Texto: José Olmos

El negocio del coyotaje generó 3.500 millones de dólares entre el año 2000 y abril pasado.

El coyotaje en Ecuador es como un juego. Por un lado participan los migrantes, que invierten dinero y arriesgan sus vidas con el deseo de llegar a la meta: Estados Unidos. Del otro, los coyotes y prestamistas, los que juegan las fichas. Cada mes unos 600 ecuatorianos se involucran en esta especie de juego de azar.

Los campos de Azuay, Cañar y otras provincias del austro están sembrados con historias de coyotes, están labradas con sus huellas. En las ciudades, miles de hogares también tienen alguna relación con ellos. Junto a los prestamistas o chulqueros, los coyotes están presentes con anuncios en las ferias libres, en emisoras de radio o hacen visitas puerta a puerta en las comunidades rurales para promocionar los “viajes seguros”. Su presencia es parte de la vida cotidiana, tan cotidiana que ahora en Cuenca hasta se promociona por los periódicos locales.

La migración de ecuatorianos, especialmente hacia Estados Unidos, es el alimento para el coyote, aquel personaje que el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define como: “Persona que se encarga oficiosamente de hacer trámites, especialmente para los emigrantes que no tiene los papeles en regla, mediante una remuneración”.

Su presencia en este sector del país no es reciente, pero en los últimos tres años su actividad aumentó drásticamente con el envío de cientos de personas por viaje, hacinadas en pequeños barcos hasta Guatemala y de ahí, por tierra a Estados Unidos.

Aunque no hay cifras oficiales, el resultado de un estudio del capitán Terry S. Wichert, agregado naval, y el teniente comandante Michael Trevett, agregado guardacostas de la Embajada de Estados Unidos en Quito, refiere que desde el año 2000, entre 234.000 a 350.000 ecuatorianos se han embarcado con destino a Guatemala para intentar cruzar a EE.UU.

Tomando en cuenta los costos de estos envíos, en un promedio de 10.000 dólares por persona (ahora cuesta entre 13.000 y hasta 15.000 dólares), el coyotaje habría generado alrededor de 3.500 millones de dólares, entre el año 2000 y abril pasado.

En las últimas semanas, el coyotaje adquirió más trascendencia cuando el fiscal de turismo y tráfico ilegal de migrantes en Guayas, José Menéndez, con base a declaraciones de Luis Enrique Flores, detenido en el operativo Estrella de Mar, implicó a la cúpula policial, entre ellos al comandante general de la Policía, Gral. Jorge Poveda, y al inspector de la institución y primo del presidente Lucio Gutiérrez, Marcelo Vega Gutiérrez. El caso está ahora en la Corte Suprema de Justicia.

Alrededor del coyote, cuya figura la representan unas mil personas (estimativo que se citan en el proceso judicial que maneja la Dirección de Movilidad Humana de la Pastoral Social de la Diócesis de Cuenca)actúan cientos más. Todos lucran.
Es una red que comprende a los enviadores (reclutadores), armadores (organizadores del viaje en barco o avión); capitanes y tripulantes de barcos, transportistas, no solo en Ecuador sino en Guatemala y México. Según las declaraciones de involucrados en la actividad, algunas autoridades, policías y miembros de la Armada reciben beneficios.

Los migrantes financian sus viajes con créditos que obtienen al entregar en prenda terrenos y casas, mediante hipotecas, a los prestamistas, un medio millar de personas que ofrecen crédito y cobran intereses entre 2,5% y 5% mensual.

Se calcula que cada mes salen hasta seis barcos con un promedio de 120 migrantes cada uno. Según un coyote que pidió la reserva de su nombre informó a este Diario que dos embarcaciones debieron zarpar de algún lugar de la costa, entre el viernes y ayer, hacia Guatemala.

2.836 HIPOTECAS
Por préstamos para viajes se inscribieron en la Registraduría de la Propiedad de Cuenca en este año.

20.798 PASAPORTES
Emitidos en nueve meses para Azuay, Cañar, Loja, Morona Santiago y Zamora Chinchipe.

750 MILLONES
De dólares ganan los coyotes cada año, según la Pastoral Social de Cuenca. Es el 50% de las remesas del exterior.