista de joyas y obras de artes, y se le reclutó
para
que ofreciera información sobre los sistemas de alarma, registros
de seguridad y
personal de esa sede diplomática. Se le utilizó para
que ``favoreciera'' las
donaciones, créditos y colaboración de instituciones
francesas dedicadas a
fomentar el desarrollo de países del Tercer Mundo. Avila distorsionaba
la
información sobre la realidad cubana que debía enviar
periódicamente al
Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia.
Cosme González Carone, un antiguo agente de la contrainteligencia
que se
comisionó para las operaciones económicas del MININT,
particularmente en
Panamá. Mantuvo una estrecha relación con el general
Manuel Antonio Noriega,
el ex hombre fuerte de Panamá, y concertó negocios a
través de la compañía
MOINSA Motores Internacionales. Otra de sus fachadas era el de representante
de las firmas SKF y Sabena (aerolíneas belgas), para lo cual
se le abrió una
oficina en el Instituto de Aviación Civil de Cuba. Bajo sospechas
de haber sido
reclutado por los servicios de inteligencia norteamericanos, fue secuestrado
por
un operativo en Panamá y llevado a la isla en un vuelo especial
de la Fuerza
Aérea Cubana.
Un ciudadano americano de origen cubano, alias "El Johnny'',
cuya
preparación se realizó en el quinto piso del Hotel Presidente.
En dos
habitaciones contiguas, Rodríguez y otros oficiales trabajaron
para modificar la
conducta del futuro agente, hacerlo más agresivo y seguro de
sí mismo, y
desarrollarle su capacidad de concentración. Al "Johnny'' se
le creó una fachada
de empresario, con dinero proporcionado por la Seguridad del Estado,
y se le
ordenó crear una empresa comercial en Estados Unidos en 1989.