Clinton narra paso a paso sus decisiones en el caso de Elián
OLGA CONNOR
Especial/El Nuevo Herald
Hoy sale al mercado en español la autobiografía de Bill Clinton, Mi vida, traducida admirablemente por Claudia Casanova, Alfred A. Knopf (Random House). El ex presidente relata cómo las experiencias de una niñez difícil le ayudaron sicológicamente a resistir los ataques a su presidencia.
''Es algo que aprendí antes de escribir el libro; en el camino'', dijo Clinton en entrevista telefónica desde Nueva York. ''Recuerdo cuando en 1992 era el foco de ataques, y luego en 1998 y 1999 (los procedimientos de ``impeachment'', para inculparlo y sacarlo de la Casa Blanca por el caso de Mónica Lewinsky), la gente vino a decirme que si eso les pasara a ellos habrían renunciado; pero yo fui criado para no renunciar''.
Nació después de muerto su padre William Jefferson Blythe; y cuando su madre, Virginia Cassidy Blythe, se casó con Roger Clinton, vivió en un hogar convulso, donde el padrastro se alcoholizaba y maltrataba a su madre.
''Recuerdo la historia del grandulón que, a pesar de que me pegó lo mas que pudo en un baile, me sorprendió que ni me caí ni me dolió tanto'', contó Clinton, a modo de ejemplo. ``O cuando en un accidente de auto el mentón golpeó el timón, y a mí no me pasó nada. Sicológicamente, me di cuenta más tarde de que uno puede aguantar mucho dolor físico, lo que es una gran ventaja para una vida que se vive bajo presión y confrontando ataques''.
Clinton cuenta su vida de adulto desde el punto de vista de sus reacciones políticas. Aun en el contexto de sus relaciones con Hillary Rodham en la Universidad de Yale. Sin embargo, no fue política su reacción en el caso de Elián González (que ahora ha salido de nuevo a la luz por la carta del cineasta Michael Moore reimpresa en la internet, escrita originalmente cuando los sucesos de Elián). Clinton narra paso por paso en su libro sus decisiones, todas basadas en el caso legal, como para excusarse del problema que le ocasionó la pérdida del voto cubano a Al Gore en la Florida.
''Es un hecho que para las elecciones hubiera sido mejor dejar aquí al niño'', anotó ahora Clinton, quien confesó en esta entrevista no estar enterado de que el padre Juan Miguel González no había reclamado inmediatamente al niño. Por el contrario, se reportó que al día siguiente del hallazgo, el viernes 26 de noviembre, González había solicitado en Cárdenas el certificado de nacimiento de Elián y de su boda con la madre del niño, Elizabeth, que le requerían en la Sección de Intereses en La Habana para una visa de viaje como ''no inmigrante'' que había pedido.
''Pero una vez que sí lo reclamó'', acotó Clinton, ``los abogados de Inmigración tuvieron que enviar a alguien a Cuba, por ley, para determinar si él era un padre capaz y si realmente quería a su hijo. Cuando no vino a Estados Unidos sino hasta mucho después, ocasionó que muchos se preguntaran si de verdad quería a su hijo. Finalmente llegó aquí y dijo que lo quería y mucho...''
Clinton comentó que si Elián hubiera estado bajo las leyes norteamericanas se hubieran podido considerar sus derechos a quedarse en este país. ''Y eso'', añadió, ''es lo que Al Gore seguía repitiendo, que deberíamos aplicar los estándares de un niño norteamericano, lo que nos permitiría oír lo que tenían que decir los parientes de Miami: que a largo plazo, Elián estaría mejor aquí, aunque estuviera separado del padre. Pero eso no era la ley de Inmigración, y Janet Reno no tuvo otra opción''. En el libro, Clinton afirma que la redada federal a la casa del niño tuvo lugar cuando ``Reno estaba perdiendo la paciencia''.
''Un niño pequeño se había convertido en un peón en el interminable enfrentamiento contra Castro'', escribió. Ahora se lamentó: ``Trabajé tanto con la comunidad cubana, que fue un dilema, un terrible problema, pero vi que la ley estaba clara y no me dejaba otra opción''.
¿Sabe el ex presidente Clinton que Castro ha utilizado al niño en su propaganda política, a pesar de que prometió no hacerlo?
''Oh, estoy seguro de eso'', concluyó.