Contradicción en los informes de Cuba sobre avionetas
En el juicio de los supuestos espías salen a relucir dos versiones
de las
coordenadas reportadas por la isla
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
Un experto contratado por la defensa de los cinco acusados de espiar
para Cuba
reconoció ayer que las coordenadas donde Cuba afirma que cayeron
las
avionetas, proporcionadas a él en febrero, difieren grandemente
de las que el
gobierno de la isla entregó en 1996 a los investigadores de
Naciones Unidas,
quienes sostuvieron que el derribo se produjo en aguas internacionales.
En medio de un tenso interrogatorio de la fiscalía, frecuentemente
interrumpido
por la defensa, George Buchner dijo no saber por qué los datos
que Cuba le
entregó en febrero eran diferentes de los proporcionados a la
Organización de
Aviación Civil Internacional (OACI) cuando investigó
los derribos, pero añadió que
el detalle no ha cambiado su percepción del incidente.
``¿Está de acuerdo en que la diferencia entre las coordenadas
alcanza a veces
las 10 millas náuticas? ¿Cómo se explica eso?'',
preguntó el fiscal federal
asistente, John Kastrenakes.
Buchner explicó que las coordenadas fueron entregadas por un
tal ``Coronel
Capote'', de la Fuerza Aérea cubana.
``Esos datos aparecieron reflejados en los registros que ellos hicieron
en una
placa de plexiglás mientras iban persiguiendo las avionetas'',
declaró el experto.
Los radares cubanos de fabricación soviética, añadió,
están concebidos para
tareas de interceptación aérea, pero no tienen una memoria
electrónica para
registrar las observaciones.
La ``placa de plexiglás'' es una especie de tabla transparente
donde los
operadores de radar dibujan a mano las evoluciones en el aire de los
vuelos que
controlan o vigilan.
``Nosotros no tenemos evidencias firmes. [Todas] son muy contradictorias'',
concedió el experto, refiriéndose --en este caso-- a
la documentación de radar
cubana y estadounidense, rechazada en 1996 por los investigadores de
la OACI.
Kastrenakes mostró la bitácora del crucero Majesty of
the Seas, cuyo primer
oficial, de nacionalidad noruega, consignó que las avionetas
fueron derribadas
fuera del espacio aéreo cubano, y quiso saber si Buchner sostenía
que ``esto
escrito aquí es mentira''.
El experto no quiso usar el término ``mentira'', pero le contestó
al fiscal asistente
que ``eso es un pedazo de papel. Sé que el Servicio Guardacostas
quiso
obtenerlo [el día del derribo], pero el capitán y el
dueño del barco no lo
entregaron. Para mí, el Majesty of the Seas [al momento del
incidente] estaba
frente a la costa de Santa Fe'', al oeste de La Habana.
Buchner no pudo explicar por qué el primer oficial, Bjorn Johansen,
declaró que
jamás pudo divisar las costas cubanas, pero insinuó que
el marino pudo haber
manipulado la bitácora.
``O sea, me está diciendo que un oficial noruego tiene una razón
para mentir al
gobierno estadounidense, y el cubano no'', comentó Kastrenakes.
El experto confirmó que el gobierno cubano no había entregado
a los
investigadores de la OACI la caja negra del Mig29 que derribó
las avionetas de
Hermanos al Rescate, pieza clave en una investigación de esta
naturaleza.
``Acaban de derribar dos avionetas, tienen el incidente registrado en
la caja
negra, y no se preocupan en guardar esa información, ¿no
le parece raro eso?'',
preguntó el fiscal asistente.
Pero Buchner no contestó. La defensa objetó el cuestionamiento
y la jueza Joan
A. Lenard estuvo de acuerdo.
Oficialmente, las autoridades de la isla dijeron que las informaciones
no fueron
recogidas después del incidente, sino que se borraron en vuelos
ulteriores.