Las remesas, un puntal de las economías de América Latina
DANIEL SHOER ROTH
El Nuevo Herald
La transfusión multimillonaria de fondos que los
hispanos en Estados Unidos remesan a sus
familiares en América Latina, una de las fuentes más
importantes de sustento para las economías de
algunos países, está creciendo a un ritmo del 15 por
ciento anual, y está alimentando a gente pobre más
que nunca antes, señalan nuevos informes oficiales.
Un estudio de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (Cepal), que se divulgará el lunes
en Washington, D.C., en una conferencia del Banco
Mundial, estima que en el 2000 los latinoamericanos en Estados Unidos
hicieron
envíos por alrededor de $16,500 millones, un monto casi igual
al Producto
Interno Bruto de Cuba. En 1998, la proyección del Banco Mundial
era de $10,800
millones.
Las cifras, derivadas de los informes que los bancos y las agencias
de encargos
envían al Departamento del Tesoro, no incluyen el dinero que
se despacha por
otras vías, como familiares o amigos de la familia que viajan
a sus paises, por lo
que el monto verdadero podría fácilmente duplicarse,
según académicos que
estudian la industria.
En El Salvador, las remesas son la tercera fuente de ingresos después
del café
y las ensambladoras extranjeras. En República Dominicana, son
el segundo
imán más grande de moneda extranjera después del
turismo, al igual que en
Ecuador lo son después del crudo. En México --donde alcanzan
$8,000 millones
anuales-- están mano a mano con el turismo, justo detrás
del petróleo.
``Una proporción muy alta de la población latinoamericana
está viviendo de ese
dinero'', afirmó Pablo Serrano, jefe de la unidad de desarrollo
social de la
CEPAL, una división de las Naciones Unidas. ``Las remesas pueden
representar
la diferencia entre vivir o no dentro de la pobreza''.
Mildred Fonseca, una nicaragüense de 35 años que reside
en Miami y remite
$200 mensuales, explica: ``Ese dinero les da todos los días
su arroz y frijoles.
Si uno no manda, pasan hambre''.
Los ``migradólares'', como son conocidas estas remesas, llegan
directamente al
bolsillo de las clases menos privilegiadas, que utilizan el dinero
para costear
necesidades básicas como alimentación, vestimenta y medicamentos,
explicó
Douglas Massey, profesor de la Universidad de Pensilvania, quien ha
investigado
la industria.
A otros más afortunados les ayuda a emprender una carrera educativa,
iniciar un
negocio o construir una casa. En la sociedad general, al haber mayor
actividad
económica, genera mayor empleo.
El sur de la Florida es el tercer mercado más grande del país
en remisión de
giros a Latinoamérica después de Nueva York y Los Angeles.
Una de cada tres
familias hispanas en Miami manda dinero al extranjero, según
la firma Strategy
Research. Cuba, República Dominicana, El Salvador, Colombia
y Nicaragua son
los países a donde más se consigna desde aquí.
Los expertos calculan que en Cuba ingresan anualmente remesas por más
de
$1,000 millones, aunque el monto es difícil de computar ya que
la mayor parte
del dinero entra a la isla a través de cubanos que viajan allí.
Las remesas han cobrado tal importancia que en los últimos dos
años que
algunos gobiernos latinoamericanos están estudiando la manera
de establecer
proyectos en los que receptores y emigrantes puedan invertir, de manera
de
canalizar los fondos para propósitos de desarrollo, dijo Rodolfo
de la Garza,
vicepresidente del Tomás Rivera Policy Institute, una organización
que analiza
temas de interés hispanos.
El problema, agregó Serrano, de la CEPAL, es que la población
no está
preparada para el ahorro ni tiene capacidad empresarial.
Los mandatarios también han cabildeado para que los bancos y
agencias de
encargo en Estados Unidos reduzcan el porcentaje de comisión
que cobran por
el envío, el cual oscila entre 10 y 20 por ciento. Esto produce
la pérdida de
millones de dólares en el proceso que podrían terminar
en manos de los más
necesitados.
El presidente de México, Vicente Fox, por ejemplo, ha manifestado
interés en
crear una red financiera que permita a los mexicanos en EU despachar
dinero a
través de una computadora o de una tarjeta por menores costos.
``Parte del interés de Fox en facilitar la migración de
trabajadores mexicanos a
EU es justamente aumentar las remesas a México'', señaló
Luis Plascencia,
director asociaciado del Tomás Rivera Policy Institute.
En la medida en que continúe en alza la inmigración de
latinos a Estados
Unidos y encuentren aquí empleos, las remesas a América
Latina también se
incrementarán, explican analistas, ya que el dólar tiene
mayor fuerza que las
monedas locales en economías devaluadas.
Las remesas han cobrado mayor importancia aún en El Salvador
y Ecuador,
donde se ha adoptado el dólar estadounidense como moneda oficial.
Decenas de inmigrantes hispanos consultados que envían periódicamente
remesas a sus países de origen argumentan que uno de los propósitos
de su
estadía en Estados Unidos es juntar dinero y retornar con una
pequeña fortuna,
invertir o abrir un negocio en su tierra natal. Muchos están
pagando rentas allá o
comprando tierras, y envían el dinero con esos fines.
Pero el verdadero potencial de inversión social, dijo Serrano,
lo constituyen las
remesas colectivas que organizaciones hispanas en Estados Unidos envían
a
sus comunidades para realizar obras sociales que cubren desde sistemas
de
drenaje hastas centros culturales. Aunque éstas representan
menos del 1 por
ciento del total de encomiendas, los grupos sin fines de lucro se están
multiplicando y actualmente existen 1,500 en el país.