Revelan que un supuesto espía cubano colaboró con el FBI
Mantuvo a las autoridades parcialmente al tanto de los grupos del exilio
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) reclutó como informante
confidencial
a un supuesto espía cubano quien, junto a Juan Pablo Roque,
que escapó a la
isla, mantuvo a las autoridades estadounidenses parcialmente al tanto
de las
actividades de las organizaciones de exiliados cubanos.
El detalle salió a relucir ayer, en otra sesión del juicio
a cinco hombres
acusados de espiar para el régimen de La Habana.
Según Richard Giannotti, un agente del FBI con amplia experiencia
en
investigaciones sobre el espionaje cubano en Estados Unidos, los contactos
que
el acusado René González sostuvo a partir de octubre
de 1996 con el agente
especial Al Alonzo, se dieron en el marco de una pequeña colaboración,
relacionada con una investigación sobre la fuga de Roque después
del derribo de
dos avionetas de Hermanos al Rescate.
``[González] estaba obteniendo información por las preguntas
que Alonzo le
hacía'', admitió Giannotti, interrogado por la fiscal
federal asistente Caroline Heck
Miller.
Roque era, según las autoridades, un miembro de la Red Avispa
desbaratada en
el sur de la Florida en 1998. Pero escapó a Cuba en febrero
de 1996, el día
antes del derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate. Durante
su estancia
en Miami se ofreció como informante del FBI, que le pagó
$7,000 por datos que
proporcionó sobre organizaciones del exilio.
En el caso de González, aunque no está claro si también
se le pagó, se
desprende de la documentación incautada por las autoridades
a la presunta Red
Avispa que sus vínculos con el FBI fueron siempre controlados
desde La
Habana.
En sus contactos con Alonzo, el supuesto espía cubano, que estuvo
infiltrado en
Hermanos al Rescate y el Movimiento Democracia, trató de apartarse
del caso
de Roque y llegó a criticarlo con firmeza, de modo que las autoridades
no
sospecharan que habían trabajado juntos para Cuba.
Según las descripciones de los encuentros con el FBI enviados
por González a
la isla, en realidad éste le proporcionó poca información
a las autoridades
estadounidenses, esgrimiendo siempre el argumento de que su colaboración
con
organizaciones del exilio se debía a razones políticas.
``Le dije [a Alonzo] que no estaba seguro que advertiría al gobierno
americano si
me enterara que estaban planificando tirarle una bomba en la cabeza
a Fidel'',
escribió González en uno de sus informes.
Por otro lado, el jurado recibió una explicación por parte
de uno de los pilotos de
Hermanos al Rescate sobre las actividades de la organización
exiliada. Según
Guillermo Lares, hasta 1995 Hermanos al Rescate se limitaba a ubicar
balseros
en el mar y llamaba a las autoridades para que los rescataran, después
de
lanzarles un radio y botellas de agua.
``Después de las firmas de los acuerdos migratorios les dábamos
una opción. Si
encontrábamos en alta mar a un grupo de gente que no estaba
en peligro y
podía seguir viaje en busca de libertad, no advertíamos
al Servicio
Guardacostas'', reveló Lares.
Lares explicó que en una ocasión, el 13 de julio de 1995,
violó el espacio aéreo
cubano y voló sobre La Habana. ``Volamos a unos 1,000 pies de
altitud. Tiramos
por las ventanillas pegatinas de la organización, nada más'',
declaró.