El Nuevo Herald
October 29, 1998
 
`Trabajamos para la reconciliación nacional'

 PABLO ALFONSO
 El Nuevo Herald

 Raúl E. de Velasco, presidente del Comité Cubano por la Democracia
 (CCD), afirmó que esa organización considera el diálogo y la
 negociación como las vías idóneas para lograr la democratización de
 Cuba, alcanzar la reconcilia- ción nacional y el respeto pleno de la
 soberanía.

 De Velasco, de 57 años, fue electo presidente del CCD en septiembre
 durante la convención anual de esa organización de la que fue uno de sus
 miembros fundadores. Antes de militar en el CCD, Velasco no había
 participado en ninguna otra organización del exilio cubano.

 De Velasco salió junto a su familia en octubre de 1961 y desde entonces
 vive en Miami donde ejerce como especialista en Nefrología.

 ``Fuí el primer exiliado cubano que terminó sus estudios de medicina en
 la Universidad de Miami, junto con Carlos García, también doctor'', dijo
 a El Nuevo Herald.

 ENH: EL CCD ha sido señalado en Miami como una organización
 elitista, integrada por académicos izquierdizantes, desvinculados de la
 realidad y de la población. Qué nos puede decir?

 RdV: Es una acusación injusta, ciertamente se ha tratado de difundir esa
 imagen del CCD, pero en realidad tenemos en nuestras filas todo tipo de
 personas. Aunque, claramente, no somos un partido político que busca
 una militancia para un proceso electoral.

 ENH: Qué es el CCD, qué busca, cuál es su estrategia política?

 RdV: El CCD es un grupo creado por académicos, profesionales,
 trabajadores, un grupo bastante mixto con diferentes opiniones políticas,
 pero preocupados todos por exponer al resto del mundo una imagen
 diferente del exilio tradicional. Queremos expresar una opinión diferente
 del resto del exilio.

 ENH: Cuál es esa opinión diferente?

 RdV: Nosotros vemos el problema de Cuba bajo la óptica de tres
 fundamentos, que son en esencia nuestro programa: Uno es el respeto
 absoluto a la soberanía de Cuba, la reconciliación y la democratización
 pacífica. Cada uno de ellos es necesario para que el otro funcione, no
 pueden darse separadamente.

 Vemos en peligro la soberanía de Cuba aquí y allá en la isla.

 En el exilio ese peligro está caracterizado, por ejemplo, por la Ley
 Helms-Burton y esa mentalidad de que vamos a resolver el problema de
 Cuba a través de los Estados Unidos.

 En Cuba la soberanía también confronta un peligro serio, cuando el
 gobierno identifica al proceso revolucionario con Cuba, a la revolución
 con la Nación. Y por supuesto eso es falso. La revolución es un proceso
 que va inevitablemente a cambiar, a eliminarse, y la Nación permanece.

 ENH: Y en cuanto a la reconciliación nacional?

 RdV: En la interpretación y exposición de este objetivo han habido
 grandes errores. Nosotros creemos que la reconciliación nacional es una
 base, y para eso estamos trabajando. Es uno de los retos más grandes
 que tenemos en estos momentos. Porque en realidad, yo creo que los
 factores necesarios para que ese proceso de reconciliación nacional
 comience a andar todavía no están dados.

 ENH: No cree usted que el tercer punto, la democratización de Cuba,
 es fundamental para poder desarrollar las otras dos?

 RdV: No necesariamente. Son tres pilares que hay que desarrollar
 conjuntamente. Yo diría que es como un taburete, que si le quitas un pata
 se cae.

 ENH: Bueno en este caso sería un taburete muy original, un taburete de
 tres patas.

 RdV: Sí de tres patas. El taburete del CCD.

 EHN: Pero ven ustedes alguna posibilidad de lograr en Cuba un
 proceso pacífico hacia la democracia? Yo no veo una voluntad política
 de cambio en la cúpula del poder cubano

 RdV: Yo creo que hay una voluntad política de cambio en el pueblo de
 Cuba enorme. Y tiene que haber mucha gente dentro del gobierno que
 se da cuenta que lo mejor para Cuba es una transformación hacia la
 democracia, como nosotros la entendemos. Es decir: la libertad de
 credo, la libertad de expresión, la libertad de asociación y el respeto al
 ser humano dentro de un estado de derecho.

 EHN: Pero esas personas tienen posibilidades de provocar ese proceso
 en cambio en Cuba? Tienen poder como para eso? No veo ahora esa
 posibilidad.

 RdV: Cuando la actual dinámica social y política que existe ahora en
 Cuba siga avanzando, yo estoy convencido de que, inclusive, los
 individuos que detentan el poder ahora en Cuba, van a reconocer que
 esa es la mejor solución.

 Precisamente por eso nosotros nos oponemos a cualquier medida que
 trate de retardar o paralizar la actual dinámica de cambios, por muy
 lentos que parezcan.

 ENH: Como ha acogido el exilio cubano y la oposición interna el
 mensaje del CCD?

 RdV: Señalemos primero que nuestro punto de vista no es exclusivo del
 CCD. Hay muchas otras organizaciones que plantean objetivos políticos
 semejantes. Dentro de Cuba el CCD no tiene una capacidad de
 expresión, aunque nosotros sabemos que nuestra posición allá tiene un
 respaldo mayoritario.

 Aquí en el exilio tenemos el programa Transición que se transmite por
 Unión Radio y se han hecho encuestas, donde entre el 30 y el 35 por
 ciento de los encuestados creen que la solución de Cuba tiene que venir
 con métodos diferentes de los que se están empleado hasta ahora.

 ENH: Tienen ustedes un lobby en Washington ante el Congreso?

 RdV. Tenemos allí una oficina que es muy activa. La manera que
 hacemos lobby es educacional. No financiamos campañas políticas de
 ningún congresista. Tratamos de influir desde un punto de vista
 informativo. Nos reunimos con los congresistas y le presentamos nuestro
 punto de vista.

 Hemos tenido en ese sentido una recepción y una acogida muy buena,
 tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado.
 

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