El Nuevo Herald
10 de marzo de 2001

Richard Nuccio ve en el derribo de las avionetas un 'acto de guerra'

RICHARD NUCCIO fungía como asesor presidencial para asuntos cubanos en el
momento del derribo de las avionetas.

RUI FERREIRA
El Nuevo Herald

El derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate fue un ``acto de guerra'' por
parte del gobierno de Cuba, sin la más mínima justificación en tiempos de paz,
dijo ayer un alto funcionario de la administración Clinton.

``Lo peor que pude imaginarme es que intentaran hacer aterrizar las avionetas en
suelo cubano, o algún tipo de desastre o choque en el aire. Pero, [un derribo]
sería considerado un acto de guerra'', sostuvo el antiguo asesor presidencial para
asuntos cubanos, Richard Nuccio, en el juicio contra cinco acusados de espiar
para Cuba.

El ex funcionario añadió que el derribo y la muerte de cuatro pilotos de
Hermanos al Rescate no tuvo justificación, porque ``Cuba no puede ejercer su
defensa en aguas internacionales''.

Usando un lenguaje elocuente, preciso en algunos datos y excusándose por no
recordar otros, Nuccio detalló cómo en 1995 fue creciendo dentro de la
administración de Bill Clinton el temor de un desenlace trágico a los vuelos de
Hermanos al Rescate, después que el gobierno de la isla amenazó con derribar
los aviones que incursionaran en su espacio aéreo y hundir los barcos que
penetrasen sus aguas territoriales.

``Llevamos ese aviso muy en serio. Lo discutimos mucho. Sabíamos que
hablaban en serio, pero nunca concebí que derribaran las avionetas'', explicó.

Nuccio reveló que en vísperas de que zarpara la flotilla del 13 de julio de 1995,
día en que avionetas de Hermanos al Rescate sobrevolaron la capital cubana,
funcionarios de la administración se reunieron para estudiar la posibilidad de
impedirla.

En el centro de la discusión, dijo, estaba un dilema bien claro. ``Teníamos la
preocupación de cómo prohibir a ciudadanos estadounidenses manifestarse,
cuando ése es su derecho, pero a la vez cómo protegerlos de alguna agresión'',
dijo el ex funcionario, actual director del Centro Pell para Relaciones
Internacionales y Política Pública.

``Al final decidimos que no podíamos impedir a esas personas manifestarse, aun
sabiendo que sería una violación de nuestras leyes que penetraran al espacio
cubano sin permiso para hacerlo'', añadió, refiriéndose a la flotilla organizada
conjuntamente por el Movimiento Democracia y Hermanos al Rescate.

El dilema provocó un enfrentamiento entre el Departamento de Estado y la
Agencia Federal de Aviación (FAA). Al parecer, ambas se acusaban
mutuamente de ineficiencia. El Departamento de Estado, explicó Nuccio, llegó a
hacer un llamado a la FAA para que ``hiciera cualquier cosa'' para detener las
incursiones aéreas.

Pero, ``siempre tuve la sensación de que la FAA era muy lenta en responder'',
dijo Nuccio.

Las discrepancias se agravaron, a punto de que el entonces secretario de
Estado, Peter Tarnoff, llamó por teléfono por lo menos cuatro veces al entonces
secretario de Transporte, Federico Peña, pidiéndole que presionara a la FAA.
``Las cosas mejoraron un poco, hicieron algo, pero pasado un tiempo volvieron a
la lentitud de siempre''.

Interrogado por el abogado de Gerardo Hernández, el principal acusado, Nuccio
también reveló que dentro del sector militar había serias preocupaciones
respecto a un posible enfrentamiento directo con el gobierno cubano, a raíz de la
flotilla del 13 de julio de 1995.

``Temían que si la flotilla entraba en aguas cubanas y ocurría un enfrentamiento,
el incidente pudiera escalar hacia una confrontación militar entre los dos países'',
dijo el ex funcionario.