JAVIER LYONNET
Especial para El Nuevo Herald
Desde que las inversiones españolas en América Latina
comenzaron a
robustecerse, a fines de la década de 1980, ese fenómeno
ha sido
descrito insistentemente como ``el segundo descubrimiento'' o
``el nuevo
desembarco''. Los empresarios de la ``madre patria'' han sido
descritos
como conquistadores que han cambiado sus armaduras por trajes
caros,
sus mosquetes por maletines y los espejitos de colores por gruesas
billeteras.
Alvaro Rengifo, director general de política comercial
e inversiones
exteriores del ministerio de economía y hacienda de España,
considera
que esta visión neocolonialista es una desventaja.
``En algunos países, como Perú, se ha percibido
como una segunda
conquista y es muy importante que las empresas y nuestro gobierno
expresen que estas apuestas son a largo plazo, y no intentos
de
descapitalizar un país'', dijo Rengifo a El Nuevo Herald
durante una
reciente visita a Miami.
El funcionario señaló que ``hay que cuidar la forma
para que esto no sea
malinterpretado y no crear equívocos''. Especialmente
si se tiene en
cuenta que las mayores inversiones se han realizado a través
de
participaciones en licitaciones y fusiones con empresas estatales
para la
prestación de servicios.
Más allá de eso, Latinoamérica sólo
presenta ventajas para la inversión
española. Desde 1990, más de $17,000 millones de
capital español han
tenido a América Latina como destino y las estimaciones
más optimistas
señalan que para el año 2000 se podría llegar
a $30,000 millones.
Entre 1995 y 1998, España ha sido el segundo inversor extranjero,
sólo
superado por Estados Unidos. En algunos países, como Colombia
y
Perú, ocupó el primer lugar en 1997. A partir de
1995, más de 45 por
ciento de las inversiones españolas en el exterior han
estado dirigidas a
América Latina
Los sectores en los que se ha concentrado el interés son
los más
pujantes, y en muchos casos, menos desarrollados de la región:
banca
--``el más vistoso'', a juicio de Rengifo--, energía,
transporte y
telecomunicaciones. Grandes empresas españolas del sector
petrolero
(Repsol), los seguros (Mapfre), las telecomunicaciones (Telefónica
de
España, Televisión Española), la infraestructura
eléctrica (Endesa),
transporte aéreo (Iberia), el gas natural (Gas Natural
Latinoamericana) y
construcción (Dragados, Entrecanales, Fomento de Construcciones
y
Contratas).
El Grupo Santander y el Banco Bilbao Vizcaya (BBV), las dos
principales instituciones bancarias españolas son, en
ese orden, los
bancos extranjeros más importantes de América Latina.
En julio de
1998, Santander tenía $60,900 millones en activos en los
14 países de la
región en los que está establecido, controlando
un 6 por ciento de la
banca comercial. El BBV, con $36,900 millones en activos, se
encuentra
por delante del Citibank.
Una de las consecuencias más visibles de este aluvión
de inversiones es
la concreción, en los hechos, de elementos que habían
sido simbólicos.
``Ese puente entre España y Latinoamérica, que
siempre ha sido una
frase retórica, ahora ya es una realidad'', afirmó
Rengifo.
``La relación histórica cultural, la lengua y la
proximidad geográfica en el
sentido de antigua vinculación metrópoli-colonia,
es una relación
privilegiada que no se transformaba en realidad; somos ahora
un socio
inversor que antes no éramos'', agregó.
Rengifo destacó el ``efecto catalizador'' que ha generado
el interés de
España en la región. ``Cuando un país que
está dentro de la zona Euro,
apuesta de manera tan decidida por un país, eso tiene
un efecto de
arrastre sobre otros inversores'', indicó.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las
inversiones directas en la región se han quintuplicado
en la última década,
convirtiendo a América Latina en el segundo destino predilecto
de
inversiones en el mundo, luego del Sudeste de Asia.
El impulso español ha sido clave en este proceso, pero
también las
políticas adoptadas por los países. ``América
Latina ha estado haciendo
muy bien sus deberes, mejorando sus cuadros y marcos
macroeconómicos y legales, privatizando; a eso se añade
la liberalización
generalizada de las economías'', dijo Rengifo.
La idea de que España quedaría aislada en medio
de un acelerado
proceso de globalización es otra de las razones para el
crecimiento de las
inversiones en el continente americano, sostiene Joaquín
Roy, profesor
de estudios internacionales de la Universidad de Miami.
A pesar de que los inversores más fuertes, como Telefónica
de España,
Santander y Bilbao Vizcaya consideran cerrados sus proyectos
de
expansión geográfica, se espera la concreción
de muchos más negocios.
Estos mismos conglomerados no descartan nuevas inversiones, a
medida
que las oportunidades se presenten.
La solidez conseguida, sin embargo, respalda nuevos emprendimientos.
``Luego de las privatizaciones hay una nueva oleada de inversiones
por la
necesidad de crear infraestructuras, por la modernización
intensa que ha
habido en algunos sectores'', dijo Rengifo. Para los pequeños
empresarios ibéricos, la presencia de los bancos representa
``cierta
garantía de mayor estabilidad en el mediano y largo plazo'',
añadió.
Cuatro años y $2,500 millones después de su desembarco,
el BBV tiene
en América Latina una red de 1,500 oficinas (que espera
duplicar), en
las que trabajan casi 33,000 personas (más que en las
2,829 oficinas del
banco en España), atendiendo al 55 por ciento de todos
los clientes de la
institución, quienes dejan un 28 por ciento de los beneficios
del BBV.
El Santander, que ha invertido más de $3,000 millones con
1,409
oficinas, tiene como objetivo conseguir que el 50 por ciento
de sus
ganancias provengan de América Latina. Actualmente se
ubican en un 25
por ciento.
Mientras algunos analistas consideran que el recrudecimiento de
la
competencia bancaria es bienvenida porque abarató el precio
del dinero,
los bancos españoles también reciben críticas.
El presidente de la
Federación Empresarial de la Industria de Venezuela, Henry
Gómez
Alberti, los acusó de dedicarse a recoger capital para
invertir en otros
países.
En el sector de las telecomunicaciones, mientras tanto, Telefónica
de
España opera más líneas fijas que en España,
desde que en julio pasado
se adjudicó el servicio de seis millones de líneas
en el estado brasileño de
Sao Paulo. Estas se sumaron a los 11.6 millones de clientes que
tiene
Telefónica, la primera verdadera multinacional española,
según The Wall
Street Journal, en otros países.
También esta empresa ha encontrado obstáculos. Ocho
asociaciones de
consumidores de Latinoamérica se unieron recientemente
a la
Confederación Española de Consumidores y Usuarios
para luchar contra
lo que consideran abusos tarifarios de Telefónica de España.
Analizando el futuro, Rengifo identificó al sector energético
como el más
interesante en cuanto a sus posibilidades de desarrollo. ``Va
a seguir
siendo uno de los más fuertes'', dijo, refiriéndose
al nivel de inversiones
que podría recibir desde España. También
destacó que las obras
públicas, los proyectos de concesiones privadas de puertos,
de gestión
de residuos urbanos y, particularmente, de descongestionamiento
urbano, serán alternativas atractivas para los inversores
españoles.
``Como en América hay muchas megalópolis, eso va
a dar mucha
cancha, dado que España lleva muchos años semiprivatizando
la gestión
urbana'', indicó Rengifo.
España ha plantado bandera y seguirá contando con
la ventaja
comparativa del idioma, de conocer sobre los países americanos
lo que
no se aprende en los libros.
Copyright © 1998 El Nuevo Herald