'El Señor de los Cielos' fue 'el patroncito' en Cuba
Amado Carrillo Fuentes, el narcotraficante más buscado del mundo,
mejor conocido
como Señor de los Cielos, había hecho su primer viaje
exploratorio a Cuba en 1995.
En ese entonces tenía 43 años, y quizás ya estaba
buscando un refugio en el
extranjero, anticipando que en algún momento tendría
que huir de México.
Utilizando un pasaporte falso a nombre de Juan Arriaga Rangel, el mismo
que
utilizaría luego en América del Sur, el jefe del cartel
de Juárez viajó a La Habana
el 18 de agosto de ese año, acompañado de un nutrido
séquito que incluía a su
hijo, su médico personal, y varios ayudantes.
Los narcotraficantes mexicanos se alojaron en el Hotel Nacional de La
Habana,
y muy pronto atrajeron la atención de la policía secreta
castrista, según
informaciones confidenciales suministradas por el régimen cubano
a la
Procuraduría General de la República de México.
Según Mariano Herrán Salvatti,
el zar antidrogas del gobierno mexicano, la policía secreta
cubana había
comenzado a observar al Señor de los Cielos ``porque estaba
gastando
muchísimo dinero, y había contratado a una empresa de
seguridad personal en
La Habana''. La policía secreta cubana había tomado fotografías
del visitante
mexicano, pero el gobierno cubano luego diría que no tenía
idea que se trataba
del célebre Señor de los Cielos.
Según documentos confidenciales enviados por el gobierno cubano
a la
procuraduría mexicana, cuyas copias obran en mi poder, el Señor
de los Cielos
realizó por lo menos cuatro viajes a Cuba entre 1995 y 1997,
y se movió en
círculos del ``sector turístico'' de La Habana, donde
era conocido como ``el
patroncito''.
En una carta confidencial fechada el 22 de Septiembre de 1997, escrita
en
respuesta a un pedido de información del gobierno mexicano,
el jefe de la
Dirección de Control de Procesos Penales de Cuba, José
Candia Ferreyra,
señaló que ``el comportamiento observado durante su permanencia
en nuestro
país se correspondió con el de un turista de elevada
solvencia económica,
dedicándose a visitar centros nocturnos, restaurantes y otros
lugares de interés''.
A partir de 1996, el Señor de los Cielos ``sostuvo relaciones
amorosas'' con una
ciudadana cubana llamada Marta Venus, ``de la cual no tenemos elementos
que
evidencien que supiera la verdadera identidad de Carrillo Fuentes'',
continuaba
diciendo la carta de Candia Ferreyra.
``En abril de 1997, mostró interés por conocer los términos
y requerimientos que
debían cumplir los extranjeros para establecer negocios en la
zona franca de El
Mariel, sin que haya concretado ninguna operación'', afirmaba
la carta del
funcionario cubano.
Cuando la carta del gobierno cubano llegó por maleta diplomática
a México
pocos días después, los funcionarios mexicanos reaccionaron
con
escepticismo. Obviamente, concluyeron, el gobierno cubano les estaba
ocultando información al decir que el Señor de los Cielos
no había tenido
actividades comerciales en la isla.
El régimen de Fidel Castro, que ya había sufrido un escandalo
internacional de
narcotráfico que había terminado con el fusilamiento
de cuatro altos oficiales
cubanos en 1989, no quería permitir otro revés que pudiera
alimentar las
crecientes versiones de que gran parte de las inversiones extranjeras
que
estaban llegando a Cuba eran lavado de dinero del narcotráfico.
México tenía información de que el Señor
de los Cielos había hecho grandes
negocios en Cuba: La procuraduría mexicana había recibido
informes de la DEA
de que el jefe del cartel de Juárez había establecido
dos empresas en Cuba,
llamadas respectivamente Peter Lever, y Hermes o Lehner. Y por el testimonio
de prisioneros del cartel de Juárez, el gobierno mexicano había
sabido que el
Señor de los Cielos se había alojado en una casa de protocolo
del gobierno
cubano en la Habana, ubicada o en la Calle 2, Número 302, del
barrio del
Vedado, o en la Calle 2, entre la 15 y la 17, del Vedado.
