Predomina la duda entre la disidencia
MAR MARIN / EFE
LA HABANA
La disidencia cubana discrepa sobre las consecuencias del giro de la UE hacia el gobierno de la isla, aunque coincide en demandar a Bruselas que utilice la normalización de relaciones para exigir a La Habana la liberación de los opositores presos.
La nueva estrategia europea ha sido acogida con escepticismo por el grueso de la disidencia y con ciertas expectativas por algunos dirigentes de la oposición moderada.
Entre los escépticos figura Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación y Premio Sajárov del Parlamento Europeo, quien opinó que la UE será ''cómplice'' del régimen de La Habana si no trabaja por la liberación de los disidentes presos.
''El asunto que tiene que proponerse la UE es si esta relación con el gobierno cubano va a convertirse en un aliento al inmovilismo, o en un factor para que liberen a los presos o haya apertura'', dijo ayer Payá.
Para Elizardo Sánchez, que lidera la ilegal Comisión de Derechos Humanos, ``si no hay resultados visibles y prácticos en materia de derechos humanos y de excarcelación de presos políticos, algunas cancillerías europeas correrían el riesgo de estar promoviendo una especie de capitulación frente a un régimen opresivo''.
A juicio de Martha Beatriz Roque, opositora excarcelada el pasado año, la decisión de la UE constituye un ''tremendo error político'' y ``va en contra de los principios de democratización, libertad y respeto a los derechos humanos que proclama la Unión Europea''.
''Están dando un espaldarazo a un gobierno totalitario y la historia les pasará la cuenta'', advirtió.
Por el contrario, Eloy Gutiérrez Menoyo, líder del grupo del exilio moderado Cambio Cubano, interpretó el giro en la política europea hacia Cuba como un hecho ''formidable'' que puede propiciar un ''diálogo constructivo'' que permita avanzar en el reconocimiento de una oposición independiente en Cuba.
También Gisela Delgado, esposa de Héctor Palacios, condenado a 25 años en los juicios contra 75 disidentes en marzo del 2003, espera que la nueva estrategia concluya con la liberación de los presos.
Diplomáticos europeos acreditados en La Habana sostienen que Bruselas no ha abandonado a la oposición cubana y confían en que sus gestiones para la excarcelación de disidentes darán fruto, porque el diálogo sobre derechos humanos con el gobierno de Castro continuará.
Para algunas embajadas comunitarias está claro que la decisión de invitar a los disidentes en el 2003 fue ''acertada y útil'' en su momento, pero ahora es necesario buscar ''otros mecanismos'' para favorecer la defensa de los derechos humanos en la isla.
''No vamos a abandonar a los disidentes'', dijo un diplomático europeo.