EL NARCOTRAFICO CASTRISTA
Jesús Raúl Méndez, el capitán de la Dirección General de Inteligencia (DGI) cubana que desertó en Nueva York en julio, declaró a las autoridades norteamericanas que Raúl Castro, el segundo hombre más poderoso en Cuba, aceptó dinero de los narcotraficantes a cambio de user la isla como base de operaciones pare introducir drogas en Estados Unidos.
El previo testimonio de los colombianos Jaime Guillot Lara y Juan Lozano Pérez (alias Johnny Crump), y el de los cubanos Lázaro Visuña, Mario Estévez González y David Lorenzo Pérez, implicó en el narcotrafico internacional a Aldo Santamaría Cuadrado, almirante de la Marina cubana y miembro del Comité Central del Partido Comunista; René Rodriguez Cruz, presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) y miembro del Comité Central del Partido Comunista; Fernando Ravelo Renedo, ex embajador de Cuba en Colombia; Gonzalo Bassols Suárez, segundo a cargo de dicha embajada; y Rodosbaldo Rico Rodríguez y Francisco Echemendía, funcionarios del Ministerio del Interior.
Los primeros cuatro fueron encausados por un gran jurado federal en Miami por confabulación para introducir drogas en Estados Unidos. Sus cómplices, Alberto Cortéz, José Rafael Martínez, Jorge Felipe Llerena Delgado, Héctor González Quiñones y José Domingo Martínez Valdés, fueron enjuiciados y condenados de siete a diez años de presidio el pasado 14 de abril.
Otros dos cubanos emigrados implicados en el narcotráfico con Cuba son José Medardo "El Guajiro" Alvero Cruz y Osiris "EI Zorro" Santi, según el articulo "Havana's Drug Smuggling Connection," Reader's Digest, julio 1982, peg. 102.
Alvero, de 43 años de edad, es veterano de la Brigada 2506. En 1969 fue convicto por posesión de marihuana y tres años después fue encontrado culpable de evasión del pago de impuestos. El testaferro de Alvero era el ex capitán de la Sierra Maestra Francisco "EI Mexicano" Rodríguez Tamayo.
En noviembre de 1976, Alvero viajó a España, donde esconde su fortuna, y obtuvo el pasaporte cubano no. 247 de la embajada castrista en Madrid. Alvero se ha reunido con Raúl Castro por lo menos cuatro veces en tres años. En 1978 arregló el envío de 5,000 armas pare las guerrillas sandinistas en Nicaragua. El 23 de abril 1981, Alvero fue condenado por una corte federal en Miami a 10 años de prisión y multado en $40,000 por evasión del pago de impuestos. Está libre bajo fianza de apelación.
Santi, de 40 años de edad, es un narcotraficante cuyos barcos reciben la protección de los puertos cubanos. Su lugarteniente es el ex convicto Orlando Torres, quien se reune en Mérida con los funcionarios del régimen castrista.
El 13 de enero de 1982, Lázaro Visuña, un refugiado del Mariel de 28 años de edad, quien fue guardaespaldas de Santi, entregó dos granadas soviéticas RGD-5 a las autoridades de Miami, que eran parte de un cargamento de 240 destinadas a la guerrilla salvadoreña. Alegó que Santi le ordenó tirar una granada contra un grupo de ancianos en el Parque del Domino en la Pequeña Habana en Miami, pare crear un ambiente de terror y desacreditar a los exiliados anticastristas.
Tres atentados terroristas en Miami fueron relacionados con estas granadas ruses: la explosión de un carro en Eloy Motors el 2 de octubre de 1980, otra estalló en el bar El Morroco el 29 de septiembre de 1981, resultando herido un hombre, y el ataque a la case de Manuel Lorenzo el 22 de febrero de 1982.
A pesar del testimonio y la evidencia que presentó Visuña, ni el FBI ni el departamento de policia de la Florida lograron encontrar el resto de las granadas y tampoco arrestaron a Santi.
Cuando el presidente Reagan visitó a los cubanos exiliados en Miami el pasado 20 de mayo, declaró: "Existen fuertes pruebas de que funcionarios de Castro están involucrados en el tráfico de drogas y que introducer drogas como criminales, aprovechándose de la miseria de los adictos." ("Reagan: funcionarios de Cuba llevan drogas a EU," El Mundo (San Juan), mayo 21, 1983, pag. 1).
La evidencia que implica al régimen castrista en el narcotráfico es abrumadora. Sin embargo, la Administración Reagan no ha tomado represalias contra Fidel Castro, a pesar de la retórica beligerante de antaño. (Vea: "Regan: E.U. no descarta un posible bloqueo contra Cuba," El Miami Herald, enero 28,1982, pag. 1). Aunque el pasado junio Reagan ordenó la expulsión de los diplomáticos nicaraguenses en Estados Unidos, tampoco ha tomado medidas ni restricciones contra los diplomáticos castristas en Washington y Nueva York, quienes le están inundando el país con drogas.