Cuando el gobierno de Cuba riduculizó oficialmente las versiones
que
comenzaban a circular en México sobre la presencia del Señor
de los Cielos en
una casa de protocolo en La Habana, el procurador mexicano Jorge Madrazo
volvió a insistir sobre el asunto ante el gobierno cubano.
En una carta confidencial fechada el 26 de diciembre de 1997, Madrazo
le
señalaba diplomáticamente a Cuba que México tenía
motivos para creer que el
Señor de los Cielos se había alojado en una casa de protocolo,
y que estaba
haciendo negocios en Cuba con sus empresas. Como pidiendo que no lo
tomaran por ingenuo ni se escaparan por la tangente, Madrazo incluyó
las
direcciones de las casas en el Vedado, así como el nombre de
las empresas,
pidiendo información concreta acerca de las mismas.
La respuesta de Cuba vino tres meses después, en otra carta confidencial
firmada por el Fiscal General de Cuba, Juan Escalona Reguera, el mismo
que
había mandado a fusilar al general de división Arnaldo
Ochoa y otros tres altos
oficiales cubanos en 1989 por supuestamente haber realizado operaciones
de
narcotráfico sin conocimiento de Castro.
La carta de Escalona, fechada el 26 de marzo de 1998, y nunca revelada
hasta
ahora, contenía informaciones mas específicas, que en
algunos casos
contradecían los desmentidos anteriores de Cuba: Escalona admitía
ahora
tácitamente que el Señor de los Cielos se había
alojado en una residencia oficial
para huéspedes extranjeros, aunque parecía aducir que
Cuba no sabía que se
tratara del jefe del cartel de Juárez.
En su carta, Escalona señalaba que el Señor de los Cielos
había hecho cuatro
viajes a Cuba bajo el nombre de Arriaga Rangel. En el primer viaje,
en 1995,
había viajado con su hijo y otros tres mexicanos, y el grupo
se había ``vinculado
a colombianos, cuatro brasileñas y cuatro nacionales debidamente
identificados:
dos prostitutas y santeras, un bailarín del cabaret Tropicana
y un babalawo
(santero), que también trabaja en dicho cabaret''.
Respecto a las direcciones de las viviendas que le había enviado
el procurador
mexicano, Escalona escribió: ``Puedo confirmarle que la dirección
de la calle 2
número 302 en el Vedado corresponde a instalaciones del Ministerio
del Interior.
La dirección de calle 2 entre 15 y 17 Vedado, casa con reja
roja, frente a la Villa
Salud, corresponde a un albergue para extranjeros de la propia Villa
del
Ministerio de Salud Pública''. Agregaba que ``la firma colombiana
Peter Lever no
aparece registrada en nuestro país. La firma colombiana Lehner
opera en Cuba
desde 1994, dedicada a la carpintería de aluminio y cristalería''.
El gobierno mexicano concluyó que si bien Cuba estaba reconociendo
más que
antes, todavía ocultaba lo más importante. Según
los investigadores mexicanos,
el Señor de los Cielos había registrado la empresa Peter
Lever en La Habana a
través de testaferros, y la empresa realizaba operaciones de
lavado de dinero
entre Colombia, Nicaragua, y Suiza.
Pero los investigadores no podían hacer mucho más sin
la colaboración de las
autoridades cubanas.
``Cuba era una vía de escape, y una vía de reciclar capitales
y mandarlos a
terceros países'', me señaló en una entrevista
Herrán Salvatti, el zar antidrogas
del gobierno mexicano, con obvia frustración por no haber podido
llegar más
lejos en la investigación sobre las actividades del Señor
de los Cielos en la isla.