Gigantesca la deuda de Castro
PABLO ALFONSO
El Nuevo Herald
Detrás de la vitrina donde el castrismo exhibe como trofeos sus
logros de educación y salud, se oculta la
dramática realidad de una país en bancarrota.
Cuba tiene una deuda externa de aproximadamente $40,000 millones, lo que
la convierte en uno de los
países más endeudados del mundo.
''En términos per capita, de acuerdo a su población, Cuba
tiene una de las mayores deudas externas del
mundo'', indicó Jorge Salazar Carrillo, profesor de economía
de la Universidad Internacional de la
Florida (FIU) y director de su Centro de Investigaciones Económicas.
Aunque el gobierno cubano guarda celosamente las cifras totales de su deuda
externa, organismos
internacionales y expertos financieros coinciden en señalar que
el endeudamiento de Cuba es tal que, en
estos momentos, sus posibilidades de obtener nuevos créditos con
sus habituales proveedores son casi nulas.
Quizás por esa razón, señalan los expertos, Cuba está
tratando ahora de encontrar fuentes de
financiamiento en Estados Unidos, y sobre todo fuentes de ingreso con el
turismo norteamericano. Para
lograrlo ha desarrollado una intensa campaña de cabildeo, para que
el Congreso estadounidense
suspenda las restricciones económicas del embargo, y ha realizado
compras al contado por casi $50
millones, para impulsar esa campaña.
''Esas compras son una clara operación de estrategia política'',
afirmó Carmelo Mesa-Lago, profesor de
la FIU y especialista en el estudio de la economía cubana.
Según un reciente informe del Banco Central de Cuba la deuda externa
en moneda libremente
convertible ``asciende a $11,208.9 millones, de los cuales el 79.6% corresponde
al principal y el 20.4%
a intereses contractuales vencidos''.
''Cuba no tiene por el momento ninguna posibilidad de pagar esas deudas
que viene arrastrando
desde hace años'', aseveró Mesa-Lago.
Lo cierto es que Cuba le debe a los países occidentales agrupados
en el denominado Club de París,
unos $11,200 millones, que no paga desde 1986; a Rusia $24,500 millones
que este país heredó de la
desaparecida Unión Soviética y aproximadamente $2,200 millones
a los países ex comunistas de
Europa del Este, la mayor parte a Alemania y a la República Checa.
Además existe otra importante deuda comercial y bancaria, estimada
en $3,000 millones, acumulada en
los últimos cinco años por préstamos obtenidos de
proveedores particulares, para financiar el déficit
anual de su cuenta corriente.
Solamente en Panamá, para citar un ejemplo, las deudas de Cuba con
proveedores y entidades
bancarias del itsmo ascienden a unos $400 millones. En Europa, particularmente
España, se han
acumulado en los últimos años aproximadamente $200 millones
en deudas privadas, según informes
obtenidos de diversas fuentes.
''Estas son deudas muy difíciles de precisar, porque no hay cifras
oficiales. No son deudas públicas'',
afirmó Salazar Carrillo.
Cuba gasta más de lo que gana cada año y se ha visto obligada
a negociar nuevos préstamos, de corto
plazo y altos intereses, para cubrir ese déficit. La situación
del país, explican los economistas, es
semejante a lo que le ocurre a una familia cuando sus finanzas domésticas
entran en crisis: lo que
ganan no alcanza para pagar sus deudas y los préstamos que consigue
lo utilizan para pagar otras
deudas. Una especie de centrifuga financiera que, a la larga, conduce a
la bancarrota. Sólo que, a
diferencia de las personas o las empresas, los países no se declaran
en bancarrota. Se mantienen en
crisis hasta tanto no se realicen reformas profundas para superarla.
Recientemente, el presidente del Banco Central de Cuba, Francisco Soberón,
dijo a la prensa local que
los créditos que logra el país en el exterior son ``pequeños
todavía''.
''En los últimos años Cuba ha obtenido $500 millones'' en
créditos, por lo general a corto plazo, pero las
necesidades nacionales hacen ''pensar en miles de millones'', afirmó
Soberón.
Sin embargo, según Salazar Carrillo, esos créditos podrían
ser en realidad de unos $2,000 millones,
teniendo en cuenta el déficit acumulado que se incrementa cada año.
