Los cartuchos finales de la defensa de los espías
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
El equipo defensor de los cinco hombres hallados culpables de espiar para Cuba, disparó ayer los últimos cartuchos en un intento por convencer a la jueza Joan A. Lenard de supuestas irregularidades durante el proceso antes de que ella comience a dictar las sentencias a partir de esta tarde.
Durante poco más de dos horas, la defensa intentó, entre otras cosas, persuadir a la jueza de que las precarias condiciones de detención de los cinco acusados debían ser tenidas en cuenta al momento de dictar sentencia, porque han sido particularmente duras e irregulares.
``Por 18 meses los tuvieron en una celda solitaria, sólo porque el personal de la oficina de prisiones estaba preocupado por su seguridad'', enfatizó Joaquín Méndez, uno de los defensores.
Los abogados también subrayaron que los lineamientos de sentencia aportados por la Comisión Federal no tienen en cuenta las circunstancias ``excepcionales'' de las motivaciones que tuvieron los acusados para venir a Estados Unidos.
``En las audiencias quedó claro cómo ellos estaban aquí para vigilar actividades de gente a quien los mismos Estados Unidos también tiene bajo vigilancia'', dijo Méndez.
La defensa insistió particularmente en que no quedó determinado el alcance del daño que los supuestos espías cometieron contra la seguridad nacional de Estados Unidos, y que su detención no permite siquiera determinar la amplitud del cumplimiento de sus planes.
Pero ni corta ni perezosa, la fiscalía refutó tajantemente los argumentos. Según el fiscal asistente Dave Buckner, ``¿qué daño mayor puede haber si no querer espiar una base militar de Estados Unidos?''.
``Señoría, aquí lo único que tiene
que considerar es qué estaban haciendo ellos aquí, qué
intenciones tenían, qué lograron hacer, y no qué fue
lo que su arresto les
impidió lograr'', añadió otro fiscal asistente,
John Kastrenakes. ``Es más, los lineamientos de sentencia estipulan
que no puede haber consideraciones especiales en los casos de conspiraciones
para cometer espionaje''.
En junio, un jurado federal concluyó por unanimidad que Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González, conspiraron para cometer espionaje contra Estados Unidos, penetrar organizaciones del exilio e instalaciones militares. Además, el jurado concluyó que Hernández conspiró para derribar avionetas de Hermanos al Rescate en febrero de 1996, por lo cual encara cadena perpetua.
Labañino y Guerrero corren igual suerte, ya que también fueron hallados culpables de espionaje por sus actividades de control de agentes y penetración de instalaciones militares estadounidenses, mientras Fernando y René González se enfrentan a condenas de 15 años de cárcel.
Además de los familiares de tres pilotos de Hermanos al
Rescate, estuvieron en el tribunal por primera vez cinco familiares de
los acusados: cuatro madres y la hija
mayor de uno de ellos. Los dos grupos se sentaron en esquinas
apartadas de la sala y nunca intercambiaron miradas ni se dirigieron la
palabra.
Los familiares de los acusados no quisieron hablar a los periodistas, pero a la salida, la madre de Guerrero, Mirta, dijo únicamente que el grupo que llegó de la isla el viernes está siguiendo las sesiones "con atención''.
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