El Chapare divide a gobierno y cocaleros
Agence France Presse
LA PAZ
El gobierno del presidente Jorge Quiroga advirtió ayer
que no permitirá el cierre desde mañana de la principal carretera
de Bolivia por parte de los cultivadores de coca
que se oponen tenazmente a su política antinarcóticos
en el central Chapare, otrora emporio del narcotráfico.
``No podemos permitir que se bloquee las carreteras por donde
transita el 70 por ciento de la producción nacional'', afirmó
el ministro de la Presidencia y mano derecha
del mandatario, José Luis Lupo, tras señalar que
la militarización de la zona convulsa, con 4,000 efectivos hace
diez días, ``es de carácter preventivo''.
``El bloqueo de caminos es el peor enemigo de la reactivación
económica'', uno de los principales empeños de la administración
de Quiroga, que completa el mandato
del ex presidente Hugo Banzer, dimitente hace tres meses por
razones de salud.
El gobierno reforzó ayer con unos 4,000 efectivos el control
en la zona, donde ya permanecía un contingente de unos 3,000 uniformados
y en donde La Paz destruyó
entre 1998 y el 2000 alrededor de 38,000 hectáreas de
coca ilegal destinada a la fabricación de droga.
El foco principal de la acción militar y también de los cocaleros inconformes es un tramo de 250 km de la carretera que vincula de oeste a este el país.
La decisión fue adoptada después de que los sindicatos
cocaleros liderados por el diputado radical Evo Morales ratificarán
su determinación de cerrar la ruta en
demanda del cultivo libre de un cato (medida aymara equivalente
a 40 m2) de coca para empleo familiar, pretensión a la que La Paz
se opone por considerar que se trata
de una producción destinada al narcotráfico.
Los cultivos de coca en el Chapare son considerados excedentarios e ilegales.
``La consigna es `Bloqueo o muerte', y bajo esas características
vamos a asumir la defensa de nuestra producción de coca'', enfatizó
por su parte el dirigente campesino
Delfín Olivera.
Entre tanto, el encargado gubernamental de la lucha antidrogas,
Osvaldo Antezana, explicó que ``nosotros no podemos ir en contra
de la ley, por tanto no podemos
aceptar que se haga una siembra, así sea de 40 m2''.
Tras acusar a Morales de haber rechazado ``sospechosamente'' una
propuesta que multiplicaría hasta por tres los ingresos provenientes
del cultivo de un cato de coca,
insistió en que los sindicatos del Chapare ``lo único
que quieren es seguir amedrentando, seguir amenazando, seguir cortando
las rutas interrumpiendo el desarrollo del
país''.
En el marco de un programa de empleo masivo, subrayó la
oferta de dotar con 470 bolivianos ($70) al mes a los ``verdaderos'' agricultores
del Chapare para que cultiven
entre otros productos piña (ananá), banano, pimienta
y palmito.
© 2001 El Nuevo Herald y servicios de agencias. Reservados todos los derechos.