En una medida sin precedentes, el ministerio de Comercio Exterior de Cuba,
solicitó hace algunas
semanas a varios de sus principales acreedores privados en Europa que formen
un consorcio para
reestructurar en forma colectiva centenares de millones de dólares
en deuda.
''Cuba quiere reestructurar de nuevo esa deuda en una clara señal
de que no puede cumplir con los
cronogramas de pagos actuales'', afirmó una fuente empresarial que
tiene negocios con la isla.
El más reciente informe de la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL), organismo
de Naciones Unidas, indica que el déficit por cuenta corriente en
Cuba volvió a aumentar el pasado año.
En el 2000 el déficit fue de $687 millones y de $758 millones en
el 2001, como consecuencia del mal
desempeño en el turismo y de la zafra, según la CEPAL. ''Lo
que consumimos y requerimos del exterior
todavía sobrepasa en mucho lo que logramos exportar y esto no puede
ser indefinido'', advirtió el
vicepresidente del Consejo de Ministros, José Ramón Fernández,
al resumir una reunión de balance
anual en la mayor corporación estatal del país, CIMEX, el
9 de abril 2000. Pero desde entonces nada ha
cambiado.
Desde el Japón hasta la Argentina, pasando por Sudáfrica
y Europa, hay un reguero de deudas
cubanas que los acreedores se esfuerzan en vano por cobrar, renegociando
y volviendo a renegociar
inutilmente.
Cuba mantiene una vieja deuda de $1,700 millones con Japón y de
$1,200 millones con la hoy
empobrecida Argentina. España es el tercer acreedor, con un 10.8%
de la deuda externa cubana,
según un informe del Banco Central de Cuba de 1998. La deuda con
Venezuela ya ronda los $115
millones. México acaba de renegociar la deuda cubana de $380 millones
y le ha dado nuevos plazos de
pago a Cuba.
Sin embargo la historia de estas renegociaciones no es muy alentadora para los acreedores de Cuba.
• El 4 de septiembre del 2001 Francia congeló $175 millones en créditos
comerciales a corto plazo
otorgados a Cuba porque el régimen no pagó en los plazos
acordados. En junio de ese mismo año,
Cuba había dejado de pagar ya $10.5 millones de esos créditos.
• El pasado año España se vio obligada a posponer por falta
de pago un crédito comercial de $120
millones, otorgado a Cuba en el 2000.
• La compañía Atlantis Diesel Engines, de Sudáfrica,
detuvo en abril del 2001 el envió de importantes
cargamentos de piezas de repuesto y maquinaria a la isla, porque Cuba no
hizo los pagos requeridos
en un contrato de $85 millones.
• Exportadores chilenos detuvieron, también en abril del 2001, embarques
de macarela enlatada a
Cuba, cuando ésta no pudo efectuar un pago inicial de $3.7 millones,
de los $20 millones acordados.
• En abril del 2001 Cuba fracasó en una gestión con el Club
de París para reestructurar $3,500 millones
de los $11,000 millones que le adeuda a ese grupo de países. El
principal obstáculo fue la exigencia de
Rusia de incluir en esas negociaciones los $25,000 millones que Cuba le
debe, algo a lo que se niega
rotundamente La Habana. Para Castro, esa cantidad debe ser cancelada por
''los daños'' causados a la
isla por el colapso soviético.
Pero, además, existe otro obstáculo quizás mayor de
naturaleza política. Como parte de sus acuerdos
multilaterales de reprogramación de deuda, el Club de París
requiere tradicionalmente que el país
deudor acepte un programa de estabilización económica recomendado
por el Fondo Monetario
Internacional (FMI), algo a lo que el castrismo se niega de plano.
Cuba se retiró del FMI a principios de 1960. Castro ha ''demonizado''
rutinariamente al FMI, acusándolo
de ser una herramienta de las políticas ''imperialistas'' y neoliberales
de Estados Unidos.
• Berlín y La Habana firmaron el 26 de mayo 2000 un acuerdo para
el aplazamiento del pago de la
deuda externa de la isla, que se eleva a 230 millones de marcos (unos $107
millones), pero Cuba no ha
podido cumplir tampoco los plazos de pago acordados desde entonces.