Agente demanda al INS por $25 millones
KETTY RODRIGUEZ
El Nuevo Herald
Un agente especial que participó en la operación de captura
del niño cubano
Elián González demandó ayer por $25 millones a
la ex secretaria de Justicia,
Janet Reno; a la ex comisionada del Servicio de Inmigración
y Naturalización
(INS) Doris Meissner, y a otros oficiales de la agencia, por las amenazas
e
intimidaciones de las que asegura haber sido víctima tras revelar
presuntas
actitudes ``anticubanas'' y ``antihispanas'' durante el operativo.
``La gente debe saber la verdad, aunque mi vida esté en peligro''
dijo ayer
Ricardo Ramírez frente a la corte federal del downtown. ``El
ambiente en el
trabajo está muy feo. Mis jefes pueden hacer lo que sea. He
visto muchas cosas
y por eso decidí salir [públicamente]'', dijo el agente,
que lleva 16 años
trabajando en el INS.
Según la demanda y el testimonio de Ramírez, oficiales
del INS tenían pegadas
en una caja fotos del niño Elián que decían ``pégame'';
imágenes de la bandera
cubana tachada con el símbolo internacional de ``no'', y tazas
con el número 154
para indicar el tiempo que tomó la captura del menor. La demanda
habla también
de la presunta circulación de mensajes por computadora en los
cuales se
refieren a Elián como ``el niño asqueroso'', y de un
anuncio que decía lo ``flojos,
lo alto que hablan y lo criminales que son los cubanos, y ellos deben
ser
enviados a Cuba en un bote banana''.
``Queremos que este tipo de conducta no se repita en el futuro. Los
cubanos y
los hispanos merecen respeto. No podemos permitir que esto ocurra otra
vez'',
dijo Larry Klayman, presidente de la organización Judicial Watch,
una firma de
abogados que se encarga de procesar el abuso y la corrupción
gubernamental.
``Queremos que ellos [Reno, Meissner] paguen y asuman su responsabilidad'',
dijo Klayman, quien estuvo acompañado por Donald Appignani,
abogado
defensor de Ramírez.
Ramírez, de 41 años, y de origen mexicano, fue colocado
en la ``periferia'' de la
operación para rescatar a Elián por órdenes superiores,
y tal medida se aplicó a
todos los agentes hispanos que también participaron, según
la demanda. Uno de
los oficiales, de origen no hispano, pedía a sus compañeros
no hablar con los
cubanos porque todos ``eran espías''.
``Todos [mis compañeros] saben lo mismo, pero tienen miedo de
hablar'', señaló
el demandante, quien dijo temer ``que algo le pase a mi familia''.
A pesar de que
en 1999 obtuvo un reconocimiento por su trabajo en el departamento
que se
encarga de arrestar a inmigrantes delincuentes, Ramírez ha sido
enviado a un
Programa de Mejoría Laboral.