El Comando Sur es un objetivo importante para espías cubanos
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
Aunque las autoridades desbarataron una supuesta red de espionaje cubano
en
Miami, el Comando Sur del ejército estadounidense seguiría
siendo uno de los
principales intereses de infiltración para la inteligencia cubana.
Entre los 10 presuntos espías cubanos arrestados por la Oficina
Federal de
Investigaciones (FBI) hace poco más de dos años, se encontraba
un matrimonio
que tenía la misión de conseguir trabajo en el Comando
Sur y, desde allí,
informar a La Habana de todo lo que pudiera enterarse.
Pero no era una misión cualquiera. De hecho, a juzgar por una
serie de
documentos desclasificados el mes pasado por el FBI, infiltrar el Comando
Sur
``es nuestro objetivo principal en Estados Unidos'', recordó
por lo menos en tres
ocasiones el ``Centro Principal'' (la jefatura en la isla) a sus supuestos
agentes
en Miami.
``Infiltrar el Comando Sur seguirá siendo siempre un objetivo
primordial para
ellos. Aunque arresten a su gente, van a seguir intentándolo'',
afirmó el analista
Ernesto Betancourt, fundador y primer director de Radio Martí.
El Comando Sur adquirió relevancia para Cuba cuando fue trasladado
a Miami,
porque mientras estuvo en Panamá las actividades militares en
la isla eran
controladas por el ya desmantelado Centro de Operaciones del Caribe,
en Cayo
Hueso.
``Después que lo desmantelaron, los cubanos se dieron cuenta
de que cualquier
invasión a la isla tiene que partir inexorablemente del Comando
Sur'', explicó
Betancourt.
Los dos espías arrestados, Joseph Santos, alias Mario, y Amarilis
Santos, alias
Julia, fueron desplazados desde Nueva Jersey a Miami a mediados de
1996, con
la misión específica de buscar empleo en el Comando Sur,
después que se
anunció el cambio de instalaciones hacia el condado.
Ambos se declararon culpables, colaboraron con las autoridades y fueron
condenados a 48 y 43 meses de cárcel, respectivamente. Su colaboración
con
las autoridades llevó a la posterior expulsión de tres
diplomáticos cubanos
acreditados ante Naciones Unidas.
``La penetración del Comando Sur es la primera prioridad actual
del
departamento. (...) el primer vicejefe del departamento será
el encargado de
revisar el estado de la operación mensualmente'', dijo en un
mensaje enviado el
24 de octubre de 1997 a los esposos Santos el oficial que los controlaba
en
Miami, Ramón Vilariño, alias Alan u Oso.
El mensaje se refiere a una reunión realizada ese mes en La Habana
entre los
altos jefes de la inteligencia, donde ``el general'' reafirmó
la importancia de la
misión, pero también añadió que ``hasta
este momento los efectos de la
penetración han sido nulos''.
De hecho, los Santos no lograron empleo en el Comando Sur, pero durante
casi
dos años hicieron una rigurosa inspección de sus instalaciones.
Mientras se
construían en el Doral, sacaron unas 130 fotos del lugar e hicieron
un
levantamiento de los negocios y servicios en los alrededores.
La idea, tal como definió Vilariño en el mismo mensaje,
era ``identificar los
establecimientos que ofrecen servicios al personal del Comando Sur
y usarlos
como medios para establecer contactos''. Los esposos llegaron a visitar
zonas
urbanizadas para buscar apartamento en los mismos barrios donde se
suponía
iba a residir el personal militar.
En el mensaje, Vilariño añadió que los espías
debían usar ``todos los medios''
para conseguir información desde adentro. Entre esos medios,
sugirió, estaba
``obtener un trabajo allá dentro, reclutar personal que ya trabaja
allí, establecer
relaciones con oficiales, familiares y trabajadores civiles'', entre
otros.