El Nuevo Herald
6 de febrero de 2001

Testimonio contradictorio en el juicio contra presuntos espías

RUI FERREIRA
El Nuevo Herald

Las contradicciones que evidenció el testimonio ofrecido ayer por un importante
dirigente de Hermanos al Rescate en el juicio a cinco hombres acusados de
espiar para Cuba, dejaron el jurado con al menos dos versiones sobre la muerte
de cuatro pilotos del exilio al ser derribadas dos avionetas de la organización por
cazas castristas.

Contrastando el testimonio que prestó Arnaldo Iglesias --uno de los
sobrevivientes de los trágicos hechos del 24 de febrero de 1996-- el viernes
guiado por la Fiscalía, la defensa pasó al ataque ayer y sacó a relucir una serie
de cuestiones que dejaron más dudas que certezas.

Para el testigo, el vuelo era pacífico, pero según la defensa había una intención
deliberada de provocar al régimen de la isla.

Aunque Iglesias sostuvo que en enero de 1996 voló por lo menos dos veces en el
límite de las aguas territoriales cubanas sin tener la intención de violarlas,
también admitió que en esos días filmó un vídeo para ser divulgado en caso de
que fuera capturado por las autoridades cubanas.

En la cinta, dijo, da una serie de indicaciones que deben ser seguidas si lo
presentaban en la televisión cubana como enemigo del régimen de la isla.
``Acostumbro a pestañear mucho. Si ven que hago un esfuerzo por no hacerlo,
ya saben que he sido torturado o estoy hablando contra mi voluntad'', advirtió.

La defensa hizo énfasis en el vídeo. ``Dijo que no iba entrar en aguas cubanas,
entonces ¿por qué deja un vídeo así? ¿Acaso no estaba consciente del peligro,
un peligro que sería mucho mayor que lo normal porque pensaba violar el
espacio aéreo cubano, y por eso hizo la cinta?'', preguntó el abogado defensor,
Paul A. McKenna.

Iglesias rechazó las palabras del abogado.

Según intentó explicar la defensa al jurado, este precedente estableció el
aparente tono del vuelo, el cual, según McKenna, estuvo orientado hacia violar el
espacio aéreo cubano en un momento de particular tensión en la isla.

``¿Esa mañana el señor Basulto no enfatizó, y lo cito: `Todos sabíamos que
había un riesgo especial volar más allá del paralelo 24'? '', preguntó el abogado.

``No, no había nada planificado ese día. Era una misión normal de búsqueda y
rescate [de balseros]'', respondió Iglesias.

``¿No es el 24 de febrero el aniversario del Grito de Baire, una importante fecha
cubana?'', recalcó McKenna empuñando una nota de prensa en la cual,
semanas antes del vuelo, Hermanos al Rescate anunciaba un vuelo ese día para
conmemorar la fecha patriótica cubana.

Si bien la fiscalía intentó evitarlo, la defensa exhibió un vídeo que las autoridades
confiscaron a Basulto el día del derribo. En el filme, lo que parece ser un MiG
cruza delante de la avioneta donde volaban Basulto, Iglesias y dos
acompañantes.

Según McKenna, esa maniobra del avión castrista pudo ser una advertencia de
Cuba para que no violen su espacio aéreo, y contradice el testimonio de Iglesias
del viernes de que jamás vio un MiG cuando estaban próximos a aguas cubanas.

La imagen en el vídeo es bastante borrosa, lo cual llevó a Iglesias a declarar que
no podía asegurar que fuera realmente un caza, pero según una transcripción de
una cinta de sonido entregada por Basulto a la prensa en los días posteriores al
derribo, el testigo parece haber localizado un MiG en el espacio e incluso
advierte a Basulto de la posibilidad de que también los derriben.

McKenna también preguntó a Iglesias si él y Basulto habían preparado un
artefacto explosivo ``antipersonal'' con municiones calibre 20, para dejarlo caer
en territorio cubano.

``Eso lo sugirió Juan Pablo Roque. Queríamos probar si servía como luz de
bengala'', admitió Iglesias, refiriéndose al espía cubano que estuvo infiltrado en la
organización durante años.