Balaguer: un patriarca de mano dura que tuvo un idilio de 25 años con el poder
Joaquín Amparo Balaguer Ricardo, fallecido este domingo a los 95
años, gobernó República
Dominicana durante cinco lustros, primero a la sombra del dictador Leónidas
Trujillo, antes de ser
reinstalado en los años 60 por los marines estadounidenses y de
convalidar su cargo en elecciones
de dudosa limpieza.
Balaguer, nacido el 1 de septiembre de 1906 en Villa Navarrete (provincia
de Santiago), había
llegado por vía administrativa a ser una pieza clave del régimen
de Trujillo, dueño del poder desde
1930 hasta el 30 de mayo de 1961, cuando fue muerto a tiros.
Un año antes, en una de sus periódicas mascaradas electorales,
el tirano había convertido a
Balaguer en "presidente electo".
En ‘La Fiesta del Chivo’, el escritor peruano Mario Vargas Llosa lo retrata
como un hábil e insondable
sobreviviente del entorno de Trujillo.
En su página de internet, el también llamado ‘caudillo del
siglo’ sostiene que le cupo entonces "la
misión de encaminar al país hacia su democratización
política".
Las turbulencias políticas lo forzaron así y todo a exiliarse en 1962 en Nueva York.
Pero en abril de 1965, Estados Unidos despachó a Santo Domingo 42.000
militares para sofocar un
levantamiento civico-militar en apoyo al presidente izquierdista Juan Bosch,
quien había sido
derrocado por generales en 1963.
Balaguer fue buscado en Nueva York y propuesto como "candidato" electoral
en medio de la
ocupación norteamericana y de una cacería de connotados rebeldes.
A mediados de 1966, Balaguer vuelve al poder, nuevamente como "presidente
electo". Con un estilo
autoritario y represivo, fue reelecto luego para los periodos 1970-74,
1974-78, 1986-90, 1990-94 y
1994-96, en comicios que solían ser denunciados como escandalosos
fraudes por la oposición.
Balaguer solo estuvo fuera del poder entre 1978 y 1986, periodo en el que
se sucedieron los
gobiernos socialdemócratas de Antonio Guzmán -quien se suicidó
al fin de su mandato- y Salvador
Jorge Blanco, quien fue ulteriormente juzgado y condenado por corrupción.
El hombre le había tomado gusto al cargo, e incluso soñó
con volver a presentarse en el 2000,
cuando ya estaba ciego y sordo y era incapaz de mantenerse de pie durante
más de diez minutos.
Balaguer siempre gobernó con mano de hierro, y en sus últimas
administraciones se preocupó por
emprender obras que cambiaron la faz de Santo Domingo, tildadas como faraónicas
por sus
enemigos políticos.
Las denuncias de fraude después de su última elección
fueron corroboradas por varios organismos y
decenas de observadores internacionales e impactaron en un amplio sector
de la ciudadanía
dominicana. El ya anciano gobernante perdió respaldo y estuvo amenazado
por estallidos populares.
Bajo presión de Washington, aceptó entonces la fórmula
de no reelección y el recorte de cuatro a dos
años de su séptimo mandato, que culminó en 1996.
Su influencia, sin embargo, resultó decisiva en el triunfo presidencial
del candidato Leonel Fernández
con un "Frente Patriótico".
Ya fuera del poder, Balaguer recibió en 1998 la visita de su enemigo
histórico, el presidente cubano
Fidel Castro, que lo superó en tiempo de permanencia en el poder
(gobierna la isla desde 1959).
Balaguer también tuvo una vida literaria, sorprendiendo a los 14
años con la publicación de los libros
‘Salmos Paganos’ y ‘Claro de Luna’.
Su obra más conocida es ‘Memorias de un cortesano de la era de Trujillo’,
verdadero legado político,
y también se destacan ‘El Cristo de libertad’ e ‘Historia de la
literatura dominicana’.
Santo Domingo
AFP